MUSICA › POR “AHI VAMOS”, GANO SEIS ESTATUILLAS Y EL GARDEL DE ORO
“Si hubiera ganado tantos premios antes no sé si lo hubiera disfrutado tanto: lo disfruté más por la edad, y porque me cansé de no disfrutar”, dijo el ex Soda Stereo. Hubo un Gardel Solidario para León Gieco y Esteban Morgado por un disco realizado junto a Página/12.
No podía ser de otra manera: cuando el escenario del Luna Park se preparó para el Gardel de Oro, a nadie le quedaban dudas de que el nombre a pronunciar era el de Gustavo Cerati. El ex Soda ya acumulaba seis Gardeles (ver recuadro), y se perfilaba hacía rato como el gran ganador de la novena edición de los premios de la Cámara de Productores e Industriales de Fonogramas (Capif). A las alabanzas de la crítica, la respuesta del público y los Grammy latinos, entonces, Ahí vamos sumó anoche nuevas marcas. O, como había dicho el mismo Cerati al subir a recibir otro premio, junto a Richard Coleman, Fernando Nalé y Leandro Fresco: “Estos son mis amigos, la pasamos increíble y ahora estamos cosechando”. Para cuando llegó el Oro hubo agradecimientos para la familia, “para la gente que compró el disco, que es un buen gesto en los tiempos que corren” y el inevitable cierre con la frase talismán: “Gracias totales”.
La excelente cosecha del guitarrista y cantante no fue el único saldo de la noche, que incluso dejó un Gardel solidario a León Gieco y Página/12 (lo recibieron Gieco, Esteban Morgado y Lydia Lamaison) por el segundo volumen de canciones a beneficio de la Casa del Teatro, que este diario editará en breve. La ceremonia debió pelear contra las inclemencias del tiempo, que complicaron la llegada de los artistas e hicieron que todo comenzara una hora más tarde, con la alfombra roja de la calle Bouchard hecha un desastre. Mientras afuera resonaban los truenos, Roberto Pettinato, rápido de reflejos, aventuraba: “Uy, creo que Macri tuvo un acto sensible, está recogiendo chicos con el agua al cuello... y después los tira”. Las ironías del conductor ayudaron a matar la espera, mientras las plateas se llenaban lentamente y brillaban por su ausencia las bulliciosas barras de fans que caracterizaron la edición 2006 en el Gran Rex. Las cámaras debían esforzarse para no registrar los huecos, y matizaban enfocando a un grupo de seis fans de Chenoa (?) que se aplicaban con entusiasmo a sus cornetitas de cumpleaños. De a poco, la fiesta fue tomando color, con las performances de Coti Sorokin, Cerati, Diego Torres, Axel, Airbag y Vicentico, las apariciones en pantalla de Juan Luis Guerra, Maná, Chayanne y Alex Ubago y la lenta pero segura aparición de algunas estrellas.
En ese sentido, el arranque de la ceremonia tuvo momentos en los que los directivos de Capif deben haber tragado saliva: mientras afuera la ciudad parecía venirse abajo, Horacio Malvicino se quedaba sobre el escenario con los premios que debía entregar en las manos, ya que no estaban ni el artista premiado ni algún representante o ejecutivo de discográfica que cumpliera el trámite. Solo llegaron las disculpas de Raly Barrionuevo (premiado en “nuevas formas folklore”), de vacaciones en Bolivia, y Daniel Agostini (ganó como artista tropical), demasiado ocupado con los pasos de baile en Showmatch. Mientras Pettinato cumplía con la instrucción de leer mensajes antipiratería, la primera gran ovación llegó para Leopoldo Federico, quien dio y recibió estatuillas y, al subir junto a Ernesto Baffa y Walter Ríos a recibir la distinción a la orquesta de tango, se encontró con un Luna atronador, casi tanto como el que celebró el premio a la trayectoria para Mariano Mores. Esos rubros dejaron alegrías a la familia Calamaro: Andrés ganó el premio al DVD, pero además se llevó el Gardel por “nuevas formas de tango” gracias a Tinta roja. Y Javier no ganó uno sino dos, como “artista” y “revelación” del género.
Terminada la ceremonia, el flamante ganador del Oro tuvo tiempo para un breve aparte con la prensa, y confesó: “Es la primera vez que me nominan tanto... No me imaginaba que los premios iban a ser tantos. Este es mi año; a contrapelo de lo que marca la industria, en un año hice lo que antes hacía en más tiempo”. Cerati señaló que “Los premios no son algo explicable... ni siquiera me parece que éste sea el mejor disco que haya hecho. Sí busqué simplificar el mensaje. Pero ‘Crimen’ fue propuesto por la compañía y al principio lo tomé como un tema bastardo, hasta se lo mandé a Shakira. Si hubiera tenido estos premios y este éxito antes no sé si lo hubiera disfrutado tanto: lo disfruté más por la edad, y porque me cansé de no disfrutar”. Obviamente, hubo preguntas por el meneado retorno de Soda Stereo. Y él, más solista que nunca, se atajó: “No, no... propuestas hubo, pero nada concreto. Lo que espero es que, si nos volvemos a juntar, no estemos muy patéticos”.
Informe: Karina Micheletto.
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