Mar 05.06.2007
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MUSICA › NIÑA PASTORI Y EL FLAMENCO

“Los puristas... ya sabes cómo son”

La cantante española publicó Joyas propias, un CD que recopila algunas de las mejores canciones de su carrera, inéditas aquí.

› Por Karina Micheletto

Se llama María Rosa García García, pero todos la conocen como Niña Pastori. El nombre artístico le llegó de chica, cuando en la isla en que nació –San Fernando, ese lugar de Cádiz que es sinónimo de flamenco– todos la señalaban: Ahí va la niña de la Pastori... La Pastori era su madre, cantaora y responsable de su herencia. Hace un par de años, la música de Niña Pastori comenzó a sonar de este lado del mapa. La forma en que su voz versionaba a Joan Manuel Serrat, Alejandro Sanz, Maná, Juan Luis Guerra o Armando Manzanero con ropajes flamencos resultó toda una novedad. Su primer CD editado en la Argentina, Joyas prestadas, llegó a vender lo suficiente para ganar un Disco de Oro, nada mal en estas épocas de la industria. Y ahora es tiempo de mostrar su pasado: se editó Joyas propias, un CD que recopila algunas de las mejores canciones de su carrera, inéditas aquí, y que marcan el camino recorrido entre el flamenco y el pop.

En Joyas propias hay temas de distintas épocas, desde el primer disco de la cantante (que tuvo producción de Alejandro Sanz), hasta una versión flamenca del Ave María preparada especialmente para aquel recital frente a Juan Pablo II, del que también participó Diego Torres. Una fotografía marca un hito de su carrera, cuando todavía no era una carrera: el gran referente del flamenco, Camarón –un paisano suyo de San Fernando– fue una suerte de padrino artístico que la bendijo presentándola en un escenario, cuando ella tenía 11 años. “Fue algo muy, muy importante. Lo considero como algo extraordinario que me ha pasado en mi vida, algo que con los años se ha vuelto todavía más grande”, dice ella en la entrevista con Página/12. “Me presentó en un teatro de Andalucía diciendo: ‘esta niña es de mi tierra y quiero que la escuchen’. El ha influido en todos los que admiramos esta arte, es el artista más importante del cante flamenco, así que puedes imaginarte lo que aquello fue para mí.”

–El disco Joyas propias es nuevo en la Argentina, pero descubre la primera parte de su carrera. ¿Cómo recuerda a aquella chica que empezaba su carrera con 17 años?

–Son recuerdos bonitos, mezclados con otros difíciles o duros. Pero en general recuerdo todo aquello con mucha inocencia. Tuve mucha suerte por tener un público fiel desde el principio, apoyándome, y por poder colaborar con músicos consagrados en España siendo muy joven.

–¿Cuáles son los recuerdos duros?

–Como en todas las profesiones, los principios siempre son duros. Debes aprender a adaptarte a muchas cosas nuevas: estar lejos de tu familia, lejos de tu entorno y de tu tierra, moverte sola en la gran ciudad y comenzar a manejarte en el mundo de los adultos, más pronto de lo normal. Es un aprendizaje que cuesta, pero que todos los artistas enfrentamos.

–Dice que tuvo un público a favor desde el principio. Cuando empezó a mezclar el pop con el flamenco tradicional, ¿no fue resistida? ¿Hubo reproches desde los sectores más tradicionales?

–¡Pues, sí, muchísimos! Siempre hubo mucho público joven que se identificó con mi música y con lo que yo mostraba cuando salí: era una jovencita que hacía flamenco y vestía con vaqueros y camiseta, como si hiciera otro tipo de música. Eso impactó a la juventud aquí en España. Pero los puristas, ya sabes cómo son... No les cuadraba para nada aquello. Yo seguí mostrando de a poquito mi mensaje, y creo que con cada disco que sacaba adelantaba un pasito más.

–¿Todavía hay resistencia?

–Sí, aunque creo que menos que antes. Al principio era como una guerra: cualquiera que salía a hacer flamenco y se veía joven, haciendo otras cosas o intentando innovar un poquitillo, enseguida era puesto bajo la lupa. Ahora está más paradita la cosa, pero algo de eso sigue habiendo. Es normal, yo también los entiendo: tienen miedo, piensan que el flamenco se puede perder. Yo quiero demostrarles lo contrario, que los jóvenes podemos ampliar el panorama del flamenco y lograr que cada vez más gente escuche nuestra música.

–Su madre tuvo mucho que ver con su carrera, y hasta con su nombre artístico. ¿Qué cosas le admiraba, qué legado le dejó?

–Muchas cosas, más que como cantaora de flamenco, como artista, con todo lo que eso significa. Lo que hago se lo debo a ella, eso es seguro. Fue quien me introdujo en esto, de ella aprendí lo principal, la afición por el flamenco. Me alegro de haber podido conocer de verdad esta música, poder sentirla y entenderla desde adentro.

–¿El flamenco sigue vivo hoy en San Fernando, o más bien se reduce al circuito turístico?

–La afición por el flamenco está viva, y sigue viva en toda Andalucía. Sólo que ocurre una cuestión: hay pueblos pequeños en donde nace el arte, pero es en las ciudades grandes donde hay más oportunidades. Para hacerte conocido como artista –no sólo en el flamenco, en todas las ramas del arte– tienes que venirte a Madrid, para lanzar tu carrera desde aquí. Yo ahora tengo mi casa en Madrid, pero por supuesto que también tengo mi casa en San Fernando, y siempre que tengo un ratito libre me voy a mi tierra, con mi gente y mi familia. Más allá de eso, allí el flamenco sigue vivo, y tiene con qué: en cada esquina seguro que encuentras un artista.

–Su primer disco, no editado en la Argentina, fue producido por Alejandro Sanz. ¿Qué relación tiene actualmente con él y qué opinión tiene de su música?

–El ahora vive en Miami y yo en España, por eso no nos vemos con la misma frecuencia que antes. Pero lo quiero mucho, es como si fuera de mi familia. Conmigo se ha portado siempre muy bien y siempre lo he tenido cerca. Lo admiro desde siempre, es un gran artista y ha hecho un gran aporte con su música.

–Otros colegas del flamenco como Diego el Cigala, sin embargo, están muy enojados con la forma en que incorpora el flamenco al pop.

–La verdad es que no estoy al tanto porque tampoco a él lo veo mucho, a veces es complicado coincidir entre las giras y las promociones. Pero no creo que el Cigala tenga un enfado concreto con Alejandro Sanz, no debe ser nada grave...

–¿Por qué cree que el flamenco hoy despierta tanto interés en todo el mundo, aun cuando no entienden el idioma?

–Por lo profundo que es. Porque sale de muy dentro del alma. Hay veces que uno está cantando y tiene el corazón en la boca, lo puede sentir. Eso es lo que hace que llegue en forma tan directa a quien lo escucha, más allá del idioma.

–Si no hubiera sido cantaora, ¿qué hubiera sido?

–Una cantaora frustrada, seguro. No me imagino haciendo otra cosa que cantando flamenco.

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