El sur de Catamarca, en el departamento de La Paz, es una de las zonas rurales del país donde el conflicto por la tenencia de las tierras arde silenciosamente. Parajes como El Quimilo, El Clérigo, Pozo Verde o El Chaguaral pueden desaparecer si prospera la compra de más de cien mil hectáreas que cuatro años atrás intentó concretar –en principio hay un boleto de compraventa firmado– una empresa norteamericana. Hoy el conflicto se dirime por vía judicial, aunque los pobladores de la zona siguen siendo amenazados, los mojones corridos y las acciones de deslinde en curso. La vicegobernación de Catamarca asumió el tema como un asunto de Estado, y la nueva jugada para hacer visible el conflicto tiene como protagonista a la música. En la capital provincial, mañana y pasado, el festival gratuito Catamarca suena, por las tierras argentinas buscará mostrar al país lo que está pasando al sur del norte.

Luis Alberto Spinetta, Jaime Torres, el Chango Spasiuk, Los Ratones Paranoicos y el Bahiano, más una serie de artistas catamarqueños, serán los encargados de transmitir con música el mensaje de los pobladores de estos parajes amenazados. El encuentro, que se realizará en la capital provincial, tendrá como escenario el Dique El Jumeal, una zona que los catamarqueños tienen a mano para pasar al aire libre el fin de semana, y también como la “Villa Cariño” que se impone en las afueras de todo lugar de provincia. Los organizadores de Catamarca suena, por las tierras argentinas apuntan a dar entidad al conflicto por fuera de las fronteras provinciales y lo hacen en tiempos preelectorales, un dato no menor a la hora de computar fortalezas y debilidades.

En la zona en conflicto, colindante con las Salinas Grandes, ocurre lo que en tantos lugares del país: la tenencia de las tierras nunca fue legalizada, con lo cual la población que vive allí desde hace años, y que mantiene sus lugares de pastoreo de generación en generación, no tiene forma de presentar ante la Justicia un papel que nunca tuvo. En principio, nada impidió que el 12 de diciembre de 2003 se transfiriera el dominio de 116.400 hectáreas de la zona sur del departamento de La Paz por 407.050 dólares a Peter Lee Mc Bride, representante de la empresa estadounidense Los Poquiteros S.A.

“Desde el punto de vista territorial, la adquisición incluye el 36 por ciento del Departamento de La Paz, que a su vez constituye el cuarto departamento en importancia en la provincia de Catamarca en cuanto a superficie”, indica un informe elaborado por el equipo de gestión de la vicegobernación de la provincia. “En la compra señalada, se incluye el campo de pastoreo de nueve comunidades, habitadas por aproximadamente 800 pobladores, la mayoría pequeños productores cabriteros”, se advierte.

Catamarca fue la primera provincia en dar una alegría al gobierno nacional: en marzo de este año, el gobernador Eduardo Brizuela del Moral, un representante de los radicales K, logró la reelección, al frente de una fórmula que alineó al Frente para la Victoria, al Frente Cívico y Social y a otros partidos provinciales. El actual vicegobernador, Hernán Colombo –quien tiene a su cargo la organización de Catamarca suena– será reemplazado en diciembre próximo por Lucía Corpacci de Saadi. De cara a las elecciones presidenciales de octubre, resta definir alianzas dentro de la alianza, y el tiempo corre: el 28 de agosto próximo vence el plazo para presentar las listas. Cuántas se presentarán finalmente, qué nombres irán en cada una y cuáles quedarán impresos junto al de Cristina Fernández de Kirchner son otros temas que por estos días queman, aunque más ruidosamente, en Catamarca.