Con la cara hinchada y pintada, Charly García agregó el martes otro capítulo a su conflicto con La Trastienda. Sin saber que el local había suspendido el último show de Olvidate del rock nacional por los incidentes del lunes, el músico llegó al local a la medianoche y lo encontró cerrado: “¿Encima que me pegaron suspendieron el recital?”, dijo. “Me pegan a mí porque tengo talento y ustedes son una manga de burros. A este lugar lo tienen que demoler. ¡La Trastienda, un sucucho!”, dijo, y luego se dirigió a un grupo de fans que estaba en el lugar: “Yo no hago denuncia, no soy un botón, pero mi ejército... ¡Rompan todo!” La cosa no pasó a mayores: García se subió a una limusina y se fue... para volver minutos más tarde y regalarle una botella de champán al grupo de gente.