MUSICA › CALEXICO, UNA ESTIMULANTE MEZCLA EN EL “NUEVOS AIRES FOLK”
› Por Roque Casciero
Sin hiperesponsorización, en un lugar mucho más chico que un estadio al aire libre, pero con especial atención en la elección de las bandas: así es el festival Nuevos Aires Folk, que acaba de tener su segunda edición con la visita de Calexico y que promete más música para 2008. Música, así, sin muchas más etiquetas, porque el “folk” del título es más abarcativo que limitador, de ahí lo de “aires”: además del sexteto de Tucson, esta vez tocaron los locales Los Alamos, Fantasmagoria y Juan Stewart y los españoles La Media Luna. De todas formas, costaría bastante encontrar un festival temático a la medida de Calexico, porque en su música conviven de modo vibrante y armónico el rock indie, las bandas sonoras de spaghetti westerns, los mariachis, el country, la música caribeña y la cumbia. Como para que quede claro, vale mencionar que en los bises del primero de sus dos shows hicieron “Alone again or”, un cover de Love, la mítica banda que en los ’60 lideró Arthur Lee, y mezclaron su hit cumbianchero “Güero canelo” con “Desaparecido”, de Manu Chao. Por supuesto, para ese momento el público que llenaba La Trastienda ya estaba de pie, bailando con esa banda mestiza que le puso sonidos como nadie a la frontera entre Estados Unidos y México.
El guitarrista y cantante Joey Burns y el baterista John Convertino, líderes de Calexico, tienen una larga historia en común: empezaron a tocar juntos en Giant Sand en 1990, luego formaron Friends of Dean Martin (que por problemas legales pasó a llamarse Friends of Dean Martinez) y finalmente Calexico, en 1996. El nombre de la banda es también el de una ciudad fronteriza, ahí donde no se sabe si es California o México. Siempre con formaciones distintas, han publicado cinco discos oficiales y otros siete de rarezas que se venden sólo en los shows (en La Trastienda se conseguían a 20 pesos) o a través de su página web, www.casadecalexico.com. Y aunque se los catalogó como “mariachi indie”, en las canciones de Calexico hay lugar para muchas más combinaciones. Garden ruin, su quinto álbum y primero editado aquí, los muestra más interesados en la esencia de la canción y por momentos más rockeros. En su primer show porteño todos los Calexicos posibles estuvieron sobre el escenario: tal como le había adelantado Burns al suplemento NO de este diario, arrancaron el show buscando climas reposados, para luego ir construyendo esa bola de energía que al final puso a todos a bailar.
“Creímos que debíamos empezar por el principio”, dijo Burns tras el tema inicial. La canción era “Sánchez”, del primer disco de la banda (Spoke, 1997), y la tocaron sólo el cantante y Convertino. Burns alternó toda la noche entre su guitarra Airline blanca, hecha de plástico, y una acústica, según lo que le requería cada canción. Los otros músicos también cambiaban de instrumentos todo el tiempo: Paul Niehaus tocaba steel guitar o una eléctrica; Jacob Valenzuela, teclados y trompeta (y cantó “Ojitos traidores”); Martin Wenk tocó acordeón, teclados, xilofón, trompeta y guitarra; y Volker Zander, contrabajo y bajo eléctrico. Pero no importaba quién tuviera qué instrumento, la intensidad de la banda nunca decaía, así estuvieran haciendo una balada. Eso sí, todo se ponía muy sabroso cuando las dos trompetas se ponían bien mexicanas, como en en el instrumental “Minas de cobre” o en “Across the wire”, o cuando las tres guitarras eléctricas llegaban al paroxismo rockero de “Close behind” o la zeppeliniana “Jesus and tequila”. Sólo puede reprochárseles que el show haya quedado corto, porque apenas pasó de una hora, y levantaron dos temas que figuraban en la lista. Pero quedó compensado con ese seudofinal con “Letter to Bowie knife” y “Crystal frontier”, más los bises calientes que pusieron a toda La Trastienda a mover la patita sin prejuicios.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux