MUSICA › ANTONIO CARMONA PRESENTó VENGO VENENOSO EN LA TRASTIENDA
› Por Karina Micheletto
Flamenco, pop, canción melódica, balada romántica, algo de palmas más fiesteras. De lo primero queda poco, así achatado por una base rítmica que suena siempre igual. La fuerza gitana de este hombre que supo militar en las filas de Ketama, y sobre todo la fuerza de un género que como todo género con tradición se resiste a pasteurizaciones ad hoc, así presentada, queda lavada por este envase de pop melódico. Apenas algún indicio en cierto resto tímbrico, en las palmas que indican a los fanáticos que hay que gritar un ¡Ole! Como una suerte de Jorge Rojas del flamenco –con producción a mayor escala, proveniendo del Primer mMundo– la propuesta de Antonio Carmona parece ser la de tomar la tradición para hacerla radiable, pegadiza y romanticona. Lo cual ya le augura una feliz pertenencia a los 40 principales que suenan en distintos lugares del mundo.
En su presentación en La Trastienda, en medio de un despliegue promocional importante, Carmona llega para presentar su trabajo en estas tierras, y de paso grabar un videoclip. Pronto se descubre de qué viene la cosa, con un repertorio recostado en las formas más románticas, que termina bastante parecido en cada tema toda la noche. La sutil diferencia llegará sobre el final, hacia los bises, cuando después del himno “No estamos locos” aparezcan algunos temas de Ketama, con un dejo de sabor más flamenco, o aflamencado. En el trabajo con el que anuncia su lanzamiento solista, Carmona parece haber llevado al límite el espíritu pop más liviano de la última etapa de Ketama.
Se sabe que hoy por hoy en un estudio se puede echar a volar la imaginación y, como suele ocurrir, en el vivo es donde empiezan a aparecer las diferencias. Aquí, por ejemplo, quedan fuera de juego todas las posibles sutilezas de la grabación, como cruces étnicos (la inclusión de un violín iraquí, ciertos detalles de programaciones) o las sumatorias de invitados como Alejandro Sanz o Juanes. La producción de Vengo venenoso estuvo a cargo de Gustavo Santaolalla, con Aníbal Kerpel como productor asociado. En el vivo, Carmona muestra su manejo del cajón peruano (él fue el responsable de introducirlo en el flamenco), pero no alcanza para disimular una base rítmica con pocos matices.
El show transcurre por una cantidad de temas más melódicos (“Puerto moruno”, “Ay de ti”), otros más de base pop y estribillos pegadizos (“Para que tú no llores”, “Una, dos y tres”, ya instalados como cortes de difusión, además del que da título al disco). Los que conservan alguna fuerza, o algún toque distintivo, son quizás “A tu lado” (menos logrado en el vivo que en la producción del disco, de todos modos), o “Se amarra el pelo”, que se basa en la simpleza. Solo con la guitarra, Carmona hace “A Lucía Fernanda” y un popurrí de flamenco tradicional fiestero enganchado. Luego, hacia los bises, Coti Sorokin se suma como invitado para hacer “Se dejaba llevar”, de Ketama.
A la salida de La Trastienda, algunos se preguntaban qué habían podido escuchar de flamenco, otros expresaban su satisfacción. Como representante del nuevo flamenco, Antonio Carmona tiene la virtud de estar listo para sonar en FM 100.
6-RECITAL DE ANTONIO CARMONA
Presentación del disco Vengo venenoso
Jueves 27 de marzo
Lugar: La Trastienda
Público: 600 personas
Duración: 1 hora y media
Músicos: Juan Carmona y Juan Mazur guitarras, Juan Leguizamón batería, Carlos Rodríguez teclados.
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