La escritora mexicana Elena Poniatowska fue distinguida ayer con el premio Biblioteca Breve que otorga la editorial Seix Barral en Barcelona, por la novela Leonora. El galardón, que se entrega anualmente, está dotado con 30.000 euros y este año coincide con el centenario de la editorial española. “Quiero dedicar el premio a las mujeres mexicanas que estamos viviendo tiempos de agresión”, dijo la autora sobre el premio, que el año pasado quedó en manos del argentino Guillermo Saccomanno por la novela El oficinista.

El jurado que decidió por unanimidad conceder el premio a Poniatowska estuvo integrado por los escritores José Manuel Caballero Bonald, Pere Gimferrer y Rosa Montero, el catedrático de literatura y crítico literario Darío Villanueva y por la editora Elena Ramírez. “En un escenario cosmopolita y con recursos verbales magistrales, Elena Poniatowska construye una figura femenina turbadora en la que se encarnan los sueños y las pesadillas del siglo XX”, destacó el jurado en su argumentación.

Leonora, que se publicará el próximo 22 de febrero, es una reconstrucción desde la ficción de la vida de Leonora Carrington, una de las más importantes pintoras surrealistas del mundo y una mujer de espíritu rebelde que vivió una turbulenta historia de amor con el pintor Max Ernst. Carrington, una mexicana de origen británico, convivió en el París de las vanguardias con Joan Miró, André Breton, Pablo Picasso y Salvador Dalí. Una experiencia similar atravesó la misma Poniatowska: nació en París en 1932 y vivió ahí hasta los nueve años. Pero al estallar la Segunda Guerra Mundial se trasladó con su familia a México. Comenzó en el campo de las letras como periodista y en la década de 1990 fue distinguida por sus obras literarias. Entre muchos otros, en 2001 recibió el premio Alfaguara de novela por La piel del cielo y seis años más tarde se alzó con el Rómulo Gallegos por El tren pasa primero.

Durante la producción del libro, la galardonada escritora se centró en conversaciones con conocidos de Carrington y textos publicados por otros autores. “Leonora Carrington fue un ser muy solitario, que vivió con el miedo que significa estar internada en un centro psiquiátrico” y esa soledad se acrecentó “al llegar sola a un país (México), sin hablar su idioma y sabiendo que tenía que vivir de su pintura, pues su padre la había desheredado”, narró Poniatowska.

Para la escritora mexicana, Carrington no pintaba de manera explícita como los surrealistas, sino que “simplemente pintaba su mundo infantil, su mundo celta, su mundo interior, al igual que le sucedía a la también pintora española Remedios Varo, con la que coincidió en México”. Carrington, recuerda la ganadora del Biblioteca Breve, mantuvo una amistad estrecha con Varo, con quien tenía algo muy fuerte en común: el desarraigo, “ambas venían de Europa huyendo de la guerra”.

En cambio, con Diego Rivera y con Frida Kahlo no se hablaba ni nunca se hizo amiga: “Había una división entre los pintores que procedían de Europa y el gran movimiento artístico revolucionario que reivindicaba las grandes gestas a través de sus murales kilométricos, y Leonora prefería estar lejos de los artistas que defendían la pintura a balazos”, reveló la escritora. Por otro lado, Poniatowska aclara que la obra no pretende ser fiel reflejo de la realidad y que ante todo se trata de una novela. “No es ni una crítica de la pintura de Leonora Carrington ni una biografía”, dijo. La autora firmó célebres crónicas como Todo empezó el domingo (1963) y conoció el éxito con la publicación de La noche de Tlatelolco (1971), sobre la matanza de estudiantes en 1968. Como novelista, Poniatowska escribió obras como Hasta no verte Jesús mío (1969), Querido Diego, te abraza Quiela (1978), La flor de Lis (1988) y Tinísima (1992).