LITERATURA › JAVIER MARíAS GANó EL PREMIO FORMENTOR DE LAS LETRAS 2013
El escritor español, que el año pasado había rechazado el Premio Nacional de Narrativa, aceptó el nuevo galardón, ya que no es institucional. Así se unió a una lista de ganadores en la que figuran Jorge Luis Borges, Samuel Beckett, Saul Bellow y Carlos Fuentes.
› Por Silvina Friera
El genial cascarrabias austríaco Thomas Bernhard despotricaba contra la pesadilla de tener que recibir ciertos trofeos, tributos y reconocimientos varios con un cinismo elevado a la enésima potencia: “El ser humano debe aceptar el dinero siempre que se le ofrece sin titubear nunca por el cómo y el dónde, todas esas consideraciones no eran siempre más que pura hipocresía”. Javier Marías rechazó el Premio Nacional de Narrativa el año pasado para sostener su palabra empeñada: había dicho que nunca recibiría un premio institucional. Su coherencia continúa intacta. Esta vez aceptó el Premio Formentor de las Letras 2013, dotado de 50 mil euros, que se otorga al conjunto de la obra narrativa de aquellos escritores cuya trayectoria prolonga la gran tradición literaria europea. El narrador español se suma a la lista de un puñado de nombres ilustres que recibieron este galardón, como Jorge Luis Borges, Samuel Beckett, Saul Bellow, Witold Gombrowicz y Carlos Fuentes. Los miembros del jurado de esta edición, integrado por Félix de Azúa, Basilio Baltasar, Juan Antonio Masoliver Ródenas, Manuel Rodríguez Rivero y Berta Vías Mahou, subrayan que la obra del autor de Tu rostro mañana, Todas las almas, Corazón tan blanco y Los enamoramientos, entre otros títulos, “representa un triunfo de la inventiva gracias a la habilidad con la que ha sabido contar, describir y pensar, sin que se resienta el flujo narrativo”. Entre las consideraciones del acta del jurado se aprecia especialmente la integración de la acción descriptiva, introspección y digresión “en perfecto equilibrio” para la dinámica del relato. “Marías ha sabido combinar fórmulas novelísticas tanto experimentales como convencionales, siendo cada nueva novela el resultado de una lucha con las inercias del oficio.”
Como dicta la costumbre, el jurado no ahorró elogios hacia la obra de Marías, un narrador que “cultiva el placer de la escritura y transmite al lector un gozo que constituye una de las claves de la buena literatura”. “El humor está presente con elegancia y sus narradores, a menudo desconcertados, reflejan a su modo la fragmentación y la complejidad de la realidad, el recuerdo y la verdad.” Para finalizar, los fundamentos reconocen en el autor de los cuentos reunidos en Mala índole a “un importante renovador de la narrativa en español que ha encontrado en Europa voces y modos que hasta ahora eran infrecuentes en la tradición española”. El Formentor surgió en 1961 por iniciativa conjunta de Carlos Barral y varios pesos pesados de la edición europea, como Antoine Gallimard y Giulio Einaudi, en el marco de los Encuentros de Formentor que habían comenzado dos años antes. Durante la década del ’60 fue una referencia para la vanguardia de la edición europea y uno de los foros literarios más importantes, donde se reunieron los máximos exponentes de la literatura de la época, en tertulias, encuentros y debates. Esa primera etapa se terminó en 1967. Cincuenta años después del principio, en 2011, se volvió a conceder este prestigioso premio a Carlos Fuentes y en 2012 a Juan Goytisolo, patrocinado por la familia Barceló, propietaria del hotel Barceló Formentor (Palma de Mallorca), y la familia Buadas, antigua propietaria del hotel en los ’60, cuando se crearon las jornadas y el premio.
Marías recibirá el Formentor el próximo 31 de agosto en Palma de Mallorca. Quizás en estos momentos sonría como lo hace un rostro acostumbrado a recibir felicitaciones, tras un 2012 marcado nada menos que por su ingreso al selecto club de autores publicados en la serie Modern Classics de la editorial británica Penguin. Y por la polémica que se desató cuando no aceptó el Premio Nacional de Narrativa. El año pasado confesó, en una conferencia de prensa, que llevaba rechazados dos premios literarios, un total de 35 mil euros. “A veces vale la pena, si te sientes más tranquilo con tu propia conciencia”, aseguró entonces. Mientras tanto, sigue en esa lucha a brazo partido con las inercias del oficio, inmerso en una nueva novela que está escribiendo, la número doce. “Uno nunca sabe la extensión que va a tener un libro, y hasta que no la acabe no sabré si la publico o no”, anticipó con esa cautela que suelen tener algunos escritores cuando están bajo los influjos de un huracán creativo de rumbo incierto. En caso de publicarla, el narrador de esa novela es un hombre, y a diferencia de sus otras obras, que suelen transcurrir en la actualidad, esta vez el escenario temporal central será 1980, pero evocado desde el presente.
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