Domingo, 2 de julio de 2006 | Hoy
LITERATURA › “EL CONDE DE MONTECRISTO” CON PAGINA/12
Todos los lunes de julio, el diario regalará una entrega de la gran novela de Alejandro Dumas. Se trata de la versión original, de 1000 páginas, dividida por su autor en cinco capítulos.
Por Liliana Viola
Desde que El conde de Montecristo hizo su aparición, de la mano de Alejandro Dumas allá por 1844, jamás se ha ido. Cada vez que alguien pone en escena una gran venganza, su figura regresa, con esa capacidad que tienen unos pocos personajes –como El Quijote o Robin Hood– de no envejecer jamás. El argumento es una verdadera pieza de relojería que tiene además el mérito de haber convertido en lectores a generaciones completas: un joven es traicionado por sus propios amigos que le roban hasta a su futura esposa, mientras lo dejan encerrado durante 14 años en una prisión de alta seguridad.
El cambio operado en ese personaje –que de ser un marinero bastante insulso se convierte en sabio seductor– sumado a la espectacularidad de la huida habrían bastado para dejar al mundo la novela de aventuras más apasionante. Pero la historia va más allá. El protagonista regresa para vengarse. Vuelve a su antiguo mundo donde nadie lo reconoce a pesar de que no ha recurrido a otra máscara que la que le han dado el dolor y las enseñanzas de un viejo abate. Estamos por fin ante el misterioso conde de Montecristo, capaz de administrar el bien y el mal. Convencido Dumas de que la venganza es un plato que se come frío, destina más de mil páginas –hay que recordar que las populares adaptaciones juveniles redujeron el original a bastante menos que la mitad– a desplegar no sólo brillantes y fantasiosas estrategias, sino también una lección sobre los límites que la moral y el destino le ponen a quien pretenda hacer justicia por su propia mano.
Aventura, amor
y venganza
A partir de mañana y durante todos los lunes de julio, Pagina/12 regalará a sus lectores la versión completa de El conde de Montecristo, dividida en cinco tomos. Cada tomo coincide con la misma división en cinco capítulos que realizó el autor. Esta política de edición rinde homenaje a la modalidad de literatura por entregas del siglo XIX, ya que la novela originalmente se distribuyó como un folletín que los lectores iban recibiendo cada semana, aumentando, como es de suponer, la ansiedad por la lectura. Decir que esta obra es la mejor novela de aventuras, amor y venganza de todos los tiempos no generará ninguna polémica. La mayoría de los lectores la tienen entre los más queridos recuerdos de su infancia y juventud. Y la lista incluye a lectores consagrados como Carlos Fuentes o Umberto Eco, por ejemplo.
De tal padre,
tales hijos
Entre las 260 novelas que firmó Alejandro Dumas, El conde de Montecristo, junto a Los tres mosqueteros, no ha dejado de editarse jamás. Dumas nació en 1802, el mismo año que Victor Hugo, y se llevó, como éste, la fascinación de sus coetáneos que hicieron de cada obra suya un verdadero best seller. Como correspondía a personaje tan carismático, se cuenta que ganó grandes fortunas que dilapidó hasta terminar en la más absoluta miseria; se le atribuyenveintisiete amantes y cuatro hijos fuera del matrimonio, entre los que figura el autor de La dama de las camelias. Tan cierto es que todo lo que tocaba era un éxito, como que jamás lo hacía solo: Dumas llegó a afrontar juicios por haber creado una especie de usina literaria –que hoy se llamaría productora– en la que muchos escritores fantasma redactaban bajo su látigo y su genio. En honor a la verdad, habrá que recordar aquí el nombre de Auguste Maquet, quien a esta altura es admitido como el coautor de El conde de Montecristo y de las más exitosas novelas de su jefe. Pero si Dumas no fue el único padre de sus obras, debe decirse que El conde... ha dado muchos hijos. Ha sido el molde que diseñó a conocidos héroes de la cultura popular entre los que se cuentan el ya legendario Dr. Kimble, El fugitivo que en la década del sesenta buscaba a un escurridizo hombre manco para ejecutar su venganza; el Hombre que volvió de la muerte, donde Narciso Ibáñez Menta ejecutaba uno por uno a los traidores valiéndose, igual que el conde, de experimentos científicos, disfraces y otras suertes. En su estirpe se inscriben también los saberes sorprendentes de James Bond y la saga del aquel aristócrata disfrazado, vengador de injusticias, conocido como El Zorro.
Por si le faltaran razones para ser atrapante, quienes quieran hallar un sustento político e histórico en esta trama, se encontrarán con una de las mejores novelas históricas de Dumas, que transcurre en París, Marsella y Roma durante las intrigas burguesas que se inician con Napoleón atrapado en la isla de Elba. Alguna vez García Márquez recordaba que en un ágape literario le habían preguntado sobre sus novelas favoritas. “Y yo dije El conde de Montecristo. Pero no expliqué por qué. No habría podido, habría resultado muy difícil.” Y es que es tan fácil y placentero leerlo, como difícil exponer en una sola página todas las razones de su encanto.
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