LITERATURA › LA POETA MóNICA SIFRIM Y EL LANZAMIENTO DE LA EDITORIAL CIENVOLANDO
En una época en la que los grandes sellos se aglutinan en conglomerados, la actividad alternativa no baja la guardia. La nueva editorial propone además evitar los compartimientos estancos, con títulos que abrevan tanto en la narrativa como en la poesía y el ensayo.
› Por Silvina Friera
“Cada cual llama ‘barbarie’ a aquello a lo que no está acostumbrado.” La sentencia de Michel de Montaigne podría dar cuenta del estupor ante la concentración editorial en pocas manos. A la par de este aglutinamiento, en los últimos años los sellos independientes pequeños y medianos, una suerte de modesto dream team de calidad y gratas joyitas, se multiplican como actores emergentes que van adquiriendo una modesta fuerza a la hora de abrir nuevos caminos para los escritores y lectores. Lo que importa es construir catálogos de largo aliento. A esta movida se suma Cienvolando, editorial coordinada por la poeta Mónica Sifrim, que mezclará la hacienda de la narrativa y la poesía. Los tres primeros títulos anticipan un modo de intervenir sobre el campo literario: la reedición de Brillos, de Luis Gusmán, con prólogo de Luis Chitarroni y contratapa de Oscar Masotta; el poemario Variaciones de la luz, de Diana Bellessi, y la novela póstuma de Gloria Pampillo (1938-2013), Una mala mujer. “Nunca dirigí una editorial, pero tengo muchos años de experiencia en crítica literaria y docencia en talleres de escritura. Acepté el desafío porque siempre me pareció que algún día iba a ser editora como evolución natural de un recorrido. Es un sueño que se fue concretando en equipo y resulta emocionante este momento en que los libros comienzan a nacer uno tras otro”, confiesa Sifrim a Página/12.
“El nombre Cienvolando obviamente está pensado a contrapelo del dicho ‘Más vale pájaro en mano’. Es, más bien, lo opuesto”, aclara Sifrim en su debut como editora y con un poemario recién presentado, El talante de las flores (Hilos). “A propósito de esta idea es que abrimos el juego y apostamos a publicar no solo poesía sino también narrativa, e incluso ensayo. Elegimos libros iné-ditos o reediciones. En 2015 aparecerá incluso una antología temática de cuentos. Suele hablarse de narrador y poeta como si fueran sectas separadas, pero en la literatura hace rato que los límites entre poesía y prosa se han diluido mucho. Baudelaire ya expresaba el deseo de una prosa poética. No me parece buena la diferenciación y pongo a los géneros en un plano de igualdad. Esa utopía, no buscar lo más obvio, le da título a la editorial. Estaremos abiertos en nuestras elecciones a todas las posibilidades, sin la barrera de una línea editorial rígida y sin circunscribirnos a un género determinado.”
Brillos, de Gusmán, es parte de una trilogía junto a El frasquito y Cuerpo velado. “Su escritura tiene la impronta de lo lírico, una suerte de ensoñación que desconcierta al lector a la vez que ilumina con su prosa”, explica Sifrim. “Es una historia que no se deja asir con facilidad por el modo en el que está narrado ese funeral que no acaba de empezar. La escritura se revela, hurga en la oscuridad e insiste en dar nombre a lo que no se puede nombrar, la muerte. Estas fueron las razones que nos impulsaron a pensar el nacimiento de la editorial con la reedición de esta novela.” Gusmán plantea que esta reedición “repara los malos entendidos de la literatura”. Brillos se publicó en 1975 por una editorial prestigiosa como era Sudamericana, en el mismo servicio de novedades en el que salió El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez. “Osvaldo Lamborghini me reprochó haber escrito ese libro para el mercado”, recuerda el escritor y psicoanalista. “Pasan casi 40 años y recién se reedita. En cambio, El frasquito, el libro vanguardista, subversivo y disruptivo, incluso prohibido, es texto en la Facultad de Letras y tiene sus ediciones homenaje. Por eso quiero reeditar Brillos, porque para mí es un libro de pasaje en mi escritura. Lo escribí en ese momento, entre otras razones, para que los brillos de El frasquito y su irrupción tan notoria no me encandilaran.”
Variaciones de la luz, de Belle-ssi, es “un libro vivaz y delicado” que ganó un premio internacional en España, el de Melilla, y fue publicado en la colección española de poesía Visor. Pero nunca llegó al público argentino, salvo unos pocos ejemplares en 2010. “El público de Bellessi, una de las principales poetas de nuestro país, es de Argentina, de modo que la edición de este libro es capital para la autora y para sus lectores y por fin ahora se llevará a cabo”, subraya Sifrim. Una mala mujer es la novela póstuma de Pampillo, “una autora que ha sido muy reconocida por sus trabajos teóricos y su labor docente, pero no muchos han leído novelas tan interesantes en su estructura y tan bien escritas como Las invenciones inglesas, Pegamento o Costanera Sur”. La editora cuenta que los hijos de Pampillo le dieron el manuscrito de esta novela que la escritora terminó de escribir pero no llegó a corregir. Daniel Gigena y Carolina Bruck trabajaron en la revisión. “Una mala mujer es una historia familiar con reminiscencias de cuento de hadas. Su prosa, clara y transparente, por momentos parece ingenua, sin embargo, pone al desnudo un viejo dolor”, analiza Sifrim. “Esta edición es también un homenaje a Pampillo como narradora.”
Cienvolando se integra al amplio y diverso mapa de la edición independiente argentina. “Hay muchas editoriales nuevas apuntando a lo artesanal y al descubrimiento de nuevos y jóvenes escritores. Esas opciones nos parecen buenas y deberían expandirse, pero nosotros consideramos que también hay escritores de mucho prestigio que necesitan más difusión, llegar a nuevo público y renovar el vínculo con los lectores”, reflexiona Sifrim. “La edición independiente da oportunidades a excelentes escritores que de otro modo no podrían publicar y ha logrado que trasciendan, porque además ahora existen algunas distribuidoras especializadas en editoriales pequeñas que hacen llegar los libros a las principales librerías. Hace algunos años la distribución era el principal escollo. En los últimos tiempos los lectores comenzaron a buscar ese material y no están sólo detrás de las últimas novedades de grupos editoriales multinacionales. Un problema de las grandes editoriales es que no dan tiempo a que circule el boca a boca y reemplazan de los estantes rápidamente a sus autores. La literatura circula de otro modo, más lento. A Juan José Saer, por ejemplo, en los años ’80 sólo se lo leía en Filosofía y Letras. Las editoriales independientes dinamizan el mercado, pero lamentablemente no siempre logran mantenerse en el tiempo.”
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