“No lo veo como un mérito mío, sino como un regalo muy generoso de México, que fue el primer país en reconocer mi literatura. Se trata de un premio que hasta tiene sentido, la misma FIL (Feria Internacional del Libro) forma parte de mi biografía como de mi imaginario narrativo.” Con estas palabras, el escritor catalán Enrique Vila-Matas se refirió al premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2015 que le será entregado, junto con 150 mil dólares, el próximo 28 de noviembre durante la inauguración de la FIL de Guadalajara. El escritor declaró que quince minutos antes de recibir la llamada telefónica en la que le adelantaban la entrega del galardón, se encontraba trabajando en su nuevo libro y aclaró que el hecho de recibir este premio significaba para él “seguir trabajando con especial cuidado y atención para no interrumpir demasiado mi quehacer, que es lo que más me importa. No quiero que esto me paralice”.

Vila-Matas dedicó el premio a su maestro y amigo Sergio Pitol, autor mexicano al que conoció en Polonia en los años 70, y que se transformó en una de las personas que más lo influenciaron en su decisión de dedicar su vida a la literatura: “En Varsovia, cuando nos conocimos, Sergio me lo dijo muy claramente: ‘Escribe y no hagas nada más’. Y he seguido su consejo”.

Nacido en Barcelona en 1948, Vila-Matas es autor de una extensa obra en la que se entrelazan el género literario y el periodístico. Dentro de una larga lista de libros publicados, traducidos a más de treinta idiomas, destacan Bartleby y compañía (2001), El mal de Montano (2003), Doctor Pasavento (2006), Exploradores del abismo (2007) y Dublinesca (2010). Teniendo en cuenta todos estos pergaminos a la hora de entregarle el premio, el jurado de la FIL destacó en el acta oficial que Vila Matas es “uno de los autores que más han contribuido a renovar la literatura de Europa y América latina, con una obra en la que se entrelazan los distintos géneros literarios y se diluyen las fronteras entre ensayo y ficción”.

Luego de recibir el premio, en un enlace telefónico desde España con los organizadores del evento, el escritor recordó que ha escrito varias historias relacionadas con las primeras ediciones de la FIL de Guadalajara, cuando no era tan conocida y aún llevaba el nombre de Juan Rulfo. “Al regresar a Barcelona me miraban como si regresara de una excentricidad al acudir a México para asistir a una feria desconocida, pero allí tuve descubrimientos como el de 1992, cuando conocí a Juan José Arreola, a quien junto a Rulfo admiro profundamente.” Al momento de hablar sobre su obra, VilaMatas explicó que su intención ha sido siempre intentar trascender los géneros y plantear interrogantes desde lo contemporáneo, alejándose de los modelos arcaicos. “Siempre he estado huyendo de la novela convencional, desde el principio uní ficción con pensamiento, con ensayo autobiográfico; he mezclado todo de la misma forma que en la vida cotidiana no trabajamos con compartimentos. En literatura creo que es ridículo trabajar con un género determinado, ya desde El Quijote están mezclados todos los géneros.”

Respecto de su trabajo periodístico, el escritor dijo que desde los 20 años, cuando comenzó en ese oficio, se convirtió en parte de su propia literatura y jamás ha estado fuera de su obra. Según él, existe poca diferencia entre lo que escribe en periódicos y la ficción. “Creo que todo escritor debe tener un compromiso con el mundo en que vive; la mayoría lo tiene tanto en la obra como en ocasiones en la vida política y social. En mi caso estoy atento a todo lo que sucede con la angustia lógica de vivir los acontecimientos que estamos viviendo y preguntándonos siempre qué podemos hacer, algo que todos nos preguntamos.”