LITERATURA › EL XXIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESíA DE ROSARIO
En varios espacios de la Ciudad, habrá actividades que no sólo contemplan echar un vistazo al pasado e invitar a nombres ya conocidos, sino también dar cabida a voces más jóvenes. Habrá además un homenaje especial a los poetas de El lagrimal trifurca y La cachimba.
› Por Silvina Friera
La belleza de lo cercano y lo lejano vibra en la cuerda tejida con los versos del pasado, del presente, del mañana. El XXIII Festival Internacional de Poesía de Rosario (FIPR) comenzará mañana y se extenderá hasta el próximo domingo en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, en la Plataforma Lavardén, en el Centro Cultural Parque España y en otros espacios de la ciudad. Roberto Appratto (Uruguay), Luis Chávez (Costa Rica), Vicente Monroy (España), Fredy Yezzed (Colombia), Angélica Freitas (Brasil), Ernesto González Barnert (Chile), Julia Wong (Perú), Maggie Torres (Paraguay) y Gerardo Grande (México) participarán de esta edición junto con varios poetas argentinos como Washington Cucurto, Pablo Katchadjian, José Villa, Gabriela Bejerman, Roberta Iannamico, Alejandro Crotto, Cristian De Nápoli, Claudia Masín, Soledad Castresana y Gabriela Luzzi, entre otros. En esta edición se realizará un homenaje especial a los poetas de El lagrimal trifurca (1968-1976) y La cachimba (1971-1976), dos revistas y editoriales rosarinas emblemáticas de la década del 70. En la apertura leerán poemas Elvio Gandolfo, Eduardo D’Anna y Hugo Diz –núcleo estable de El lagrimal...– y Raúl García Brarda, Jorge Isaías y Alejandro Pidello, el trío poético de La Cachimba.
Después de la lectura inaugural, Elvio Gandolfo presentará una nueva joyita de la colección “Reediciones y Antologías” de la Biblioteca Nacional: la edición facsimilar de El lagrimal trifurca, nombre tomado de uno de los versos del poema IV de Trilce, de César Vallejo: “Rechinan dos carretas contra los martillos/ hasta los lagrimales trifurcas”. Organizado por el Centro Cultural Parque de España, la Secretaría de Cultura y Educación de la municipalidad de Rosario y el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia de Santa Fe, el FIPR tendrá también una Feria de editoriales de poesía con más de 50 representantes de Rosario, Santa Fe, Buenos Aires, Bahía Blanca, Córdoba, Entre Ríos, La Plata, Jujuy y Mendoza. El poeta Martín Prieto, coordinador general del Festival, cuenta a Página/12 que la programación se estructuró en torno a la edición de un libro que prepararon para esta edición: 53/70. Poesía argentina del siglo XXI, una antología que incluye a 53 poetas nacidos en la década del 70. “Buscamos alguna idea relacionada con esos años en que los jóvenes poetas, ya no tan jóvenes, estaban naciendo. Cuando nos enteramos de que la Biblioteca Nacional estaba por publicar el facsimilar de El lagrimal trifurca, empezamos a pensar lo que había significado esa revista. (Daniel García) Helder y yo, cuando estábamos en Diario de poesía, hicimos un dossier sobre El lagrimal trifurca porque fue una revista rosarina muy influyente en la poesía argentina y latinoamericana de esos años”, plantea Prieto.
El otro grupo de poetas rosarinos de tono más demiúrgico, más lírico, eran los de La cachimba. “Hace unos cinco años que intentamos que el festival tenga una programación con un ojo clavado en la tradición y el otro ojo clavado en el futuro. Mirar un poco para atrás, para ordenar la tradición, pero también mirar a los nuevos poetas”, reflexiona Prieto. “Los festivales de poesía en general tienden un poco más hacia la sacralización, a invitar a los grandes poetas. La función de un festival es poner a esos poetas en circulación para un público que no los conocía o nunca los había escuchado. Pero además de esa función que es un poco solemne, ‘traer al gran poeta’, nos parece que teníamos que movernos hacia los jóvenes poetas; una tarea que hizo Osvaldo Aguirre cuando estaba en la curaduría del festival y desde el Diario de Poesía también. Lo joven atrae a lo joven; el festival está empezando a tener un público joven que antes no tenía. A lo mejor el festival le ofrece un problema a la comunicación porque no viene el último premio Cervantes o el último premio Reina Sofía. Cuando nos critican por lo joven, yo digo que si hubiera habido festival en 1923, hubiera sido lindo que hubiese venido Borges a leer sus poemas de Fervor de Buenos Aires. Esta es la idea que tenemos al apostar por los poetas más jóvenes. Después se verá si hay Borges o no hay Borges; ése es otro asunto. Lo interesante es poner en circulación poéticas nuevas y voces diferentes sin desatender la tradición”. 53/70. Poesía argentina del siglo XXI, compilación a cargo de Julia Enríquez, Daiana Henderson y Bernardo Orge, se inscribe en la serie iniciada en 2013 con 30.30 poesía argentina del siglo XXI –una antología de textos inéditos o publicados después de 2000 por autores menores de 30 años– y continuada en 2014 con 1000 millones. Poesía en lengua española del siglo XXI , que amplía la búsqueda al universo entero de la lengua española e incluye poeta de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.
El público está cada vez más receptivo a la escucha de poesía. “Este es el decano de los festivales de poesía; hay muchos festivales más chicos que se hacen en todo el país. Esto ha generado una tradición festivalera que permite un entrenamiento en la escucha de poemas”, explica Prieto. “Hay gente que le interesa escuchar poesía, hay gente que le interesa escuchar a un poeta determinado y se va. El año pasado estuvo leyendo Fabián Casas y mucha gente vino a escucharlo y después se fue. Hay cierto acostumbramiento del oído a la práctica de la lectura en voz alta”.
¿Hoy se reproduce entre los poetas jóvenes una rivalidad similar a la que existía entre El lagrimal trifurca y La Cachimba? Prieto advierte que hay un disputa tradicional en los últimos treinta años de la poesía argentina que se dio alrededor de dos revistas: Diario de poesía y Hablar de poesía. “El Diario... funcionó como promotor de lo que después fue ‘la poesía de los 90, cuando (Martín) Gambarotta ganó uno de los concursos y Cucurto ganó el otro. Hablar de poesía marca polémicamente una contracara con una poesía que se quiere más lírica y más antirrealista”, compara el coordinador del FIPR. “Esa tensión entre lirismo y realismo sigue vigente en la poesía argentina con sus matices. El problema es que esas tradiciones nunca son limpias; es muy posible que los nuevos poetas hayan sido tanto lectores de una publicación como de la otra. Esa polémica realismo versus lirismo a su vez se asienta en una polémica anterior entre objetivistas y neobarrocos, que también es suturada a futuro porque los poetas del 90, Alejandro Rubio o Gambarotta, son poetas que leyeron tanto a unos como a otros, es decir que se beneficiaron tanto de una línea como de la otra. Un festival como este, hecho con dineros públicos, no es un festival que tiene que optar por una tradición determinada. Pero tampoco tiene que ser un festival idiota que no tenga ninguna opinión sobre el estado de las cosas. Ese es el límite delicado en el cual tenemos que movernos.”
* La programación completa en www.fipr.com.ar
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