LITERATURA › FUE INAUGURADA AYER LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO
“A nuestra generación le prohibieron leer”, dijo Cristina Fernández en la apertura de la muestra, que lucirá más grande que nunca.
› Por Silvina Friera
En el predio de La Rural estaban los mismos de siempre, “todos los habitantes de la galaxia Gutenberg”, como los llamó Horacio García, presidente de la Fundación El Libro: libreros, editores, escritores, periodistas y funcionarios. Todos ansiosos ante el inicio del ritual: la inauguración de la 33ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires con la actriz Norma Aleandro. Daniel Divinsky, aprovechando la demora, repartía un volante con las novedades de Ediciones de la Flor entre los periodistas, y en algunos casos incluía una dedicatoria: “Para la colega en el amor al papel”. Más grande que nunca, la puesta en escena –pabellones, stands, más salas y espacios– impresiona a simple vista. Como una caja de resonancia y amplificación de la campaña electoral, los discursos, siempre recubiertos con una pátina de corrección, se encargaron de marcar el terreno de los logros en el ámbito cultural, especialmente los vinculados con el mundo editorial. “Todos los argentinos estamos en un momento de cambio de pautas culturales muy arraigadas”, dijo la senadora Cristina Fernández, en la apertura más politizada de los últimos años. “Esto que está sucediendo no es un fenómeno aislado, es un fenómeno que significa que los argentinos, no un gobierno, estamos en una etapa de crecimiento de nuestro país inédita”, agregó la primera dama.
En la primera fila la escuchaban el vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli; el secretario de Cultura de la Nación, José Nun; el ministro de salud, Ginés González García, y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman. “Es importante que todos y cada uno de nosotros nos demos la oportunidad de este momento que es histórico, no importa quién preside el país o qué partido político”, aclaró la legisladora. Después de recordar que el año pasado se alcanzó el récord histórico de publicación de nuevos títulos (19.126, dos títulos cada hora), con un 90 por ciento de libros impresos en el país, Cristina habló en nombre de una generación que hizo del libro “algo más que recabar datos”. “A través de los libros intentábamos comprender el mundo que nos rodeaba e intervenir en una realidad que no nos gustaba –señaló Fernández–. A nuestra generación le prohibieron leer, se quemaban o secuestraban libros porque era peligroso pensar, saber.”
Cuando le tocó hablar a Horacio García, presidente de la Fundación El Libro, un puñado de jóvenes integrantes de Bachilleratos Populares de Jóvenes y Adultos (entre otros, IMPA, Maderera Córdoba, el de la Villa 21/24 y MTR), creados por las empresas recuperadas, organizaciones territoriales del conurbano bonaerense y Capital Federal, junto con cooperativas de docentes e investigadores, desplegaron unos carteles con sus reclamos: reconocimiento y financiamiento de los Bachilleratos Populares. Mientras cantaban y repetían la consigna “escuelas populares”, García intentaba, levantando el tono de voz, que lo escucharan. “El libro es un puente, un vehículo para el intercambio de ideas, un soporte para la tolerancia y la integración.” Quizá por el ruido que hacían las agrupaciones, cantando cada vez más fuerte, quedó diluido el “tibio” reclamo del sector editorial por el aumento del precio del papel. “El sector ha hecho un gran esfuerzo, manteniendo el precio de los libros que han subido menos que el nivel de los precios minoristas”, señaló. “Esta feria es una apuesta muy fuerte a la permanencia del libro en papel. No es una decisión dictada por la nostalgia. El sector asume e incorpora las innovaciones; en poco más de treinta años hemos pasado de tecnologías del siglo XIX a tecnologías del siglo XXI”, añadió García.
“Blas Pascal decía que habitualmente a uno le falta tiempo para ser breve. Voy a poner mi mayor empeño en desmentirlo”, bromeó el secretario de Cultura de la Nación. Nun repasó la centralidad del libro en su gestión y anunció que la próxima semana todas las viviendas que entregará el Ministerio de Planificación incluirán una biblioteca de iniciación. “Es la primera experiencia que se hace en el mundo”, aclaró. Finalmente, Jorge Telerman anunció la construcción de un polo editorial en la zona de Paternal. “Los libros me enseñaron que no tienen fronteras”, concluyó el jefe de Gobierno.
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