Mié 28.05.2008
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CINE › A LOS 73 AñOS, MURIó EL DIRECTOR SYDNEY POLLACK

Un vacío en el cine de Hollywood

Dejó su firma en célebres films como Tootsie, El jinete eléctrico, Fachada y Africa mía. Esta última ganó siete premios Oscar, entre ellos uno al mejor director. También se destacó su labor como productor y actor.

› Por Diego Galán *

El director, guionista, productor y actor Sydney Pollack falleció anteanoche en Los Angeles a los 73 años, víctima de un cáncer. Fue un cineasta comprometido a la manera “liberal norteamericana”, coherente a lo largo de su carrera con esta visión del mundo, con algunas películas en las que marca cierto cuestionamiento al sistema. Decía que hubiese preferido trabajar en Europa, donde sus películas se entendían sin necesidad de subterfugios. Dejó su firma en célebres films como Tootsie, El jinete eléctrico, Fachada y Africa mía, con la que ganó un Oscar como mejor director, y en el último tiempo de su vida se destacó también como productor y actor.

Cuando imaginaba una carrera en Europa, Pollack citaba el ejemplo de Nuestros años felices (1973), donde alrededor de una historia de amor hablaba del desencanto de una generación castigada por la represión política (la caza de brujas del senador McCarthy, en este caso). “Muchos norteamericanos sólo la entendieron como una historia de amor, ignoraban incluso quién había sido McCarthy, mientras que en Europa se entendió como la crónica política que en realidad era”, destacaba el cineasta.

Son varias las películas de Pollack que marcaron época. Baile de ilusiones (1969), nominada al Oscar al mejor director, estaba ambientada en la época de la Depresión. A Pollack le interesaban mucho más los personajes que sufren la historia que los que la dirigen. Así, por ejemplo, Los tres días del cóndor (1975), de nuevo con Robert Redford, hablaba de las angustias de un colaborador de la CIA que destapa informes reveladores de actuaciones oscuras de la agencia, al tiempo que ve cómo son asesinados algunos de sus amigos. En Fachada (1993), el ambicioso abogado interpretado por Tom Cruise encuentra procedimientos irregulares en la empresa para la que trabaja y el descubrimiento lo lleva a involucrarse en situaciones peligrosas. Y en Ausencia de malicia (1981), el mafioso Paul Newman se enfrenta a una periodista manipuladora que pretende sacarle verdades publicando mentiras. “Pocas cosas desvelan tanto la verdad como las mentiras”, decía Pollack, que llevó ese mismo afán de denuncia social a las películas que produjo, unas cincuenta, entre ellas El talentoso señor Ripley (1999), El americano tranquilo (2002), sobre la novela de Graham Greene, Sensatez y sentimientos (2005), La intérprete (2005), con Nicole Kidman, y Michael Clayton (2007), dirigida por Tony Gilroy, la historia del fiel abogado interpretado por George Clooney, que lava los trapos sucios del bufete en el que trabaja, sin hacer preguntas incómodas. Allí Pollack también tenía uno de los papeles secundarios importantes, el de uno de los socios principales del bufete de abogados.

Formado como cineasta a partir de su trabajo en televisión, Pollack supo utilizar un lenguaje directo y popular, con el que alcanzó notables éxitos de taquilla. Además de los films citados, son recordados La ley del talión (1972), Africa mía (que ganó siete premios Oscar, entre ellos el de mejor director), ambas interpretadas por Robert Redford, y la irónica Tootsie (1982), en la que un travestido Dustin Hoffman parodia las series de televisión y acaba luchando por los derechos de las mujeres.

Además de ser guionista, director y productor, Pollack, que comenzó su carrera como actor, intervino en numerosas películas. Era un hombre afable y en ocasiones muy directo en sus expresiones, lo que lo ayudó en su comunicación actoral. Maridos y esposas, de Woody Allen, o Ojos bien cerrados, de Stanley Kubrick, quizá sean las películas más conocidas en las que participó como actor, pero era fácil descubrirlo en sus propias obras en personajes secundarios. También llegó a participar de un capítulo de la serie Los Soprano. La última vez que se colocó ante la cámara fue en el documental Sketches of Frank Gehry (2006), no estrenado en la Argentina, donde le hizo una larga entrevista al célebre arquitecto. La muerte de Pollack, que se suma a las de Martín Ritt y Robert Altman, deja un gran vacío en el cine de Hollywood.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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