CINE › LA NIEBLA, DE FRANK DARABONT, SOBRE NOVELA DE STEPHEN KING
› Por Horacio Bernades
A fines de la década pasada, el director y guionista Frank Darabont ganaba cuatro Oscars con Milagros inesperados, un sancocho de trucos y efectismos clase Z con pretensiones de seriedad y mensaje New Age, reconocido a partir de una novela gráfica escrita por su amigo Stephen King. Casi diez años más tarde, Darabont produce un nuevo plato de la misma cocina, en el marco de una producción mucho más modesta. Es que entre Milagros inesperados y La niebla Darabont fue el autor de un fracaso enorme llamado The Majestic (2001), que llevó a que Hollywood le quitara su apoyo. Basada en una novela corta publicada por King en el ’80 y sin relación con la película homónima de John Carpenter (el título original de aquélla era The Fog; el de ésta, The Mist), en La niebla Mr. Darabont auspicia un desfile de espantajos de segunda selección con un tono de seriedad cuasi bergmaniano. No es un combo que pueda cuajar.
La cosa no empieza mal, con una tormenta de los mil demonios, árboles que caen dentro de livings y una misteriosa y densa bruma, depositada sobre un lago de Castle Rock, la Yoknapatawpha de King. David Drayton (Thomas Jane) parte con su hijo Billy en busca de alimentos, dejando en casa a mamá Kelly. Recién a las dos horas, cuando la película está por concluir, ambos podrán salir del supermercado del pueblo, donde han buscado refugio. Es que en la niebla vienen unos bicharracos asquerosos que sitian el súper y convierten la película en huis clos, inspirado quizás en Asalto a la prisión 13 o Dawn of the Dead, de George Romero. Bestias indigentes, la carga de tentáculos gigantes, monstruos alados y arañas mal entrazadas evoca, más que al infierno del Bosco, a los souvenires de tiendas de comic.
Obligada a no mostrar demasiado para evitar papelones, La niebla invierte buena parte de sus 125 minutos de proyección en interminables conciliábulos del grupo sitiado. Cuando los clientes y el personal no se enfrascan en esa suerte de Polémica en el súper, es porque le están prestando atención al personaje de Marcia Gay Harden, uno que suele aparecer aquí y allá en la obra de King: el fanático religioso. En este caso está construido de modo tan elemental como confuso: empieza con un clásico discurso apocalíptico-salvacionista y termina incitando a sus recién ganados discípulos al sacrificio humano. Es como si hubiera pasado del evangelismo al umbandismo en menos de dos horas. Nada de todo esto es tan chocante como el final, donde daría la sensación de que Darabont y King decidieron colar la trágica, casi intolerable fábula bíblica de Abraham por la ventana de su peliculita de mostrencos. Allí, lo berreta da paso a lo francamente ofensivo y la risa se vuelve rictus de desagrado.
4-LA NIEBLA
(The Mist, EE.UU., 2007)
Dirección y guión: Frank Darabont, sobre novela de Stephen King.
Intérpretes: Thomas Jane, Marcia Gay Harden, Laurie Holden.
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