CINE › EL FENóMENO DE LAS PROYECCIONES EN TRES DIMENSIONES
Desde mañana habrá salas digitales 3D en el Hoyts Unicenter de Martínez y en el Cinemark Palermo, acondicionadas técnicamente para lograr el efecto de que las imágenes se salgan de la pantalla, por ahora sólo para la película Hannah Montana.
› Por Oscar Ranzani
El futuro llegó al cine: aquellas imágenes memorables de La rosa púrpura de El Cairo, de Woody Allen, en las que los actores salían de la pantalla parecen haber inspirado estos tiempos en los que la realidad óptica podrá ser percibida de manera bastante similar por los espectadores que se acerquen desde mañana a las salas digitales 3D del Hoyts Unicenter (Paraná 3745, Martínez) y del Cinemark Palermo (Beruti 3399). Es que cada una de estas cadenas acondicionaron técnicamente una sala donde la proyección es digital (ya no en el clásico 35 milímetros) y donde el público podrá sentir que las imágenes se salen de la pantalla. Para ello, los espectadores deberán colocarse unos anteojos que cuestan entre 40 y 45 dólares y que –claro– tendrán que devolver al salir de la sala. “Hay que pensar que para una sala de 300 butacas tenés que tener por lo menos tres rotaciones. Estamos hablando de 1000-1200 lentes a 45 dólares, son casi 50 mil dólares en lentes”, especifica el gerente general de cine Hoyts, Heriberto Brown.
La sala Hoyts adoptó el sistema Dolby Digital 3D, con sonido THX, que “es un sistema de sonido que ideó George Lucas hace ya varios años y que tiene que ver con el equipamiento de sonido en sí y con algunos aspectos constructivos de la sala para que sea de mejor calidad. La realidad es que genera una sensación de sonido muy superior a uno que no es THX”, explica Brown, quien agrega que la inversión de la sala Hoyts, con capacidad para 351 espectadores, fue de 215 mil dólares. “Un proyector de 35 mm en 2D está alrededor de 35 mil dólares. Hay una diferencia muy grande entre una inversión y otra y lo único que justifica hacer esa inversión es el 3D”, grafica el gerente de Hoyts. Quienes sí cambiaron la pantalla fueron los directivos de Cinemark, que adoptaron el sistema Real 3D Digital en una sala de Palermo con capacidad para 225 espectadores. “Esta tecnología utiliza unas ‘lentes de polarización circular’ que permiten mover la cabeza sin perder el efecto de la tridimensionalidad. Esto es porque frente a la lente del proyector hay un dispositivo óptico, el Z-Screen, que actúa como un modulador de cristal líquido que polariza la luz y permite que la información que llega a los ojos fluya en estados circulares opuestos y alternados”, explica Martín Alvarez Morales, director general de Cinemark.
Ambos cines estrenarán estas salas con la proyección de Hannah Montana y Miley Cyrus en concierto: Lo mejor de dos mundos, la película de la cantante adolescente que hace furor en Estados Unidos, de la mano de Disney, empresa que también emite la serie de Hannah Montana. Un dato importante: en ambos casos, la entrada va a costar 26 pesos y 20 el día de descuento. Pero las propuestas no se agotan allí. Hoyts estrenará este año The Nightmare before Christmas, de Tim Burton y, posteriormente, otra película de Disney, en este caso animada: Bolt. A lo largo del año que viene la empresa tiene planificado estrenar La era del hielo 3, Toy Story 3, Shrek 4 y Avatar. Brown asegura que en 2009 habrá por lo menos entre doce y quince estrenos en 3D. Cinemark, en tanto, tiene pensado reestrenar en 3D El extraño mundo de Jack y El cadáver de la novia (ambas de Burton) y también exhibirá Bolt. Los fanáticos de Bono podrán sentirlo cerca aunque no se encuentre en Argentina, ya que se proyectará U2 en 3D.
Brown señala que la idea de Hoyts es tener una sala 3D en cada uno de los cines más importantes de la cadena: además de Unicenter, se instalará una en Abasto, Morón y quizás en Temperley. “Los futuros proyectos obviamente también tendrán salas digitales. Una vez que logremos eso, iremos por el segundo proyector en Unicenter y así sucesivamente”, detalla. Morales, en tanto, afirma que “en primer lugar esperamos ver la evolución e inserción de esta primera sala y deseamos seguir expandiendo la tecnología a varios complejos más, a través de diferentes asociaciones con diferentes sponsors.” Brown dice que “mucha de la piratería que hay, hoy viene de los laboratorios pero también de las salas mismas; es decir, una persona que se mete en una sala y que filma la película, después la baja en un CD o un DVD y la vende. El digital no va a evitar que alguien pueda robarse la película de adentro de la sala. Sí va a ser más complicado que alguien se la robe desde un laboratorio. El 3D prácticamente lo hace imposible, porque lo que se puede filmar desde adentro de una sala es una imagen borrosa. Por lo tanto, el 3D sí ayuda mucho”. Morales explica, por su parte, que con esta nueva tecnología “que requiere de unas lentes especiales para poder ver la película en 3 dimensiones, las imágenes, si se quisieran filmar, aparecerían superpuestas, lo cual ayuda a prevenir la filmación de las mismas en la sala y, por consiguiente, evita la piratería. Además, cada copia llega al cine codificada en origen, de forma tal que sólo podrá ser reproducida en el proyector originalmente asignado y en ningún otro más”.
El fenómeno de la incursión en 3D, que en Estados Unidos está mucho más avanzado, se debe, según Brown, a que “no se puede replicar en la casa. Hoy el cine compite con la computadora, con los videojuegos, con los celulares, con el tiempo libre que la gente está dedicando en su casa utilizando otros medios alternativos de diversión. ¿Por qué? Porque la película uno la puede comprar en DVD y la puede ver en su casa. Esto no lo va a poder ver en su casa. Va a tener que venir a verlo al cine. Y ese es el motivo por el cual están tan fuertemente inclinados a desarrollar este tipo de tecnologías”. Morales atribuye el fenómeno “a que es un avance tecnológico de gran importancia en cuanto al séptimo arte. De esta manera, además de mejorar la calidad de proyección y sonido, se ahorran muchísimos costos en cuanto a la producción de copias, traslado de las mismas, etcétera, ya que directamente las películas se proyectan en formato digital. La tecnología digital en cine es el futuro”, asegura. Y ya llegó.
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