Viernes, 12 de septiembre de 2008 | Hoy
CINE › REC, DIRIGIDA POR LOS ESPAÑOLES JAUME BALAGUERO Y PACO PLAZA
Para el experimentado espectador de películas de muertos vivientes quizá no entrañe mayores sorpresas, pero el ejercicio de cruzar los tópicos del cine de terror con la urgencia de la televisación en vivo tiene momentos logrados.
Por Horacio Bernades
REC
España, 2007.
Dirección: Jaume Balagueró y Paco Plaza.
Guión: J. Balagueró, P. Plaza y Luis Berdejo.
Fotografía: Pablo Rosso.
Intérpretes: Manuela Velasco, Ferrán Terraza, Martha Carbonell, Carlos Lasarte y Jorge Serrano.
Era inevitable que el terror, que necesita como ningún otro género de la sensación de realidad, y el video casero, formato de la captación en vivo por excelencia, se fusionaran algún día. La primera ocasión fue a fines de la década pasada, con El proyecto Blair Witch, y recientemente el film de monstruos Cloverfield y El diario de los muertos, nueva entrega de la saga de los zombis de George Romero, renovaron los votos. Por razones temáticas, es con la última de las nombradas con la que mayor ligazón tiene la española REC. Que, por más que a la Argentina llegue después, en el resto del mundo se estrenó antes que la de Romero. Así que de plagio no se la puede acusar.
Como en Cloverfield, el comienzo de REC –ganadora de dos Goya, en la última entrega de esos premios– acentúa el contacto con la nada más cotidiana y somnolienta, cuestión de que cuando irrumpa lo otro, lo monstruoso y desconocido, resulte más shockeante. Como en El diario de los muertos, esa nada tiene nombre y apellido: un programa de televisión. En este caso, no un noticiero, sino una de esos de crónicas supuestamente “reales” que le muestran al espectador lo que sucede mientras él mira la tele, como un Homero Simpson cualquiera. En una inteligente maniobra de casting, la producción reclutó a una verdadera conductora de televisión (Manuela Velasco, que en La ley del deseo supo ser hija de Carmen Maura) para que haga de una... conductora de programa de televisión, llamada Angela. Mientras usted duerme se llama el programa de ficción, en esta emisión dedicado a mostrar los trabajos y los días (las noches, más bien) de los bomberos barceloneses. Servidores cuyas horas, para desgracia del programa, parecen irse más en siestas y partidas de mus que en salvatajes heroicos entre las llamas. “Cada tanto nos llaman para rescatar algún animalito subido a un árbol”, alarma un bombero. A no desesperar, que la desesperación ya llega.
Grabadora de video en mano, Angela y su cameraman parten, al recibir un pedido de ayuda desde un edificio cercano, junto con un equipo de hombres de casco y traje de amianto. Si hubieran visto Alien, habrían seguido jugando a las cartas. Si hubieran visto en cambio una de zombis, no se habrían molestado en ayudar a la indefensa viejita del primer piso, esa del camisón bañado en sangre. De ahí en más, a correr, que cualquiera puede estar infectado. Hasta un médico, un bombero o una niña. Y ojo, que el síntoma más visible de la epidemia consiste, como se sabe, en devorar al prójimo. Codirigida por dos realizadores con experiencia en el género, el catalán Jaume Balagueró y el valenciano Paco Plaza, REC (que ya cuenta con su remake estadounidense) mueve sus fichas con astucia. Una razón argumental, la clausura del edificio infectado por razones sanitarias, sirve tanto para referir a la indiferencia de los poderes frente al hombre común como para justificar el huis clos, siempre aconsejable cuando de terror se trata.
Con una cámara entre sacudones y muchas veces incurriendo en deliberados desencuadres, las aparentes limitaciones técnicas son aprovechadas al máximo, como cuando al fondo de un pasillo asoma un bulto, que la imagen borrosa del video no permite identificar. O en los largos planos-secuencia que el cameraman registra a la carrera, con jadeos de José de Zer. O cuando de pronto cae un cuerpo muerto desde el primer piso, estampándose contra el piso con un ruido como de placard. Abundan manos de policías intentando tapar la lente, cuadros en negro, clima de caos y problemas de audio, que provocan desesperantes cortes sonoros. Los toques humorísticos, referidos tanto al poder de los medios como al de las autoridades, pueden llegar a ser algo obvios, como el de la mamá controladora o el gay veterano, al que en medio del desastre le da por ponerse coqueto en cámara (el argentino Carlos Lasarte, lejanamente parecido a Oscar Casco).
Ejercicio efectivo, la mayor limitación de REC es justamente ésa, la de ser un ejercicio. Lo otro que conspira es el déjà vu y los tópicos de género. El espectador que, a diferencia de los personajes, haya visto películas de zombis, difícilmente experimente sorpresa cuando el muerto de ahí atrás se levante y venga hacia cámara, famélico y escupiendo sangre.
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