Que una jueza argentina haya formado parte del Tribunal Criminal Internacional que juzgó el genocidio de Ruanda no es un hecho demasiado conocido y es el que motoriza Los 100 días que no conmovieron al mundo. Título que parafrasea, con cruel ironía, cierto famoso libro del periodista estadounidense John Reed sobre la revolución soviética. Si allí estaba claro cuál era el tema, no es el caso de este documental producido y codirigido por la santafesina Vanessa Ragone. En su muy escueto metraje (57 minutos, apenas), Los 100 días... parecería querer seguir el trayecto de la jueza, echar alguna luz sobre el espantoso genocidio ruandés y hacer una crónica sobre los juicios celebrados por aquel tribunal internacional, sin terminar de decidirse por ninguna de esas cosas y desaprovechando, así, un material del más alto interés potencial.

En mayo de 2003, Inés Weinberg de Roca llegó a Tanzania, sede del Tribunal Penal Internacional de Ruanda, donde en 1994 había tenido lugar uno de los más espantosos genocidios de un siglo que no los ahorró. Las cifras y datos de la matanza de la mayoría hutu sobre la minoría tutsi hielan la sangre: en poco más de tres meses (los cien días del título), casi un millón de tutsis fueron violados, mutilados y asesinados a machetazos, sin perdonar la vida de vecinos, niños o ancianos. Integrado al convoy de la ONU (organización de la que depende el Tribunal Penal Internacional), el equipo de rodaje de Los 100 días... se desplazó a través de Kenia, Tanzania y Ruanda, acompañando a la jueza y recogiendo testimonios de sobrevivientes de la masacre, antes de rodar, en la propia sala del tribunal, parte de los juicios a criminales de guerra. Criminales entre quienes se contaban no sólo políticos y funcionarios, sino también –para sorpresa de cualquiera– empresarios, sacerdotes, periodistas y hasta músicos. Es, por poner un ejemplo, el caso de Simón Bikindi, cantante popular que incitaba a la violencia contra los tutsis (y también contra los hutus moderados), parte de cuyo juicio es posible atisbar aquí.

Pero sólo atisbar, ya que el metraje de Los 100 días... intenta cubrir todas esas instancias, sin hacerlo del todo con ninguna. Producto de la falta de organización, y hasta de jerarquización del material, crudos testimonios de sobrevivientes se intercalan con los viajes del equipo (“contemplábamos la belleza de la sabana africana”, dice el locutor, como si estuviera en un documental turístico de cable) y con la admisión, por parte de la jueza, de que diez años después de producido el genocidio, la justicia que puede ejercerse es más de carácter “histórico” que concreto. Valiosísimo material de archivo –como el que muestra a vecinos recorriendo la capital ruandesa, machete en mano– o el aterrador recuento de una masacre en una iglesia, hecho por una sobreviviente en el mismo lugar de los hechos, se dan de patadas con imágenes de vida salvaje, alla Animal Planet, o con una entrevista en la que la jueza consigna en detalle su rutina diaria: “Me levanto a las 8, tomo un café, después voy al tribunal...”.

Si no está muy claro qué se narra y para qué, tampoco lo está quién lo hace: la voz masculina que, en el off, habla en primera persona del plural, ¿a quién corresponde y en nombre de quiénes se expresa? ¿Será la voz del que en los créditos figura como “realizador en rodaje” o la de un locutor? ¿Qué es un “realizador en rodaje”, cuál es su rol y su status, en relación con quién figura a cargo de la “realización”? Una señora que aparece en cámara, sin videograph que la identifique, resulta ser (a la larga se deduce) la periodista Susana Reinoso. Que los créditos finales la consignen como autora de la idea, investigación y entrevistas, lleva a imaginarla como alma mater del proyecto. Proyecto que, tanto por su forma como por su duración, parecería pensado para la televisión, antes que para el cine. Pero se estrena en cine.

5-LOS 100 DIAS QUE NO CONMOVIERON AL MUNDO

Argentina, 2009.

Realización y producción: Vanessa Ragone.

Realización en rodaje: Víctor Ramos.

Idea, investigación y entrevistas: Susana Reinoso.

Estreno en proyección DVD, exclusivamente en el Complejo Tita Merello.