CINE › UNA AGRIA DISPUTA ENTRE LOS HIJOS DE MARTIN LUTHER KING
Steven Spielberg anunció la semana pasada la adquisición de los derechos sobre textos y discursos del luchador contra la segregación racial. Pero los sucesores destaparon una pelea en la que hay tres juicios pendientes: el film quedó en el aire.
› Por Guy Adams *
Para un hombre que predicó la unidad y la hermandad, y que habló de manera tan elocuente sobre el sueño de que sus hijos pudieran crecer para ser juzgados por “el contenido de su persona”, Martin Luther King parece haber alcanzado muy poco éxito en enseñar esas nobles virtudes a sus seres más queridos y cercanos. Los descendientes del líder de los derechos civiles, que ganó el Premio Nobel de la Paz por su contribución a la lucha contra la segregación racial, están enredados en una agria disputa por el proyecto cinematográfico de Steven Spielberg, quien quiere así celebrar su vida, su época y su legado como icono moderno americano.
En un acuerdo anunciado la semana pasada, Dreamworks, la compañía de producción del director, se convirtió en la primera en adquirir los derechos sobre los discursos, libros y catálogo de propiedad intelectual de King, incluyendo el famoso discurso pronunciado en los escalones del Lincoln Memorial durante la Marcha a Washington de 1963. Spielberg pretende coproducir el biopic, definido como la “historia definitiva” de cómo King, un pastor de Atlanta, orquestó en 1955 el boicot a los ómnibus de Montgomery que sirvió como puntapié inicial a la lucha por los derechos raciales, elevándose al sitio de figura central del movimiento hasta ser asesinado en el balcón de un hotel en 1968, a los 39 años.
En una declaración a Variety, Spielberg señaló que fue “honrado” con la elección para “contar la historia de estos eventos históricos, definitivos”, y agregó: “Esperamos que el poder creativo del film y el impacto de la vida del Dr. King se combinen para una historia de innegable potencia, de la que nos sintamos orgullosos”. La noticia disparó una gran expectativa, sobre todo por el hecho de que a pesar de que King es uno de los grandes oradores públicos del siglo XX, ningún director de Hollywood había conseguido permiso para llevar sus discursos a la pantalla grande. Aunque falta aún un buen tiempo para que se seleccione el elenco, los analistas locales ya comenzaron a mencionar para el protagónico a estrellas como Will Smith, Denzel Washington y Jamie Foxx, a la vez que expresaron su esperanza de que Spielberg, quien ya hizo los films históricos Munich y La lista de Schindler, retorne a la silla de director.
Eso fue entonces. Desgraciadamente, menos de 24 horas después del confiado anuncio, se descubrió que dos de los tres hijos sobrevivientes de King amenazan con una demanda judicial, porque el lucrativo acuerdo fílmico fue realizado sin su conocimiento, mucho menos su bendición. Martin III y su hermana menor Bernice King dicen que están “iniciando acciones” contra su hermano Dexter, jefe ejecutivo de la herencia de King, debido a que aparentemente decidió negociar el acuerdo con Spielberg y Dreamworks sin siquiera buscar su permiso. “Estamos tomando acciones, aunque todavía no podemos decir en qué situación estamos”, dijo Bernice a la prensa. “Este es un acuerdo en el que el señor Spielberg y su gente entraron creyendo que existía la bendición de la Sucesión King. Pero no tiene el visto bueno de Bernice y Martin King.”
El comentario disparará una nueva serie de hostilidades en una ya larga disputa entre los tres hermanos, cuya conducta como co-beneficiarios de la herencia de su padre despertó acusaciones de estar desluciendo su legado para llenar sus propias cuentas bancarias. A pesar de la significación de King como héroe estadounidense, cuyo cumpleaños se celebra con un feriado nacional cada enero, los hijos siempre insistieron en recibir gruesas recompensas de quien quisiera publicar o emitir sus discursos o escritos, celosamente protegidos por copyright. En los ‘90 demandaron con éxito a USA Today y la cadena CBS por publicar y emitir el famoso discurso “I have a dream” (“Tengo un sueño”) sin pagar, en lo que se convirtió en un caso testigo. En 1997, la sucesión firmó un acuerdo de publicación multimedia con Time Warner, del que obtuvo una cifra de entre 30 y 50 millones de dólares. Desde entonces, los estudiosos de King han acusado a la familia de negar el acceso a importantes materiales de investigación.
De todos modos, los herederos no tuvieron problema en vender los derechos para usar ese discurso en publicidades de TV, e intentaron vender memorabilia de King en remates privados. El año pasado estalló otro escándalo, cuando se supo que Dexter King había insistido en que se le pagaran 800 mil dólares por permitir el uso de la imagen y las palabras de su padre en el proyecto de un monumento a Martin Luther King en Washington. El pedido fue un paso demasiado audaz para Bernice y Martin III, que iniciaron una demanda acusando a Dexter de malversación de fondos, y exigiéndole que abriera a estudio los balances financieros de la herencia. En ese momento dijeron a la prensa que su hermano llevaba años conduciendo la sucesión sin informarles nada. Dexter King entabló una contrademanda diciendo que sus hermanos obstruían las metas de la organización, e inició otro juicio alegando que ellos le habían entregado efectos personales de su madre Coretta a un escritor fantasma, en un acuerdo de 1,4 millón para realizar unas memorias autorizadas. Los tres juicios aún están en proceso; esta semana, Dexter emitió un comunicado en el que, aunque no responde puntualmente a las palabras de sus hermanos, recuerda que él es el encargado de proveer acceso a la propiedad intelectual de su padre.
Q De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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