CINE › EL CICLO DE DOCUMENTALES QUE COMIENZA HOY EN EL TEATRO IFT
Hamlet Lima Quintana y esa gente necesaria inaugura una muestra que incluye Ernesto Cardenal. Solentiname, Juan Gelman y otras cuestiones y Antonio Preciado. Entre cantos y marimbas: films que ofrecen la palabra de sus protagonistas.
› Por Oscar Ranzani
Nació en Morón en 1923 pero aprendió a caminar en el campo, más precisamente en Saladillo, donde también se formó. Este no es el único recuerdo que tenía del campo sino también su primitivo contacto con la naturaleza. Hamlet Lima Quintana, poeta indiscutiblemente argentino (que falleció el 21 de febrero de 2002) cuenta en el documental Hamlet Lima Quintana y esa gente necesaria, dirigido por el cineasta argentino radicado en México Jorge Denti, numerosos aspectos de su vida y de su obra. Y al ver el film se tiene la sensación de encontrarse con un hombre íntegro, dueño de la palabra justa en cada momento, como buen hombre de las letras, aunque también brilló en la música popular. El film se exhibirá hoy lunes a las 20.30 en el Teatro IFT (Boulogne Sur Mer 549), con la presencia de Denti y del productor del film, Modesto López, otro cineasta radicado en el país azteca. La proyección marcará el comienzo del ciclo de cine-arte “Los poetas de Latinoamérica” que se completa de la siguiente manera: mañana a las 20.30 se proyectará Ernesto Cardenal. Solentiname, dirigido por Modesto López; el miércoles a las 20.30, Juan Gelman y otras cuestiones, dirigido por Denti –que Páginal12 editó el año pasado en formato DVD–, y finalmente el cierre será el jueves 23 a las 20.30 con la proyección de Antonio Preciado. Entre cantos y marimbas, con dirección de Modesto López.
“Hamlet fue un poeta popular que, además, tuvo la virtud de que muchas de sus letras fueron musicalizadas y cantadas por grandes intérpretes como Mercedes Sosa y Víctor Heredia, entre otros. Esa una particularidad bien interesante porque no es solamente ‘Zamba para no morir’, la canción más conocida de él en América latina y en el mundo, que ha sido traducida a muchos idiomas”, reconoce el productor López, quien lo define como “un decidor de la poesía, un cultivador de la poesía”. López recuerda que este documental tuvo su origen cuando lo invitaron a México, porque una de las grandes ambiciones de Lima Quintana era conocer ese país antes de morir. “Cuando él hizo su primer viaje, que está reflejado en el documental, y llegó a Perú, donde conoció a Chabuca Granda, él se quedó un poco ahí, no llegó a subir a México. Nosotros sabíamos de esto y organizamos la posibilidad de que viajara para que participara de un encuentro de escritores, y luego se organizó una gira con Delfor Sombra, un cantante popular de La Pampa. Juntos recorrieron buena parte de México”, explica López. Este documental sigue la línea de los otros que realiza Ediciones Pentagrama, una empresa independiente que produce documentales sobre poetas y músicos de la región, con la idea de “tratar de recuperar la historia de nuestros pueblos a través de los escritores”.
En Hamlet..., Lima Quintana es el que cuenta su propia historia y lee fragmentos de sus obras emblemáticas. Su padre también escribía poesía y era admirador de Shakespeare. Esto lo llevó llamarlo a su hijo no sólo Hamlet sino también Romeo, un nombre que Lima Quintana se empeñó en ocultar. Su padre, además, era músico al igual que su madre, una excelente pianista. De tal familia salió un ser que ocupa un lugar importante de la historia literaria y musical de Latinoamérica. En ese sentido, puede certificarse que fue criado en un ambiente propicio como para que brillara como brilló, a pesar de que Hamlet Lima Quintana siempre se consideró “un hombre común”.
En uno de sus tantos testimonios del documental, Lima Quintana define a la poesía como “la vida misma”, aunque después profundiza su teoría señalando que “es la síntesis entre el pensamiento mágico y el conocimiento”. Y reconoce que ser poeta es un oficio. Confiesa la impronta de Pablo Neruda y César Vallejo, poetas que también lo marcaron políticamente, pero también menciona que Raúl González Tuñón y Javier Villafañe le hicieron tomar conciencia “de que lo único que yo podía hacer en la vida era crear poesía”. Y vaya si lo logró.
Por supuesto, es infaltable la mención al Movimiento de la Nueva Canción. “Forma parte de un movimiento como Nuevo Cancionero importantísimo no solo en Argentina sino también en toda América latina. Ese manifiesto que se larga en Mendoza con Chupete Aragón, Tito Francia, Leguizamón, Tejada Gómez, Mercedes Sosa. Para mí es uno de los parteaguas de una posición ideológica dentro del movimiento musical de este continente. Y él forma parte e integra este movimiento”, señala López.
El último tramo del documental es el más político: Lima Quintana señala que hay un exilio exterior y uno interior. “El exilio exterior obligaba a adaptarse a una tierra distinta. El interior, no. Pero la angustia era la misma”, define el poeta llegando al final, donde también cuenta acerca de su libro Documento de identidad que se publicó en 1976, en plena dictadura. Y recuerda una relación “muy tierna” que tuvo con las Madres de Plaza de Mayo, especialmente con Hebe de Bonafini.
Nacido en 1925, Ernesto Cardenal mantiene la energía intacta con su 84 años. Oriundo del pueblo nicaragüense de Granada y autor de epigramas políticos durante la dictadura de Anastasio Somoza –algunos de los cuales fueron publicados por Pablo Neruda en La Gaceta, de Chile, como “Anónimo nicaragüense”–, Cardenal es también reconocido tanto por su obra poética como por su pensamiento político. El año que marcó su vida en un antes y un después fue 1956, cuando decidió ser monje. Un año más tarde, ingresó al Monasterio Trapense de Gethsemani, en Kentucky (Estados Unidos), donde su maestro y guía espiritual fue el monje trapense norteamericano Thomas Merton, quien lo inició en el camino de Dios, pero también en un pensamiento más terrenal: Merton fue quien le indicó a Cardenal que el mundo contemplativo no podía ser ajeno a los problemas sociales y políticos, y menos en un país donde había dictadura como Nicaragua. Esas palabras lo marcaron tanto a Cardenal que el 6 de febrero de 1966 fundó junto a William Agudelo una comunidad contemplativa en la isla de Solentiname (Nicaragua). Desde entonces, los campesinos del archipiélago, después de crearse una escuela artística, terminaron siendo pintores, artesanos. Pero también fueron revolucionarios. El trabajo de concientización de Cardenal en estas personas fue basándose en el Evangelio, interpretado desde su mirada revolucionaria. La comunidad de Solentiname se fue transformando poco a poco en un movimiento revolucionario, y muchos de sus integrantes participaron en la lucha contra la dictadura, derrotada en 1979 por el pueblo nicaragüense, encabezado por los sandinistas.
Sobre esta experiencia en Solentiname pone el acento Ernesto Cardenal. Solentiname, de Modesto López, que no se centra tanto en la poesía de Cardenal sino más bien en su obra cultural y comunitaria en aquella isla. “En Cardenal se unen la fe religiosa con el compromiso político y su gran creencia por la humanidad, por el triunfo de la verdad. Es un hombre que lucha permanentemente hasta el día de hoy por sus creencias, por sus postulados y por un mundo mejor”, señala López.
En el documental Juan Gelman y otras cuestiones, dirigido por Denti, López señala que el público “se va a encontrar con un Gelman que, a lo mejor, no ha conocido. Jorge Denti tardó varios años en hacerlo hasta que Juan estuvo convencido de que se reflejaba ahí. Es un documental muy conversado con Juan Gelman. Tardó seis o siete años en hacerse, y creo que Jorge Denti logró un aspecto importante, que fue no solamente reflejar su obra poética, sino desentrañar cómo este hombre llega a ser el poeta que es”, explica López, y agrega que “es un documental no sólo para aquellos que gusten de Juan. Si quieren descubrir a un hombre importante y a un poeta de la magnitud de Juan, este documental los va a enriquecer como seres humanos”.
En Juan Gelman y otras cuestiones, a lo largo de noventa minutos, el poeta desarrolla una serie de recuerdos relacionados, en principio, con sus padres y su infancia en Villa Crespo, el barrio que lo hizo simpatizante de Atlanta y del que se siente orgulloso porque la biblioteca del club fue bautizada con su nombre. Este documental tiene la particularidad de que cuenta con la narración del contexto histórico-político en paralelo con las distintas etapas de la vida del poeta. Algunos de los temas reflejados en el film son el relato de los estudios de Juan en el Nacional de Buenos Aires, la vida a los quince años en las milongas, la escucha de las audiciones radiales de Angelito Vargas, sus inicios en el periodismo, su impronta en el grupo literario El Pan Duro, y sus primeros contactos con la poesía. Después de mencionar la admiración por César Vallejo y Raúl González Tuñón, el autor de Violín y otras cuestiones sostiene que “la influencia esencial sigue siendo la realidad”, a la hora de crear poesía.
La última parte de Juan Gelman y otras cuestiones estremece: meses después del golpe, su hijo Marcelo y su nuera Claudia, embarazada, fueron secuestrados en Buenos Aires por un comando militar. Marcelo fue asesinado, y Claudia fue trasladada a un centro clandestino de detención en Montevideo. Dio a luz en cautiverio y, después de dos meses, le robaron la beba, se la entregaron a una familia y asesinaron a la madre. El documental llega hasta el reencuentro de Juan con su nieta.
“En la historia literaria de Ecuador, Antonio Preciado es un hombre que continúa a poetas y escritores importantes de la negritud. Y está considerado uno de los grandes poetas ecuatorianos”, define López acerca del poeta sobre el que posa su mirada en el documental Antonio Preciado, entre cantos y marimbas. “Antonio tiene la virtud de ser un hombre social, un hombre comprometido con la realidad de su tiempo, por eso actualmente apoya decididamente todo este proceso de Rafael Correa”, agrega López.
Es posible afirmar al mirar el documental de López que Antonio Preciado es una leyenda viviente del pueblo ecuatoriano Esmeraldas: nació en Barrio Caliente, un sitio parecido a La Boca, en el que transcurrió su infancia, en la más absoluta pobreza. El film indaga en la historia del poeta de manera similar a los documentales anteriormente mencionados, ya que es el propio protagonista el que cuenta cómo fue su infancia, cómo era Barrio Caliente, cómo es la cultura esmeraldeña. También Preciado se mete con temas espinosos como la discriminación histórica hacia el negro, aun en una región como Esmeraldas, donde los negros siempre fueron población mayoritaria. Preciado navega en el túnel del tiempo para contar la supervivencia frente al colonialismo español, y desgrana una serie de testimonios sobre el sincretismo religioso entre “lo católico” y la fe nativa, el sentido del baile y acerca de cómo la música marcó su poesía.
El contenido del documental de López no sólo pasa por Preciado hablando sino también aparecen artistas emblemáticos de Esmeraldas que musicalizaron sus poesías o que forman parte de la identidad local. Gracias a un laborioso seguimiento que realiza López, el documental, a través de la vida de Preciado, amplía su mirada hacia la rica cultura esmeraldeña con la idea de que “se conociera la música, la forma de vida de la gente, la historia política, de dónde viene este pueblo negro, sus luchas sociales que fueron importantísimas a lo largo de toda la historia de Ecuador. Entonces, el objetivo fue redescubrir todo esta historia de este pueblo ecuatoriano”, concluye López.
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