Sábado, 26 de septiembre de 2009 | Hoy
CINE › EL SECRETO DE SUS OJOS BUSCARá UN LUGAR ENTRE LAS CANDIDATAS AL OSCAR AL FILM EXTRANJERO
La frase de Juan José Campanella busca moderación, pero su alegría es palpable. El film, que ya contabiliza un millón y medio de espectadores, parece tener varios elementos que le pueden deparar un lugar importante en la historia.
Por Oscar Ranzani
El cine argentino ya no tiene secretos: el más reciente film de Juan José Campanella, El secreto de sus ojos, fue elegido como representante argentino para competir por una plaza en la categoría Mejor Película Extranjera de la próxima edición de los premios Oscar. El resultado de la votación se conoció en la sede de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, donde sus autoridades, encabezadas por el presidente de la institución, Pablo Bossi, junto al escribano Carlos D’Alessio, procedieron a realizar el escrutinio de los votos que emitieron los miembros de la institución. De un total de 263 integrantes que tiene la Academia votaron 85. El secreto... se impuso holgadamente por 57 sufragios entre los 52 largometrajes en condiciones de competir, producciones que se estrenaron entre el 1º de octubre de 2008 y el 30 de septiembre de 2009. En segundo lugar quedaron –muy lejos– Las viudas de los jueves (Marcelo Piñeyro), Días de mayo (Gustavo Postiglione) y El niño pez (Lucía Puenzo), con cuatro votos cada una. En tanto, el tercer lugar fue compartido por Anita (Marcos Carnevale) y Felicitas (Teresa Costantini), con tres votos cada una. Obviamente, El secreto... deberá esperar hasta mediados de enero para saber si está en la lista de las nueve preseleccionadas para la categoría Mejor Película Extranjera, que surgirán de la votación de la Academia de Hollywood. Las cinco nominaciones finales, en tanto, se darán a conocer el 2 febrero de 2010: los Oscar se entregarán el 7 de marzo.
“Para El secreto... es una buena oportunidad por las reacciones que estoy teniendo de la crítica americana, del público en Toronto. Y lo que estamos recibiendo acá en España es que tiene buenas posibilidades. Esperemos representar bien a la Argentina”, señala Campanella en diálogo telefónico desde Madrid. No es la primera vez que una película del director de Luna de Avellaneda es elegida para representar a la Argentina. La primera fue El hijo de la novia, con Ricardo Darín, Héctor Alterio y Norma Aleandro; en ese caso, llegó a ubicarse entre las cinco candidatas, pero no obtuvo el Oscar. Sin embargo, el cineasta no vive esta nueva posibilidad como una especie de sana revancha “porque todavía falta. En todo caso, sería una sana revancha si gana el Oscar, pero recién dimos el primer paso y falta muchísimo. Hay que pensar que cada país está mandando su mejor película, así que la competencia es feroz”. El director asegura que le interesa el Oscar porque “es un premio simbólico, es el que más respeto y tiene un modo de votación en el que confío. Es el más importante del mundo y garantiza la difusión de la película en casi todos los países”.
En cuanto a los aspectos que tiene a favor el film, y que podrían llegar a interesarles a los miembros de la Academia de Hollywood, Campanella enumera: “Cuenta una historia sólida que mueve bien los resortes del guión, de las actuaciones, y tiene una estructura que no se ve normalmente”. El realizador también destaca que El secreto... “tiene una temática que es universal, pero también posee sabor local: ésos son dos elementos importantes a la hora del Oscar. Si fuera una película en la que todo es universal y no arroja algo de luz sobre el país de donde proviene, tienden a no elegirla”. Entre otros factores que puede llegar a tener en cuenta la Academia de Hollywood, Campanella también hace referencia a las grandes actuaciones de Ricardo Darín, Soledad Villamil y Guillermo Francella: “Ninguna película que no está bien actuada llega adelante en la carrera del Oscar”.
El secreto de sus ojos está basada en la novela La pregunta de sus ojos, de Eduardo Sacheri, que escribió el guión junto con Campanella. Darín –que participó en cuatro de sus largometrajes– compone a Benjamín Espósito, un experimentado empleado judicial que acaba de jubilarse y que decide escribir una novela. Pero no para pasar su tiempo sino como una necesidad de reconfigurar su presente. Espósito se inspira, entonces, en un caso judicial inconcluso que investigó en 1974 relacionado con el asesinato de una joven mujer. El film está narrado en dos tiempos, y cuando se sitúa en los ’70 se lo puede ver a Espósito trabajando en un juzgado penal, secundado por Pablo Sandoval (Francella casi irreconocible, sin bigotes y con peluquín), un viejo empleado, personaje entrañable que suele emborracharse y con el que trabará una amistad donde la lealtad será ejercida en términos absolutos. En la actualidad, mientras Espósito busca atar cabos sueltos para su libro, se reencuentra con Irene, la secretaria del juzgado de quien estaba enamorado en los ’70. Casi treinta años después, Espósito deberá revisar sus sentimientos.
De los muchos logros que tiene El secreto... tal vez el que más impacta es la actuación de Francella en un papel dramático, alejado del comediante con el que suele identificárselo y metido en un personaje que tiene incidencia fundamental en la historia. En diálogo con Página/12, el actor reconoce sentirse muy feliz por el reconocimiento a la película “no sólo en Argentina, sino también en lugares como San Sebastián y Toronto. Y ahora que los miembros de la Academia argentina la hayan elegido para que represente a nuestro país es muy gratificante”, subraya. Es la primera posibilidad que tiene Francella de participar en una competencia de este tipo, y lo vive “con mucha felicidad. Ya participar en una película de estas características y ver lo que ocurre con el público me emociona. Y lo que ocurre conmigo puntualmente me emociona también”, confiesa el intérprete.
Después de haber visto El secreto... varias veces, Francella comenta que “resultó lo que trabajamos. Resultó lo que minuciosamente con Campanella hablábamos de Pablo Sandoval: queríamos un tema de un cambio estético, pero también de una cosa postural, de una austeridad en los movimientos, en su modo de hablar. No queríamos caer en el lugar común del alcohólico al que se le traba la lengua, sino puntualmente esto que ocurrió. Y analizándolo vemos que está representado como lo queríamos”. Francella vivió ese papel dramático “con mucho respeto, escuchando atentamente, con el ansia de que me dirija Juan, de que me imprima lo que quería que le imprimiera yo a ese personaje. Lo trabajé con mucha dedicación, como con todo lo que hago”, afirma Francella.
El secreto... tuvo y sigue teniendo una notable respuesta del público argentino, ya que en el arranque de su séptima semana de exhibición acumula 1.460.000 espectadores. Si se tienen en cuenta las estadísticas desde el retorno de la democracia hasta el presente, no es descabellado pensar que puede llegar a igualar o superar el record de Camila, de María Luis Bemberg, que en 1984 fue vista por 2.117.706 espectadores. En su camino a la cima deberá superar a Los colimbas se divierten (en 1986 fue vista por 1.508.100 personas), Tango feroz (1.469.277 en 1993), La ley de la frontera (1.610.322 en 1995), Un argentino en Nueva York (1.553.391 en 1998), La tortuga Manuelita (1.884.345 en 1999), El hijo de la novia (1.535.792 en 2001) y Papá se volvió loco (1.577.906 en 2005).
Con respecto al romance con el público argentino, Campanella dice que “ésa es una de las cosas que más satisfacción me da. Para mí siempre lo más importante es la comunicación con el público. No sólo está viniendo mucha gente sino que el público la toma prácticamente con amor. No es una película que sólo van a ver porque es entretenida y después se olvidan, sino que ha generado debates, discusiones y apreciaciones de muchos. Eso me satisface mucho”. Campanella confiesa que no esperaba esa respuesta en semejante medida. “Uno siempre espera tener esa respuesta, pero la verdad es que en esta dimensión, en esta cantidad, no la esperaba.” El cineasta tampoco cree que el público argentino lo registre en un determinado estilo de hacer cine porque “las películas fueron lo suficientemente distintas. Espero que sí identifiquen que van a ver algo que piensa en ellos y que los trata con respeto”, afirma.
El secreto de sus ojos fue muy recibida también por el público del País Vasco y la crítica en el Festival de San Sebastián que concluye hoy (ver página 28). “Es la mejor en las críticas, en el público, pero de ahí a lo que pase con el jurado hay un mundo de distancia –considera Campanella–. Generalmente los jurados tienden a premiar otras cosas, se guían con otros parámetros y es imposible tratar de dilucidar lo que pueden decidir. Hasta es posible que no gane nada. Son sólo seis premios.” Aun con el éxito, Campanella no cree que El secreto... sea su película más lograda: “Todas me gustan por igual, especialmente las que hice en Argentina”, concluye.
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