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Domingo, 12 de febrero de 2006

CINE › ENTREVISTA CON REESE WITHERSPOON

“No sé cómo me transformé en una estrella de cine”

Era una chica de Nashville, pero hoy es empresaria y actriz top. Encarna a una cantante country en Johnny & June. Pasión y locura.

Por Elaine Lipworth *

Reese Witherspoon tiene sólo 29 años, pero parece mayor, quizá por los quince años que lleva frente a las cámaras. Ella es incansablemente cortés, encantadora y amistosa, pero no se podría describir como una persona cálida. Da la impresión de ser una mujer inteligente que aprendió de la experiencia a manejar entrevistas sin revelar demasiado. Tiene un aura de despreocupación. El nombre de su compañía productora es Type A Films. La actriz cuenta que su compostura usual se desintegró cuando accedió a interpretar a June Carter Cash, la cantante y esposa de Johnny Cash –el legendario músico de country– en la nueva biopic, Johnny & June. Pasión y locura. Como una chica sureña, creció inmersa en la música country y cuenta que el mero pensamiento de interpretar a su mujer ideal la hacía llorar.

Después de la emoción de obtener el rol codiciado, Witherspoon se autoconvenció de que no haría el papel. “Llamé a mis abogados llorando a gritos y dije: ‘No voy a hacerlo, ¿pueden sacarme de esto?’ y me asusté terriblemente. Nunca había interpretado a una persona real antes. La posibilidad de fallar me volvía loca”. Ella no sabía que el director de la película, James Mangold, esperaba que cantara –hasta después de que firmó el contrato–. “Recién había terminado de aceptar que usaríamos la música de los Cash cuando el director me dijo que tendría que aprender a cantar. Tendrían que haberme escuchado en el comienzo, era realmente mala. Pensaba que no podría hacerlo. Era el reto profesional más grande que había tenido, le pregunté al director si no podía simplemente contratar a alguien que sonara bien, que yo no lo haría. Cantar frente a miles de personas me ponía tan nerviosa como pensar en criar niños”. Mangold tenía fe de que su estrella podría hacer el trabajo. Se entrenó con el productor del film T-Bone Burnett. “Luego mejoré y finalmente pude disfrutar la experiencia, creo que éste es el tipo de cosas que te mantiene viva.”

Su carrera venía por buen camino antes de Johnny & June. Gracias a los films de la saga Legalmente rubia, se tornó enormemente popular, con un ingreso de 15 millones de dólares por película. Las únicas estrellas que ganan más que ella son Julia Roberts y Nicole Kidman; tampoco son demasiadas las actrices que tienen la oportunidad de elegir entre varios papeles. Antes de Johnny & June no había logrado convencer a los críticos de que podía ser una actriz dramática seria. Ahora la empezarán a comparar con Merryl Streep. Este año ganó un Globo de Oro y es la favorita para ganar el Oscar para mejor actriz.

Su coprotagonista es Joaquin Phoenix, que encarna a Johnny Cash. Carter era madre divorciada y una celebridad de la música country por sí misma cuando conoció a Cash. El estaba casado, pero la persiguió incansablemente por años. June Carter acompañó a la leyenda americana de la música, pero también lo apoyó a través de sus años de adicción y depresión. Witherspoon nunca conoció a Carter, quien falleció en 2003, cuatro meses después de la muerte de su esposo.

“Fue un papel maravilloso de interpretar, porque ella vivió en una época muy interesante para ser mujer, como fueron los ’60 y los ’70. En los tiempos de June Carter era mal visto socialmente casarse dos veces, divorciarse, estar enamorada del hombre con quien trabajaba, tener dos hijos y estar de gira con un grupo de hombres. Ella no trató de acordar con las convenciones sociales y eso la hizo una mujer muy moderna. Tenía algo que atraía al sexo opuesto, quizá era su actitud. Aparentemente muchos hombres en las giras pasaron un mal trago con June, especialmente Elvis Presley, quien terminó cansando a Johnny”, comenta Reese.

Sólo por un momento Witherspoon se relaja: “Entiendo la historia de la música country gracias a que crecí en Nashville. Me conecto con June porque ella era una chica sureña como yo, somos buenas personas. El sur es un lugar muy espiritual”, cuenta Witherspoon, una asidua visitante en su iglesia. “Es una comunidad que se ocupa de la gente y tiene mucho respeto y compasión. Hay semejanzas entre las dos; June fue una mujer que intentó tener una carrera y criar a sus hijos, como yo. Tengo responsabilidades de adulto, no soy frívola, no he disfrutado de mi juventud durante mucho tiempo, ambas comenzamos a trabajar de muy jóvenes.”

Witherspoon se inscribió en clases de teatro cuando tenía siete años. Muy pronto estaba modelando y apareciendo en shows de TV, pero nunca se imaginó que todo sucedería tan rápido. “No creo que sea todo talento, creo que fue sólo suerte”, dice mientras se encoge de hombros. “Soy tan dichosa. Siento que estoy en una posición atípica siendo una empresaria, con papeles jugados, grandes directores y coestrellas. Cuando voy a casa a ver a mi familia en Tennessee, mis amigos de toda la vida me dicen que no entienden cómo fue que me transformé en una estrella de cine. Yo tampoco”.

Desde el comienzo tuvo una determinación de acero y una ética de trabajo rigurosa, diferente a otras actrices jóvenes preocupadas por la moda y sus novios. “Hay que estar preparada porque las personas te van a querer pasar por encima. Se necesita una personalidad tenaz para lidiar con el rechazo. Cuando vine por primera vez aquí, todo lo que oía era: ‘No está bien, no es lo suficientemente linda, no es lo suficientemente inteligente’. Pero no me importaron sus opiniones.”

El sentido del control y la disciplina se extiende a su vida personal. Está casada con el actor Ryan Phillippe. La pareja tiene dos hijos, Ava, de seis años, y Deacon, de dos. Para cuando Reese llegó a la entrevista ya les había dado el desayuno a sus hijos, había estado en una reunión de negocios y había llevado a los chicos a la escuela. Así y todo llegó a Beverly Hills inmaculada, peinada y maquillada. Más tarde –dice– estará cocinando y leyéndoles cuentos a sus hijos para dormir antes de ponerse a leer guiones. A pesar de sus millones, ella insiste en no tener niñera porque le gusta ser una madre a tiempo completo.

Reese cuenta que la parte más difícil de su carrera es soportar las miradas sobre su matrimonio. “No siento que tenga un matrimonio hollywoodense, simplemente es un matrimonio como todos donde hay días buenos y días malos. Creo que cualquier matrimonio es un desafío. Nuestras vidas funcionan como una familia, quizá porque pretendo que no soy famosa la mitad del tiempo. Tratamos de mantenernos lo más normal que podemos, no tenemos estrellas entrando y saliendo de nuestra casa todo el tiempo. Amo mi trabajo, trabajo con pasión, pero hay algo acerca de jugar con tus hijos y calmar sus miedos a la noche que te hace dar cuenta de lo que se trata la vida realmente”. Con Phillippe lejos filmando Flags of our Feathers, Witherspoon está en su casa en Los Angeles, cuidando a los niños, paseando a los bulldogs (Frank Sinatra y Coco Chanel) y produciendo sus películas. Su próximo proyecto con su compañía es Penelope, “un cuento de hadas acerca de una chica que tiene cara de cerdo; yo interpreto a su mejor amiga.” Luego estará en The Reckoning, un drama político desarrollado en Camboya. “Me encantaría dirigir, creo que es sólo cuestión de tiempo. En especial me gustaría hacer un musical de Broadway”. Ahora se siente más confiada con su canto: “Cuando estoy con mis hijos en el auto canto muy fuerte, y siento que soy una cantante fantástica.”


* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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Reese Witherspoon es la favorita para ganar el Oscar.
 
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