CINE › LEON GIECO PRESENTO MUNDO ALAS EN NUEVA YORK, Y VIAJA A LOS ANGELES
Aunque está cumpliendo con los pasos necesarios para presentar la película en competencia, León disfruta la experiencia y los buenos comentarios que despertó el film en Estados Unidos. Y se lleva una perla extra: un encuentro y una charla con Roger Waters.
“Estar en movimiento es maravilloso. Soy una persona que se cansa cuando no hace nada”: León Gieco es de esos artistas que se entregan tanto a lo que hacen que encuentran a cada paso pasiones nuevas. Maravillado, enérgico: así se lo escucha desde Estados Unidos, donde está presentando Mundo Alas, la road movie que retrata la gira que realizó con artistas y músicos discapacitados por el interior del país y que dirigió con Fernando Molnar y Sebastián Schindel. Desde el viernes 6 hasta ayer, el documental se proyectó en un cine neoyorkino, con funciones que incluyeron conciertos, y a partir de hoy se verá en Los Angeles. Uno de los propósitos es buscar la candidatura al Oscar. “Estar acá me da la energía que tenía a los diecinueve años, cuando llegué a Buenos Aires e iba a una radio para hacer mi primer disco. Ahora voy a Univisión a promocionar Mundo Alas. Me hago muy de abajo”, recalca el músico santafesino, que recopila en su mente las anécdotas del viaje con la capacidad de sorpresa intacta. Entre las más preciadas, un encuentro fortuito nada menos que con Roger Waters.
Página/12 conversa con Gieco luego de que se concediera una extensa caminata matutina por los alrededores del Central Park. Al momento de la entrevista le quedaban horas en Nueva York, donde también se presentó en el Festival Cultural Latino. El encuentro anual tuvo lugar esta vez en el Queens Theatre in the Park, con actuaciones de la peruana Susana Baca y el cubano Carlos Varela. El de Gieco, el 6, “fue un gran recital, a sala llena, ante 900 personas”, describe. El entusiasmo se multiplica cuando se dispone a hablar de Mundo Alas –proyecto que tiene a la película como columna vertebral, pero que incluye disco y libro– y de sus repercusiones en EE.UU. “Gracias a Dios la reacción siempre es la misma: a la gente le encanta y termina a los lagrimones”, sostiene. Y pese a que por el AMC Empire 25 pasaron muchos argentinos hambrientos de viejas canciones, asistieron también “chilenos, colombianos y venezolanos, y los norteamericanos que leyeron las buenas críticas” que recibió el film. The New York Times definió lo de Gieco como “un gesto de amor”: “Un documental admirable sobre un concierto inusual que él promovió. Uno termina con ganas de sentarlo en una silla y hacerlo hablar”, puede leerse en las páginas del matutino. En tanto, otro diario relevante de la ciudad, el Daily News, destaca “el profesionalismo de los artistas”, entre los que menciona a Carina Espina, Alejandro Davio y Demián Frontera.
Mundo Alas viene girando internacionalmente –el destino anterior a EE.UU. fue España– y cosechando reconocimientos, dentro y fuera del país. Entre ellos se destacan el Premio del Público del Festival de Cine EDOC (Ecuador), el Premio del Público en Docupolis (España) y al Mejor Documental en el Festival de Cine de Pamplona (España). La intención ahora es ir por el Oscar al Film Documental. “Estamos aquí para mandarlo a la Academia”, indica Gieco. Su estreno en cines estadounidenses es sólo uno de los requisitos. “Hay que mandar cien copias para que las vea el jurado y se necesitan cartas de recomendación. Ya contamos con el apoyo de Luis Puenzo, Juan José Campanella y Eugenio Zanetti. Supongo que tendremos el de Gustavo Santaolalla y Michelle Bachelet”, calcula el músico. “No sé si la Academia va a ver la película. En realidad, el Oscar ya me lo dio Spinetta cuando, antes del concierto que dio en Vélez, dijo que esta gira ‘mágica y misteriosa’ se lo merecía. Es un film que tiene mucho sentimiento, pero que está hecho muy rápidamente y con escasos recursos económicos... no lo hicimos para el Oscar”, aclara. Y en efecto, se lo percibe más contento por el recorrido que motivado por llegar a la meta. “Este es un centro muy importante en el mundo: pasan muchísimas cosas. Le mandé la peli a Pedro Almodóvar, al guionista de Oliver Stone, a David Blum. Es importante estar acá. Me llena de satisfacción.”
Un episodio que Gieco se lleva de su visita a Nueva York es el encuentro con Waters, bajista y cantante de Pink Floyd. “Fuimos a escuchar música a un lugar que se llama Guantanamera. Ahí toca una banda buenísima de latinoamericanos, tres cubanos y un venezolano. El bajista, Alvaro Benavides, me había dicho que a veces caían músicos importantes. Y me mostró una foto de su mujer, Cecilia Molinari, hija de Edelmiro, con Waters y Eric Clapton. Y yo fui y apareció Waters. Bueno... no con Clapton, pero con el gobernador de Nueva York, que también tiene su importancia”, relata Gieco. “Como está tan encantado con todo lo que le pasó en nuestro país, se levantó de su mesa y se vino a la nuestra, toda de argentinos. Y un tipo le tradujo que yo era un músico importante. Lo primero que hizo fue preguntarme por Gustavo Cerati. Me dijo que estaba preocupado. Lo de Gustavo es una pesadilla para todos los músicos. Justo, Waters iba a trabajar en una canción para la Fundación Alas, de Shakira, y estaba realizando unas letras o músicas con Gustavo”, se entristece Gieco. El encuentro quedó sellado en una instantánea. “Fue muy amable.”
–¿Y usted? ¿Qué le dijo?
–Nada. ¿Qué le voy a decir? ¿Que me dio vuelta la cabeza durante treinta años con El lado oscuro de la luna? Ya lo sabe. El fue a ver un grupo que toca increíble, millones de notas todo el tiempo... Pero yo pensaba que este tipo con tres notas le voló la cabeza a medio mundo. Ahora está preparando, otra vez, el espectáculo de The Wall. Es tremendo, increíble... ¿Con todo lo que hizo, qué más va a hacer? Me dio mucha impresión cruzarlo. A él le encanta el público sudamericano y recuerda con mucho amor cómo lo trataron en Argentina. Lo único que le dije es que había estado en el concierto en River, que fue maravilloso.
Gieco también destaca sus acercamientos con el público. Se sabe: le gusta estar cerca de la gente. Antes de las proyecciones de las 20.15 ofrecía conciertos. Y luego, se quedaba para debatir con el público junto a Schindel, que lo acompañó en este viaje. El sistema se repetirá en Los Angeles, hasta el 18 de agosto. “A la gente le encanta que el director presente la película. Tenemos resultados increíbles. Conseguimos sala llena. Además, el público quiere saber todo”, explica Gieco. Es, en cierto modo, la modalidad con la que se viene dando a conocer Mundo Alas. “En la Argentina, con los chicos, presentábamos la película, hacíamos una conferencia de prensa y al día siguiente tocábamos”, compara. Por eso, entre las instantáneas que se lleva, también están las siguientes: “Ay Leoncito, cantame ‘Canción para Carito’” o “León, cantame ‘La colina de la vida’, que me fui hace veinticinco años de la Argentina y no la escuché más.”
Entrevista: María Daniela Yaccar.
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