Sábado, 5 de marzo de 2011 | Hoy
CINE › FAMILIA TIPO, DOCUMENTAL EN PRIMERA PERSONA DE CECILIA PRIEGO
Reconstrucción de la novela familiar mediante lo que se conoce como “found footage”, Familia tipo confirma que en el cine contemporáneo toca al documental narrar aquello que antes era privativo de los géneros: el policial y el melodrama...
Por Horacio Bernades
“Ellos viven y también sus secretos”, advierte la voz de la realizadora en los primeros tramos de Familia tipo, anticipando que algo largamente enterrado va a alterar la aparentemente perfecta foto de álbum. Documental en primera persona, reconstrucción de la novela familiar mediante lo que se conoce como found footage (materiales de archivo encontrados), en Familia tipo hay tanto misterio como en un thriller. Así lo narra Cecilia Priego, dosificando la información, haciendo crecer la progresión, en un tiempo presente que permite al espectador leer los nuevos capítulos a medida que la novela se va escribiendo. “Ellos viven”: los padres, guardianes del secreto familiar, están allí ahora, mientras la película sucede y lo escondido aflora. ¿Cómo reaccionarán? “Cuando se enteró, mi padre se negó a seguir participando de la película.” De lo que se enteró Fernando Priego es de que el documental de Cecilia hablaba sobre su otra hija, la del primer matrimonio. Ese que él y su esposa mantuvieron oculto a los hijos, durante más de veinte años.
Coincidencia o no tanto, Familia tipo se estrena casi al mismo tiempo que La familia argentina, la obra de Alberto Ure en la que un señor se enamora de la hija de su mujer. En este caso no se trata de sexo, sino de secreto, de aquello que Freud llamaba lo siniestro familiar. Fernando Priego es un señor español, un abogado al que las fotos muestran cariñoso, apuesto y sonriente, llegado a la Argentina a comienzos de los ’60. Hacia fines de esa década, durante unos carnavales conoce a una señora. Se enamoran, se casan, forman una familia. Las fotos, las abundantísimas filmaciones caseras con una camarita de 16 mm (después dicen que esa locura de filmar todo nació con las camcorders o los celulares) muestran a los cuatro como núcleo pleno y feliz, en playas, mares y veranos que parecerían eternos.
Un día, a comienzos de los ’90 (¡al mismo tiempo que Ure escribía La familia argentina!), los Priego reciben un llamado. Desde España, la voz de una mujer pregunta por el señor Fernando. Es Belén, su hija. ¿Su hija? Todo lo que se ve, en ese momento de Familia tipo, es el cuadro negro, durante unos segundos interminables, mientras se oye esa voz en el teléfono. Del mismo modo en que lo hizo con la vida de los Priego, el llamado corta la película en dos. Hasta ese momento, la ópera prima de Cecilia Priego (Buenos Aires, 1971) responde a lo que podría llamarse “documental de reconstrucción” del pasado familiar, narrado en off por la realizadora y apoyado sobre el uso del found footage (¡en qué estado admirable se conservan esas viejas filmaciones!). Desde allí la historia se narra en presente, acompañando el viaje de Cecilia y su hermano a España, en busca de de- sentrañar el misterio de Belén.
Como en una novela negra, mientras intentan resolver ese misterio, los hermanos dan con otro aparentemente desligado, pero que tal vez sea la clave para entenderlo. En el pueblo manchego de Hita, donde en el Medioevo nació cierto famoso arcipreste y varios siglos más tarde don Fernando, Cecilia y su hermano van armando la novela de otra familia, otro país, otro tiempo, que también son suyos. La novela de los abuelos, durante la Guerra Civil española. Testigos, parientes lejanos y hasta algún historiador les hablan del Ejército del Ebro, de un exilio en México, de un juramento sin concesiones. Les cuentan un melodrama bestial. En él, un soldado regresa del frente para hallar a la esposa recién suicidada, tras haberlo dado por muerto. Una segunda historia anticipa la que va a repetirse dos décadas más tarde, tan indefectible como un vicio o una enfermedad. Como si el abandono del hijo fuera el virus del que los Priego se infectaron.
¿Hallarán Cecilia y su hermano a la otra, la negada, la pieza faltante del rompecabezas familiar? ¿Cómo repercutirá la historia de Belén en la de Cecilia y los suyos? Familia tipo confirma que en el cine contemporáneo toca al documental narrar aquello que antes era privativo de los géneros: el policial, el melodrama, el cine histórico, el drama familiar y el psicológico. Provocar la mezcla de intriga, revelación y conmoción que alguna vez fueron patrimonio de la ficción. Todo eso como sin buscarlo. Como si la realidad no lo contuviera, como si lo doméstico fuera lo opuesto de lo dramático. Tal vez de allí su tremenda, inesperada efectividad.
8-FAMILIA TIPO Argentina, 2009.
Dirección: Cecilia Priego.
Guión: Blas Eloy Martínez y C. Priego.
Fotografía: Germán Drexler e Iván Gierasinchuk.
Edición: Carolina Cappa, R. Caproti, M. Colombo y C. Priego.
Música: Daniel Drexler y J. Gómez Orozco.
Estreno en el Malba (sábados y domingos a las 20.15) y Cineclub Godard (Maipú 960; viernes a las 20).
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