Un corto pornográfico de seis minutos protagonizado supuestamente por Marilyn Monroe, cuando tenía sólo 20 años y aún era una desconocida, no concitó ninguna oferta en la subasta realizada al cierre de la Primera Feria Internacional de Coleccionismo Cinematográfico en Buenos Aires. Al remate, celebrado el domingo en el C. C. Borges, asistieron sobre todo curiosos, estudiantes de cine y corresponsales extranjeros, pero ninguna persona interesada en desembolsar los 500 mil dólares que el rematador, el español Mikel Barsa, exigía como precio base. “¡Esta es la Marilyn real, no la de Hollywood!”, lanzó el promotor a la hora de ofrecer la película mientras exhibía a la concurrencia un cartoncito con tres fotogramas del film, que no fue exhibido pues, según Barsa, el original está en la caja fuerte de su casa en España. Pero cuando el vendedor preguntaba “¿alguien da más?”, no volaba una mosca. “Se declara desierto este lote”, concluyó a la fuerza el animador, quien luego aseguró que la mejor oferta recibida de momento son “280 mil dólares de un interesado que vive en Denver”. El corto, en blanco y negro, rodado en ocho milímetros entre 1946 y 1947, siempre según Barsa, muestra a la supuesta Marilyn y a un hombre joven protagonizando distintas posiciones sexuales. En EE. UU., Authentic Brands Group, la empresa que explota los derechos del sex symbol de Hollywood, aseguró que la protagonista del corto no es Marilyn y amenazó con demandar a Barsa. Este se defendió exhibiendo una copia de un presunto fax de Alan Brown, director del American Film Institute (AMI), fechado en 1996, quien habría asegurado que si la actriz del film no fuese Marilyn, “era su gemela”.