CINE › “SED, INVASION GOTA A GOTA”
¿Hay una guerra del agua en el sur?
Con un tono más televisivo que cinematográfico, el documental de Mausi Martínez apunta a la teoría de que las reservas de agua de este rincón del planeta despiertan la ambición de las potencias.
› Por Horacio Bernades
“Las próximas guerras no serán por el petróleo, como la de Irak, sino por el agua.” La afirmación pertenece al Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y a esa profecía taxativa y amenazante –que parece digna de Mad Max 2, si no fuera porque son muchos los expertos que coinciden en ella– responde la idea de filmar un documental como Sed, invasión gota a gota. Entre lo puramente geológico y lo espeluznantemente político se mueve esta realización de la también actriz Mausi Martínez, que unos años atrás había debutado en el género con Puig... 95 % de humedad. Más aún, varios testimonios recogidos a lo largo de Sed empeoran el de por sí apocalíptico pronóstico de Pérez Esquivel: esas guerras del futuro se estarían librando hoy. Y acá nomás.
La Argentina es –junto con Brasil, Uruguay y Paraguay– uno de los países sobre cuyo suelo se asienta el Acuífero Guaraní, la mayor reserva de agua del continente y una de las más grandes del mundo. Según datos estadísticos que Sed vuelca en sus primeros tramos, sólo el 3 por ciento de agua de la superficie del planeta es dulce, una de cada tres personas tienen acceso al agua potable y 3 millones de niños mueren cada año por falta del preciado líquido. Eso, hoy. Según pronostican las Naciones Unidas, en 20 años más el agua potable se habrá convertido en un bien tan preciado... como el petróleo. La más preocupante teoría conspirativa que aporta el documental dirigido, escrito y fotografiado por la propia Mausi Martínez a partir de una investigación propia (ella misma empuña el micrófono durante las entrevistas) es que, para controlar el día de mañana esa gigantesca reserva, las grandes potencias y sus organismos llevan a cabo, hoy mismo, acciones tendientes a controlar el Acuífero Guaraní.
Operativos conjuntos entre fuerzas estadounidenses y de los países del área, la posible instalación futura de bases militares yanquis en la zona y gestiones del Banco Mundial, tendientes a favorecer la privatización de las aguas y servicios de potabilización, son algunos de los datos con los que distintos y muy reputados especialistas (geólogos, investigadores, políticos y lugareños) abonan esa tesis que pone los pelos de punta. Más aún, no falta quien afirma que las presuntas “células dormidas” islámicas que operarían en la Triple Frontera serían una mera excusa para mantener la zona vigilada y eventualmente ocupada.
¿Es entonces Sed un gran documental? No, porque responde a una lógica televisiva antes que cinematográfica. Parte de una tesis, de una certeza previa que el decurso del documental apunta a demostrar, siguiendo un procedimiento ilustrativo. Prolijamente filmado, fotografiado, musicalizado y montado, las imágenes no hablan por sí mismas, como tampoco lo hacen el encuadre o el montaje. Es el relato en off el que da sentido, aliado con los testimonios que le son funcionales (todos ellos a cámara, como en la televisión). No por nada Sed surgió como parte de un proyecto educativo, antes que cinematográfico. Tal vez hubiera sido preferible mantenerse fiel a esa premisa, destinando Sed a los monitores de las aulas en lugar de una sala de cine.
6-SED, INVASION GOTA A GOTA
Argentina, 2005.
Dirección, investigación, guión y fotografía: Mausi Martínez.
Producción ejecutiva: Luis Barone. Música: Nicolás Posse.