La conciencia social sobre la problemática ambiental va creciendo a medida que se conocen públicamente los efectos nocivos que generan ciertas sustancias y prácticas en el ecosistema. Si hace unos años este temor era simplemente “propiedad intelectual” de grupos minoritarios, cada vez son más las instituciones, asociaciones y ONG que “pegan el grito” sobre los problemas que no sólo afectarán a los humanos en un futuro sino que ya están provocando desastres en diversas regiones de la Tierra. Para seguir generando información y sensibilizar a la gente sobre temas fundamentales vinculados con la calidad de vida, la productora Green Tara organizó la tercera edición del Festival Internacional de Cine Ambiental, más conocido como Green Film Fest. La muestra se desarrollará entre hoy y el miércoles 22 de agosto en el Cinemark Palermo (Bulnes y Beruti), donde se proyectarán catorce documentales de distintos países que trazan un panorama completo sobre lo que está sucediendo en el mundo en materia ambiental y que intentan servir como motor de cambio para lo que es necesario corregir.

Una de las mayores atracciones está puesta en los tres documentales de Josh Tickell y Rebecca Harrell Tickell, quienes llegarán a la Argentina a presentarlos. Uno de ellos es The big fix, que participó de la programación del Festival de Cannes 2011. A lo largo de 90 minutos, ambos cineastas realizan una profunda investigación sobre el desastre sucedido hace dos años en el golfo de México, cuando se derramaron cantidades exorbitantes de petróleo, luego del hundimiento de la plataforma petrolera Deepwater Horizon. Freedom, en tanto, indaga en las relaciones que tienen las personas con el planeta, pero no se queda en la mera denuncia, sino que intenta exponer factibles soluciones para lograr una armonía ambiental: por ejemplo, el uso de biocombustibles, autos híbridos y otras tecnologías que pueden aportar una mejora sustancial frente a los problemas de salubridad que genera el transporte. Y Fuel dialoga con Freedom, ya que si bien parte del conflictivo uso del petróleo en Estados Unidos, pronto abre un abanico de posibilidades sobre las energías alternativas que podrían reemplazarlo, como el biodiésel.

Desde Francia llega el documental La sed del mundo. El prestigioso fotógrafo Yann Arthus-Bertrand, que ya había realizado Home, la Tierra vista desde el cielo, ahora, junto a Thierry Piantanida y Baptiste Rouget-Luchaire, enfoca en el tema del agua, un elemento natural imprescindible para la vida de todos los seres vivos, que está empezando a escasear en algunas regiones. El documental se filmó en veinte países y, con imágenes impactantes del mundo del agua dulce, revela las dificultades de grandes masas de la población mundial que tienen el acceso restringido –o nulo– al agua. Play again, del estadounidense Tonje Hessen Schei, indaga en algo que seguramente ningún padre de hijos pequeños no se haya preguntado alguna vez: cuáles son las consecuencias de que los chicos pasen la mayor parte de su infancia en el mundo virtual que ofrecen Internet y las redes sociales antes que en un medio natural. Otro documental que se mete en las casas de las personas es The clean bin project, del canadiense Grant Baldwin. El director de este documental y su pareja Jen, productora y guionista del mismo, se propusieron vivir un año sin generar basura de ninguna clase. Nada, ni siquiera una tapita de gaseosa. A través de una narración que roza la diversión, el documental es, sin embargo, una clase didáctica sobre cómo modificar las actitudes frente a la necesidad de mejorar el ambiente aun en las situaciones más cotidianas.

Las Maldivas, unas islas que fueron fundadas en 1196 como país insular, desde hace un tiempo corren el riesgo de desaparecer bajo el mar debido a los cambios climáticos. El documental The island present, del estadounidense Jon Shenk, sigue la tarea descomunal de Mohamed Nasheed, presidente de Las Maldivas entre 2008 y 2012, para combatir el problema ecológico que amenaza la existencia de estas islas.

Hay también en el Green Film Fest dos documentales sobre alimentos. Uno de ellos es Love MEATtender, en el que el belga Manu Coeman analiza el lugar que ocupa la carne en el consumo de la sociedad e investiga cómo se ha convertido en un producto casi industrial cuando, en realidad, se trata de un componente de los cuerpos de seres vivos. El otro es Sushi, the global catch, del estadounidense Mark Hall, que enfoca sobre el fenómeno mundial en que se ha convertido un plato sencillo de vendedores ambulantes de Tokio que terminó generando ganancias millonarias. El film apunta a informar cómo la fabricación masiva de esta comida puede alterar el equilibrio ecológico de los océanos.

En Visual Telegrams, treinta destacados directores de diversos países hicieron cortos documentales de dos minutos cada uno en los que aportan sus miradas sobre el tema ambiental y proponen una idea para cuidar el planeta. La Argentina está representada por Pablo Trapero. Otros cineastas que participaron fueron Isabella Rossellini, Amos Gitaï, Etienne Chatiliez, Pierre Jolivet, Rachid Bouchareb, Elia Suleiman, Isabel Coixet y Fatih Akin, entre otros. Nominado al Oscar 2012 como Mejor Documental, If a tree falls, dirigido por el estadounidense Marshall Curry, relata la historia del Earth Liberation Front (ELF), fundado como un grupo de ecologistas que tienen una postura radical contra las problemática del medio ambiente: realizan ataques y provocan incendios en empresas que ocasionan daños al medio ambiente. El documental se detiene en la figura de uno de ellos condenado a cadena perpetua.

* Programación y horarios en www.greenfilmfest.com.ar