CINE › LOS ILEGALES, DE JOHN HILLCOAT, BASADO EN UN GUIóN DE NICK CAVE
El clásico enfrentamiento entre locales buenos y forasteros malos, reescrito sin mayores revisiones por un rocker australiano de alto nivel intelectual, da pie a un film que recuerda a los choques con la ley de los hermanos Frank y Jesse James.
› Por Horacio Bernades
“El condado más húmedo del mundo”, rebautizó el escritor Sherwood Anderson a Franklin, Virginia, en los años ’20 del siglo pasado. La referencia no iba dirigida a que allí lloviera tanto como en la primavera porteña 2012, sino a que en tiempos de Ley Seca ése fue el paraíso nacional de los moonshiners. En la época se llamaba moonshiners a los destiladores de licor casero, que supieron hacer su agosto a costa justamente de esa ley, ante la cual las grandes compañías productoras retrocedieron, dejándoles el terreno expedito. The Wettest County in the World es el título de una novela histórica escrita por Matt Bondurant, cuyos abuelos fueron de los más notorios moonshiners de Franklin County, EE.UU. The Wettest County in the World iba a llamarse también la película basada en aquella novela. Por lo visto, a los hermanos Weinstein les habrá parecido demasiado largo o poco comercial. Presentada en Cannes en mayo pasado, la película lleva finalmente el título de Lawless. Los ilegales, en castellano.
Más que el elenco, que no cuenta con superestrellas, el nombre que más puede llamar la atención (al lector de Página, al menos) es el del guionista de Los ilegales. Sí, este Nick Cave es el mismo de The Bad Seeds y Grinderman. En verdad no se trata de su primer guión, sino del segundo. A mediados de la década pasada, el songwriter de voz cavernosa escribió, en su Australia natal, el de una suerte de western local, dirigido por su compatriota John Hillcoat. Se llamó The Proposition y tuvo la suficiente repercusión internacional para permitir a Hillcoat filmar la ambiciosa La carretera, basada en la novela homónima de Cormac McCarthy. En Argentina, The Proposition se editó en DVD con el título Propuesta de muerte. Los protagonistas de Los ilegales son los hermanos Bondurant. Sobre todo el menor de ellos, Jack (Shia LaBoeuf, hiperexcitado protagonista de Transformers), que tiene a su cargo la narración en off.
Tal vez queriendo convertir el apellido en leyenda, Matt Bondurant, autor de la novela, describe a sus antepasados no sólo como los más importantes moonshiners de Lincoln County, sino como personajes poco menos que míticos. Sobre todo el mayor, Forrest (Tom Hardy, villano enmascarado de la última Batman), a quien haberse salvado de la Parca en un par de ocasiones bravas rodea de un aura de inmortalidad. “Eramos los últimos sobrevivientes”, refrendará Jack más tarde, cuando las fuerzas de la ley tiendan su último cerco sobre los moonshiners. Si el viaje al corazón de las tinieblas de The Proposition le daba el aire de traslación no oficial de Apocalypse Now!, el enfrentamiento de una familia de outlaws sureños con la ley y el Estado recuerda al de los hermanos Jesse y Frank James. Como ellos, los Bondurant también son simples campesinos, a quienes el poder pone del otro lado de la ley. En el caso de los James fue el intento de incautar sus tierras, tras la derrota sureña en la Guerra Civil. En el de los Bondurant y sus vecinos, la Ley Seca, impuesta por el puritanismo oficial.
La diferencia entre Forrest, Jack y Howard (el hermano del medio) con el resto de los moonshiners es que cuando la ley aprieta y los demás van al pie, ellos entran en guerra, como verdaderos héroes. Para que haya héroes, el binarismo estadounidense requiere de villanos. Villanos que, por oposición a la seca rusticidad campesina, deberán ser perversos, sofisticados, corruptos y urbanos. Ya es corrupta la policía local, que a cambio de unas botellas deja pasar camiones cargados de licor, y más corrupto el nuevo procurador general enviado desde Washington, que quiere aumentar el diezmo. El brazo armado del procurador es el nuevo alguacil, Charlie Rakes, interpretado por el también australiano Guy Pearce, protagonista de The Proposition. El personaje más colorido de una película a la que no le sobra exuberancia, Rakes es una suerte de metrosexual sádico y despiadado, gay en el closet según parece (“Ah, mirá, sos lindo”, le dice a Jack cuando lo conoce).
Rakes usa guantes de cuero, se queja de la falta de higiene de los lugareños, se afeita las cejas, usa una colonia apestosa. Y es capaz de partir literalmente en dos a un pobre tullido. El clásico enfrentamiento americano, entre locales buenos y forasteros malos, reescrito, sin mayores revisiones, por un rocker australiano de alto nivel intelectual. Más allá del aire de cosa conocida, la otra gran debilidad de Los ilegales (más allá de que en sus términos la película funcione) es la falta de altura mítica de unos personajes a los que el off presenta como tales. O de un personaje, el de Forrest, a quien en ausencia de esa dimensión el ascendente Tom Hardy compone con tremendos aires de importancia, que tal vez se le hayan quedado pegados del Batman del siempre sobrevalorado Christopher Nolan. Ah, sí, por allí aparece Gary Oldman, en la piel de un mafioso venido de Chicago, cuya función tal vez sea la de refrendar el carácter de “detrás del telón” de los films de gangsters, que Los ilegales se arroga. No puede dejar de hacerse mención al exquisito folk, country y blues compuesto por Cave junto a su “socio” Warren Ellis, que incluye en más de un caso la voz de Emmylou Harris.
7-LOS ILEGALES
(Lawless, EE.UU., 2012)
Dirección: John Hillcoat.
Guión: Nick Cave, sobre novela de Matt Bondurant.
Fotografía: Benoît Delhomme.
Música: Nick Cave y Warren Ellis.
Intérpretes: Shia LaBoeuf, Tom Hardy, Gary Oldman, Guy Pearce, Mia Wasikowska, Jessica Chastain y Jason Clarke.
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