El significado de la palabra “cultura” está relacionado con distintos conceptos que desembocan en lo mismo: cultura es “la manera en la que los seres humanos desarrollamos nuestra vida y construimos el mundo”. Palabras como espiritualidad, creatividad y pluralidad, entre muchas otras, le dan sentido. No hay una única forma de cultura. Y cuando la cultura es pública, no tiene dueño. Es de todos para todos.

En el conflicto de la Sala Alberdi se destacan dos actores: un grupo de jóvenes artistas, alumnos y profesores, su resistencia a ser despojados de un espacio cultural público que vienen sosteniendo ellos mismos desde hace años, de lunes a lunes, con talleres y espectáculos gratuitos o a la gorra; y, por otro lado, el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad, que no sólo debe administrar con honestidad los recursos sino que tiene la obligación de asegurar y proteger la diversidad en la expresión de la cultura y que, lejos de eso, ha elegido primero la indiferencia y la intimidación y después la fuerza para torcer voluntades.

Sabemos que el diálogo es la vía posible más elevada con la que contamos las personas para resolver un problema. La palabra y la verdad. Sabemos también que el atropello y la agresión forman parte de nuestra cultura. Habrá que preguntarse, entonces, por qué cultura vamos a trabajar, qué “manera de desarrollar nuestra vida”, qué “forma de construir el mundo” queremos que nos exprese y nos represente. Si la variada, diferente, numerosa, distinta, dispar y múltiple que representa la paz, o la homogénea, uniforme y muy conocida que representa, siempre, la violencia.

* Actriz. Presidenta de la Asociación Argentina de Actores.