Jueves, 4 de abril de 2013 | Hoy
CINE › BIENVENIDO A LOS 40, ESCRITA, PRODUCIDA Y DIRIGIDA POR JUDD APATOW
Uno de los nombres esenciales de la Nueva Comedia Estadounidense, el director de Virgen a los 40 y Ligeramente embarazada vuelve a demostrar su audacia artística con este diario personal en forma de comedia, pleno de gags y chistes buenísimos.
La que hace de esposa del protagonista es la esposa del director, y las nenas que hacen de hijas son las hijas del director y la actriz. No se trata de nepotismo, empresa familiar o economía de costos: Bienvenido a los 40 es algo así como Los Osbourne, pero en plan verdaderamente documental. El reality de la familia de Ozzy daba al espectador la impresión de estar metido en el baño y la cocina de la mansión Osbourne. Pero ese aparente descontrol, esa sensación de en-cualquier-momento-puede-pasar-cualquier-cosa-en-vivo, disimulaba, en verdad, su condición de show pensado para un público. Imprevisible y desternillante, era una comedia disfrazada de documental. Bienvenido a los 40 es exactamente lo contrario. Está producida, escrita y dirigida por Judd Apatow, uno de los nombres esenciales de la Nueva Comedia Estadounidense. Está actuada por un gran elenco de reconocidos comediantes. Tiene la estructura de una comedia, tiene gags y chistes buenísimos. Comedia dramática confesional, comedia documental, diario personal en forma de comedia: llámesela como se quiera, Bienvenido a los 40 no es una película de género. Es un film en primera persona, disfrazado de comedia.
“Estamos en ese momento en el que todo lo que haga el otro te molesta”, le dice Pete (Paul Rudd) a su amigo Barry (Robert Smigel, legendario guionista de Saturday Night Live) en un Starbucks. Si no fuera porque más que vestidos están disfrazados de ciclistas, y que enseguida se van a poner a discurrir sobre la mejor forma de asesinar a tu esposa, podría ser una escena de Bergman. Escenas de la vida conyugal, en versión Apatow: eso podría ser también, llevando las cosas un poquitito al extremo, Bienvenido a los 40. Pero la definición más certera la dio el crítico Scott Tobias, en la revista virtual The AV Club, al asegurar que ésta es “la película de Cassavetes de Apatow”. Claro: las de Cassavetes eran películas familiares, las de Bergman no. Pero basta de rodeos y definiciones. La cuestión es que el orgasmo que tuvo Debbie (Leslie Mann) al comienzo de la película fue porque Pete tomó Viagra, y a Debbie no le gusta nada que su marido haya tenido que recurrir al Viagra para tener una buena erección. ¿Es que ella ya no lo excita?
Que Pete se encierre en el baño a jugar con su iPad, que ambos cumplan 40 (aunque la velita en la torta de ella dice 38), que Debbie se presente por la noche con un pecho al aire y él no se dé por enterado (lo más doloroso que se haya visto en cine desde que Ben Stiller se despendejizó con el cierre del pantalón en Loco por Mary) no hace mucho por mejorar las cosas. Tampoco ayuda que la pequeña Charlotte (Iris Apatow) y su hermana Sadie (Maude Apatow) no dejen de pelearse, que Sadie tenga un ataque de histeria cuando no encuentra nada para ponerse o que se agarre de los pelos con mamá por cualquier nimiedad. O que el papá de Pete (Albert Brooks, veterano notable Nº 1) pretenda que el hijo lo mantenga, mientras él se dedica a jugar con sus trillizos a los que no puede diferenciar. O que el padre de Debbie (John Lithgow, veterano notable Nº 2) sea incapaz de bajarse del trono de cirujano eminente y confunda a su nieta menor con la mayor, por el tiempo que no las ve.
Mientras tanto, el sello indie de Pete no puede vender un maldito disco, ocupado como está en reunir a Graham Parker & The Rumour, a quienes el público adolescente considera poco menos que cadáveres vivientes. Lo cual no impide, por suerte, que esa reunión se consume, que toquen en vivo y que esa poco reconocida gloria viviente del rock británico sea, de hecho, parte del elenco de Bienvenido a los 40: ser el propio productor permite darse estos gustos. Bienvenido a los 40 no es una película perfecta. No es que las dos horas y cuarto de duración no estén justificadas, porque Apatow las usa para pintar, con agudeza de cronista, un mundo entero, que tal vez sea éste. Ver si no el narcisismo del padre de Debbie, el neoadolescentismo del de Pete, la ciberadicción de las pequeñas, el mito de la comehombres, encarnado por una Megan Fox a la que Apatow empuja a caricaturizar su propio personaje. Pero algo más de concentración tal vez hubiera permitido poner mayor atención en un par de personajes claramente subdesarrollados, como el de Barry y el personal trainer que hace Jason Segel.
Las imperfecciones de Bienvenido... son, en tal caso, producto de sus ambiciones. Ambiciones tan grandes, que llevan a un rey de la comedia –Apatow creó la serie Freaks and Geeks, produjo Supercool, dirigió Virgen a los 40 y Ligeramente embarazada– a fracasar, en términos de público y de crítica, por segunda vez al hilo, después de la cancerígena y autorreferente Funny People. El público quiere que las comedias sean comedias, que no incomoden, que no duren lo mismo que las superproducciones ni hablen de cuarentones, que no veneren a rockers con edad de abuelos o tengan como un vago perfume a lo que hay allá afuera. Por el momento, Apatow parece dispuesto a insistir y resistir. ¿Cuánto más podrá hacerlo?
8-BIENVENIDO A LOS 40
This is 40,
EE.UU., 2012
Dirección y guión: Judd Apatow.
Fotografía: Phedon Papamichael.
Intérpretes: Paul Rudd, Leslie Mann, Maude Apatow, Iris Apatow, Jason Segel, Megan Fox, Graham Parker, Robert Smigel, Albert Brooks y John Lithgow.
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