CINE › HALLE BERRY VINO A LA ARGENTINA A PROMOCIONAR 911 LLAMADA MORTAL
En el film que se estrena este jueves en la Argentina, la actriz debe monitorear el secuestro de una joven desde su escritorio en la central de urgencias. “Fue un reto diferente. Tuve que concentrar todas mis emociones en los ojos”, explica.
› Por Ezequiel Boetti
Halle Berry vino a la Argentina para presentar 911 Llamada mortal y, de paso, mostrar que, al menos por esta vez, una verdad instalada en el léxico global es absolutamente cierta: es, sino la más, al menos una de las mujeres más bellas del mundo. Hija de madre de ascendencia inglesa y padre afroamericano, dueña de una infancia en la que la violencia familiar era rutina, Berry supo usufructuar las bondades naturales de su cuerpo dedicándose inicialmente al modelaje. Pero quería más. “Desde ese momento estudié y me preparé muchísimo para ser actriz”, dice durante la entrevista grupal de la que participó Página/12. No tardó demasiado en darse cuenta de que la misma belleza que le había abierto puertas también podía cerrárselas. “Había un estigma sobre mí: ‘Oh, es sólo una cara bonita. Démosle papeles de chica linda’”, recuerda. Hasta que en 1991 Spike Lee apostó un pleno dándole el papel de una adicta al crack en Jungle fever. De ahí en más, se dedicó a consolidar una carrera que pareció alcanzar su pico a comienzos de siglo, cuando en un par de años logró prestigio y masividad. El primero llegó con el protagónico de Monster’s Ball (2001) y el posterior encumbramiento como la primera actriz negra en ganar un Oscar. El segundo, con X-Men, Swordfish y una de las chicas Bond de Otro día para morir. “Estoy realmente muy orgullosa de haber sido parte de una franquicia tan icónica e instalada en la historia del cine. Amé ese papel, fue una de las mejores experiencias en toda mi carrera”, dice.
Luego siguieron algunos fracasos (En compañía del miedo, Gatúbela), la consolidación de su figura como Tormenta en la saga de los superhéroes de Marvel, el parate por el nacimiento de su primer hijo, el regreso con films casi todos menores y su consecuente desaparición de la cartelera argentina desde Seduciendo a un extraño, en 2007. Pero este año volvió con todo, y en apenas cuatro meses encadenó los estrenos de Cloud Atlas, Proyecto 43 y ahora 911 Llamada mortal, que se verá desde mañana. Dirigida por Brad Anderson (el mismo de El maquinista), el film tiene a Berry interpretando a una telefonista del servicio policial de Los Angeles que carga con la culpa del desenlace fatal de una víctima. Un tiempo después, las cosas parecen repetirse cuando una joven (Abigail Breslin, la nena de Pequeña Miss Sunshine) marque los tres dígitos mientras recorre la ciudad en el baúl del auto de un asesino serial. “Creo que los operadores son casi héroes que no sólo ayudan, sino que dirigen la situación. Tienen un rol muy importante en nuestra sociedad”, asegura la actriz de 46 años, quien pocas horas antes de la entrevista confirmó que espera su segundo hijo, el primero con el actor francés Olivier Martínez.
–Usted asistió a la central telefónica de la policía durante la etapa preparatoria. ¿Qué impresión tuvo? ¿Pudo extraer experiencias para su trabajo?
–Lo primero que me impactó fue el tamaño del lugar. Tenía la idea instalada de que era un grupo pequeño de personas trabajando en un bunker ubicado en algún lugar bajo la tierra; pero no, es un gran edificio y con muchísima gente. También me llamó la atención que hubiera empleados de todo tipo: blancos, negros, hombres, mujeres, incluso algunos en silla de ruedas. Y cuando hablé con ellos me encontré con que todos tenían en común una calma interior y hablaban lento y con un ritmo muy particular. Creo que esa energía es una característica clave para el tipo de trabajo que hacen.
–Un detalle particular de la película es la gran cantidad de escenas en primer plano suyas. ¿Cómo condicionó eso su trabajo?
–Me imaginaba que sería así porque gran parte de la historia transcurre conmigo en un escritorio. Fue un reto diferente. Tuve que concentrar todas mis emociones en los ojos, lo que fue muy difícil. Yo no estaba en el set donde se desarrollaba la acción principal, así que tenía que mostrarlo todo sin saber qué pasaba.
–Su personaje es una mujer fuerte, algo no del todo habitual en Hollywood. ¿Cree que debería haber más películas con protagonistas así?
–La verdad es que trato de encontrar buen material y roles que me inspiren. No sólo alguien que luche contra el mal, sino también mujeres fuertes que puedan alzar su voz para hacerse oír. Hoy el público no tiene oportunidad de ver eso, algo que si pasaba en los ’40 o ’50, pero que después se fue perdiendo. Sinceramente espero que vuelva ese tipo de producciones para que las mujeres puedan estar a la misma altura que los hombres.
–¿Por qué cree que hoy no hay films así?
–No tengo respuestas a eso. Para mí también es un misterio. Es muy difícil hacer cualquier película, salvo que sea para chicos, de un estudio muy importante o alguna de acción que vaya a generar mucha ganancia. Pero el negocio cambió tanto para las mujeres como para los hombres. Ellos también están insertos en esta lucha. Creo que se dejó de enfocar en la creatividad para centrarse en el dinero.
–En Cloud Atlas interpretó seis personajes diferentes, desde una periodista en los setenta hasta un anciano. En Proyecto 43 incursionó en la comedia y aquí se pone en la piel de una telefonista policial. ¿Esos roles tan distintos responden a evitar el encasillamiento?
–Desde el principio de mi carrera procuré elegir roles distintos para evitar el encasillamiento y no quedarme estancada en el estereotipo de un determinado personaje. De hecho, mi papel en Jungle fever fue algo totalmente distinto de lo que podía esperarse de alguien que venía del modelaje. Aún hoy sigo eligiendo trabajos que sean variados, que la gente no espere que haga y que me insuman algún riesgo. Eso es lo que me inspira. Cuando me llega una propuesta demasiado parecida a otra, digo que no porque no tengo razón para hacerla de nuevo. Pretendo ser una actriz que vive de la actuación y tiene roles interesantes. Por eso tampoco hoy me desvela ningún rol en particular, aunque me gustaría volver a incursionar en la comedia. Hice Proyecto 43, pero fue algo muy particular.
–¿Tiene alguna oferta en ese sentido?
–Sí, tengo un par para el próximo año, pero no puedo adelantar nada porque recién estamos en la primera etapa. Sólo puedo decir que son dos muy buenas comedias.
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