Viernes, 20 de septiembre de 2013 | Hoy
CINE › HOY COMIENZA LA 61ª EDICION DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIAN
Rebautizada en España, la animación de Juan José Campanella tendrá esta noche el honor de la función de apertura. No hay película argentina en la competencia oficial, pero tres directoras argentinas concursarán en la sección Horizontes Latinos.
Por Horacio Bernades
Desde San Sebastián
¿Ninguna película argentina en competencia oficial en San Sebastián? Teniendo en cuenta que el del País Vasco es uno de los festivales internacionales que siempre acogió con mayor generosidad al cine argentino (sólo el de La Habana, algo devaluado últimamente, se le arrima en este aspecto), el hecho podría sonar casi como para titular de Crónica TV, de esos en tamaño (y color) escándalo. Pero sucede que San Sebastián no es el único festival en el que, en este segundo semestre del año, el cine argentino se queda corto. Es como que la puerta se cerró en mayo: tras la presentación de Wakolda y Los dueños en Cannes, poco y nada de nuestro cine se mostró en Locarno, Venecia y Toronto. Lo cual habla de una producción local tirando a pobre en estos últimos meses. Al menos en lo que hace a material de festivales. Confirmando que la producción fílmica se maneja como las cosechas –hay años buenos y otros que no–, los que saben anuncian que a un 2013 poco fértil en el rubro “cine de calidad” sucederá una importante cosecha 2014. Ojalá sepan, nomás.
Apuntando tal vez a compensar esa preocupante alteración de sus hábitos, la 61ª edición del Festival de San Sebastián (que arrancó con el pie derecho, vendiendo un 10 por ciento más de entradas anticipadas que la anterior, que a su vez había duplicado a la previa) le ha cedido al cine argentino nada menos que la apertura, honor que no se le otorga a cualquiera. Será Futbolín la protagonista de la gala inaugural, hoy a la noche en ese cubo de la modernidad arquitectónica que es el Kursaal, centro de operaciones del Donostia Zinemaldia. ¿Qué película? ¿Futbolín? Y sí, así se llama aquí Metegol, y con ese título, que corresponde al nombre que en España se le da al fútbol de mesa, se estrenará la película de Juan José Campanella en salas locales, el próximo 20 de diciembre. Coproducida, como se sabe, con capitales españoles, Futbolín inaugura el festival, pero no está en competencia. Hay, sí, otras tres películas argentinas compitiendo en San Sebastián, aunque no en la sección oficial sino en paralelas.
Transparentando hasta qué punto el cine argentino abolió las diferencias de género, las tres están dirigidas por mujeres. Dos de ellas, conocidas ya en la Argentina, se presentan en Horizontes Latinos, sección competitiva dedicada al cine latinoamericano: la recién estrenada Wakolda, de Lucía Puenzo, y Pensé que iba a haber fiesta, de Victoria Galardi. Toda una veterana de este festival, Galardi estuvo en Donostia con sus dos películas previas, Amorosa Soledad (2008) y Cerro Bayo (2010). Ambas se llevaron premios. ¿Sucederá lo mismo con Pensé que iba a haber fiesta? Sería un modo de compensar la recepción más bien fría que la película tuvo en el momento de su estreno local. La tercera representante criolla se presenta en la sección Zabaltegui y es estreno internacional. Se trata de Mujer conejo, de Verónica Chen (Vagón fumador, Agua), que según las referencias se aventura a un audaz cruce de géneros, además de incluir un sofisticado trabajo de animación.
Otras tres películas argentinas se presentarán en Cine en Construcción, sección que San Sebastián lleva adelante junto al Festival de Toulouse y está dedicada a películas sin terminar, que se muestran a representantes de la industria, en procura de apoyos para su acabado. En esta plataforma –en la que en su momento se presentaron películas como Historias mínimas, Iluminados por el fuego y Una semana solos–, este año lo harán tres operaprimistas: Andrew Sala con Pantanal, Juan Martín Hsu con La Salada y Benjamín Naishtat con Historia del miedo, coproducción con Uruguay, Francia y Alemania. Ampliando el foco al cine latinoamericano en general (uno de los puntos fuertes de un festival que abre bien grandes sus puertas a la región), habrá en Competencia Oficial dos representantes de la zona: Pelo malo, de la venezolana Mariana Rondón, y Club Sándwich, la nueva del mexicano Fernando Eimbcke, director de las muy buenas Temporada de patos (2004) y Lake Tahoe (2008). Junto a ellas aparecen, en esa sección, los nuevos films de Atom Egoyan, Bertrand Tavernier, Jasmila Zbanic (realizadora de Grbavica) y Alex de la Iglesia, que con Las brujas de Zugarramurdi retoma, según se rumora, lo mejor de su cine.
La sección Perlas, que presenta una selección de otros festivales, permitirá ver lo nuevo de Terry Gilliam (The Zero Theorem, otro regreso a buena forma, según dicen), Hayao Miyazaki (The Wind Rises, que el maestro de El viaje de Chihiro anuncia como su última película), Hirokazu Kore-eda (Like Father, Like Son), François Ozon (Jeune et jolie) y Jia Zhangke (A Touch of Sin), entre otros. Las retros, siempre fuertes aquí, hacen honor a la tradición: un Nagisa Oshima completo, desde la primera hasta la última película, y una sección dedicada a la animación contemporánea (Animatopia, los nuevos caminos del cine de animación), que contará con la presencia de ese genio loco llamado Bill Plympton y desplegará veinticinco largos de punta, muchos de ellos nunca vistos en la Argentina.
Oliver Stone muestra la “cara oculta de los Estados Unidos” (así lo promociona, al menos) en su serie televisiva The Untold History of the United States (diez episodios de una hora) y trae, créase o no, el “corte definitivo” de Alexander, candidata a integrar el cuadro de honor de los diez grandes bodrios de la década. El filipino Lav Díaz da batalla con Norte, el fin de la historia, largometraje de... 250 minutos. Un puñado de interesantes documentales españoles se desperdiga por toda la grilla, a varias muestras de cine indie estadounidense habrá que prestarles atención, hay un documental sobre backup singers (Twenty Feet from Stardom) que este cronista irá a ver de cabeza, se celebrará por segundo año una sección de cajón para esta ciudad del buen comer (Culinary Cinema) y debutará una sección nueva (Savage Cinema), dedicada a los deportes de riesgo (¿?).
Además de todo eso volverá a llevarse a cabo, también por segundo año, el Foro de Coproducción Europa-América Latina, que en este momento de economías europeas en crisis interesa tanto a unos como a otros. El Foro, que permite a una serie de proyectos seleccionados llegar a manos de posibles productores y financistas, inaugura este año un acuerdo de colaboración del que participa activamente el Incaa de Argentina. El acuerdo lleva por nombre “Forjando alianzas” y promete dar continuidad a los proyectos seleccionados, tanto en la próxima edición de Ventana Sur (que se celebrará en diciembre en Buenos Aires) como en el Marché du Film de Cannes, en mayo 2014.
Pero ahora es tiempo de jugar al Futbolín. Más detalles sobre ese partido, en la edición de mañana de Página/12.
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