En un marco de marcada emotividad el realizador Alejandro Ester presentó, en la sala del Teatro Colón, Imprescriptible, documental sobre la segunda etapa de la llamada “megacausa ESMA”, que tendrá su última pasada mañana a las 12.30, en la misma sala. Opera prima de un realizador que es parte del equipo técnico de NK, el documental sobre Néstor Kirchner que se estrena hoy en todo el país, Imprescriptible –que es parte de la Competencia Argentina del festival– trabaja en buena medida sobre material de archivo, tomado directamente de las grabaciones de las sesiones del juicio seguido, entre diciembre de 2009 y octubre de 2011, a los torturadores de la ESMA. Ester pone ese material en contexto, remontándose hasta los bombardeos de junio de 1955 sobre Plaza de Mayo (ataque a la población que nunca fue juzgado, recuerda una oportuna sobreimpresión, marcando la diferencia con lo sucedido con la ESMA) y actualizándolo luego, mediante el seguimiento a algunos sobrevivientes del más grande centro de detención y exterminio de la dictadura militar, el día en que deben presentarse a declarar.

Pero Ester no se conforma con entrevistar a las víctimas: algunos de los momentos más impactantes de la película son aquellos en los que el realizador da la palabra a familiares de los imputados. “Intenté llegar hasta los propios victimarios, pero no me fue posible”, comenta el realizador a Página/12. “Registrar los actos en los que esta gente reivindica lo actuado por las fuerzas represivas fue todo un desafío, tanto para mí como para los miembros del equipo técnico. En las entrevistas nos propusimos que dijeran lo más abiertamente posible por qué estaban en contra de los juicios por crímenes de lesa humanidad. Para ello era necesario no ser provocativos, pero sí firmes para preguntar y repreguntar. La idea era que detrás de la capa de maquillaje seudo ‘republicano y democrático’ aflorara su pensamiento más profundo.”

Obviamente, uno de los momentos más fuertes de Imprescriptible es el de la sentencia, tras dos años de interrogatorios ininterrumpidos. “Ese momento sigue teniendo una tensión impresionante”, afirma Ester. “Más allá de la irrefutable cantidad y variedad de pruebas sobre los crímenes cometidos en la ESMA, hasta que la Justicia no se expide es imposible saber si se va a hacer justicia o no. Por suerte, eso es lo que sucedió en este caso.” Imprescriptible no es, ciertamente, el único documental político sobre el pasado reciente en la Argentina que presenta la 28ª edición del Festival de Mar del Plata. En la sección Panorama Argentino puede verse, hoy y mañana, Margarita no es una flor, documental de Cecilia Fiel sobre la masacre de Margarita Belén, ocurrida en diciembre de 1976, cuando un grupo de presos políticos alojados en un centro de detención del Chaco fueron fusilados impunemente. Margarita no es una flor se proyecta hoy a las 23 y mañana a las 12.45, en ambos casos en la sala del Paseo 4.