“En realidad me abstengo de decir que la poesía es un oficio. No me parece un oficio. No lo es porque ahí el tema de la voluntad para producirla no puede existir. Nadie se puede sentar a escribir poesía”, dice Juan Gelman quien, a pesar de la dificultad para definirla, esboza una posibilidad: “Es el lenguaje calcinado, último. Es también un modo de interrogar la realidad interrogándose”. Influenciado por César Vallejo y González Tuñón, Gelman asevera, sin embargo, que “la influencia esencial sigue siendo la realidad”. “Mi madre tenía razón: de la poesía no se puede vivir. Se puede vivir para la poesía, de ella no. Siempre hay que tener el segundo oficio para vivir. Cuando publiqué mi primer libro y lo llevé todo fresquito a la imprenta, ella me miró con una anchísima sonrisa y me dijo: ‘De esto no vas a vivir, Juan’. Pero estaba muy orgullosa”, recuerda el autor de Violín y otras cuestiones con una sonrisa melancólica. El poeta argentino radicado en México brinda estas apreciaciones en Juan Gelman y otras cuestiones, documental del cineasta argentino Jorge Denti que fue presentado el sábado en el auditorio de la Biblioteca Nacional, con la participación del poeta Jorge Boccanera, el cineasta Tristán Bauer y el propio realizador, ante una gran cantidad de gente que se acercó a descubrir a un Gelman desconocido para muchos lectores.

A lo largo de una hora y media, Gelman desgrana una serie de recuerdos relacionados, en principio, con sus padres y su infancia en Villa Crespo, el barrio que lo hizo simpatizante de Atlanta y del que se siente orgulloso porque hace poco la biblioteca del club fue bautizada con su nombre. El escritor había aprendido de chico a tocar el piano por insistencia de su madre, de quien recuerda también cuando lo llevaba al Teatro Colón: “Al paraíso, por supuesto. Para mí era una aventura”. La película se va armando con el relato de Gelman acerca de distintos aspectos, algunos más conocidos –como el político, literario y periodístico– y otros no tanto, como cuando relata que antes de dedicarse al periodismo se ganó la vida como empleado, camionero de una fábrica de muebles y vendedor de autopartes de automóviles. O bien, mientras recuerda su amor por las milongas, a las que asistía desde los quince años con un traje hecho para la ocasión o cuando, de adolescente, se levantaba a las ocho de la mañana para escuchar una audición de Angelito Vargas. En la película de Denti hay un Gelman social y, a la vez, íntimo: un cruce entre su obra y su vida entrelazadas para lograr una mayor integridad del personaje retratado.

Juan Gelman y otras cuestiones se proyectó en el marco de una actividad impulsada por la Cátedra de Poesía Latinoamericana que pertenece a la Escuela a Humanidades de la Universidad Nacional San Martín. La cátedra está dirigida por Jorge Boccanera y, a su vez, Tristán Bauer es el director del Centro de Producción Audiovisual de la universidad que tiene un profundo respeto por el poeta, ya que fue declarado Doctor Honoris Causa de esa casa de estudios. “Más allá de la lluvia y de esta tarde gris, les agradezco que hayan llegado aquí para estar un rato con Juan, con su vida, con su historia y con esa poesía que no deja de darnos sorpresas todo el tiempo”, señaló Denti ante un auditorio colmado de gente que inundaba la Biblioteca Nacional de emociones colectivas después que el realizador subrayó que Juan Gelman y otras cuestiones está dedicada al cineasta Jorge Cedrón y al poeta Francisco “Paco” Urondo, grandes amigos de Gelman y Denti.

“Fue una enorme alegría encontrar un documental donde aparezca claramente Gelman porque es muy reacio a las entrevistas, a hablar de sí mismo, muy reservado”, dijo Bauer. “Denti –agregó el realizador de Iluminados por el fuego– logró la gran maravilla de que alguien abra su corazón. Y el que abre su corazón es el poeta vivo más importante que tiene nuestro país y la lengua castellana. De manera que cuando nos sumergimos y nos sentamos acontemplar la obra de Jorge (Denti) y escuchar la palabra de Gelman, descubrimos un universo que no siempre nos es revelado.” Bauer completó su apreciación señalando que a Denti, “Gelman le llega por el costado humano: toda la entrevista y la aproximación tiene que ver con revelar una humanidad, una biografía, pero no desde el anecdotario sino desde la sensibilidad”.

“La película es oportuna justo a cincuenta años de Violín y otras cuestiones”, expresó Boccanera. “Toda la época de Gelman y esa generación llevan la marca de la búsqueda y el cuestionamiento. Violín remite a la búsqueda formal y cuestiones a esta marca de la época. Cuestión remite a asunto, a dilucidar toda esa urgencia que había en los años a los que remite la película. Porque el largometraje es un repaso de los temas de Gelman, un repaso del Gelman creador, pero enmarcado en el tiempo que le tocó vivir”, analizó Boccanera. Como lector, Bauer destacó que “cuando nos sumergimos en el mundo de Gelman, lo hacemos en la palabra poesía con mayúscula y con toda la profundidad extraordinaria que tiene la poesía, esa posibilidad de abrirnos al universo, a mundos cotidianos que no nos son conocidos pero que por medio de la palabra podemos descubrir”.