CINE › GRAN PRESENCIA NACIONAL EN EL FESTIVAL DE BERLíN QUE SE INAUGURA HOY
La tercera orilla, de Celina Murga, e Historia del miedo, de Benjamín Naishtat, participan del concurso oficial, mientras Atlántida, de Inés Barrionuevo, y Ciencias naturales, de Matías Luchessi, compiten en la sección Generation.
› Por Luciano Monteagudo
Desde Berlín
Sólo sucedió antes en Cannes 2008, cuando Leonera, de Pablo Trapero, y La mujer sin cabeza, de Lucrecia Martel, se encontraron sorpresivamente una junto a la otra. Por cierto, no es habitual que una cinematografía latinoamericana esté representada por partida doble en la competencia oficial de un festival internacional de primera línea. Pero a partir de hoy vuelve a ser el caso con Argentina, que tendrá no sólo una sino dos películas nacionales en concurso en la edición número 64 de la Berlinale, a iniciarse esta noche en la capital alemana. Y la competencia será apenas la punta de iceberg de una importante presencia argentina en otras secciones y áreas del festival, que por su estratégica ubicación en el calendario funciona un poco a manera de apertura de la temporada cinematográfica 2014.
La tercera orilla, de Celina Murga, llega al concurso de la Berlinale precedida por el prestigio de la obra previa de su directora, construida a lo largo de la última década. Tanto su ópera prima Ana y los otros (2003), como Una semana solos (2007) y su documental Escuela normal (2012) participaron de los festivales de Venecia, Thessaloniki, Toronto e incluso el Forum de Berlín, por no citar al Bafici. Pero ahora, con su cuarto largometraje, Murga tiene la oportunidad de ir por el oro de la Berlinale, a través de la historia de un adolescente entrerriano con una situación familiar muy particular: su padre, un influyente médico y terrateniente de la zona (interpretado por Daniel Veronese), a quien el chico secretamente odia, mantiene dos vidas paralelas y ha decidido convertirlo en sucesor de su posición social.
“Después de leer el guión de La tercera orilla del río, decidí unirme a la película como productor”, escribió nada menos que Martin Scorsese en el dossier de prensa de la película de Murga, que lleva en sus créditos el nombre del director de El lobo de Wall Street como productor ejecutivo. “Me impresionó su realismo casi documental, su sentido de la vida cotidiana y al mismo tiempo una sensación de peligro ominoso. Cuando Orson Welles describía Lustrabotas, de Vittorio De Sica, decía que la cámara desaparecía y uno se encontraba cara a cara con la vida en la pantalla. Así es como me sentí cuando vi las películas anteriores de Celina y también cuando leí este nuevo guión: podía ver la acción a través de sus ojos.”
De hecho, Scorsese ya había apoyado la ficción anterior de Murga, Una semana solos, cuando la directora lo tuvo como mentor de una beca internacional. Pero el vínculo continuó mucho más allá de aquella experiencia y ahora Scorsese muy probablemente acompañe a Murga y su marido, Juan Villegas (productor argentino del film), en la alfombra roja de Berlín, ya que el director de Taxi Driver estará en el festival para presentar personalmente un work in progress de su próximo documental, sobre la publicación The New York Review of Books, y una copia restaurada de Rebelde sin causa (1955), el clásico de Nicholas Ray.
La otra película argentina en competencia oficial es Historia del miedo, ópera prima de Benjamín Naishtat, un egresado de la Universidad del Cine, con estudios de posgrado en Le Fresnoy, el Estudio Nacional de Artes Contemporáneas de Francia y varios cortos previos en festivales internacionales. “Es una película sobre gente asustada en el contexto de un caótico verano en los suburbios, cuando el orden social parece a punto de colapsar”, adelanta Naishtat de su película, que aspira a seguir el camino de otros celebrados debuts argentinos en la Berlinale, como La ciénaga (2001), de Martel, y Rompecabezas (2009), de Natalia Smirnoff, que resultaron premiadas en el festival, desde entonces considerado la plataforma de lanzamiento de sus obras.
Si de debuts se trata, habrá otras dos óperas primas argentinas en el festival, ambas en competencia en la sección Generation. Y las dos fueron rodadas y producidas en la provincia de Córdoba: Ciencias naturales, de Matías Lucchesi, sobre una niña en busca de su padre, que resultó premiada como work in progress en la última edición del mercado Ventana Sur, y Atlántida, de Inés Barrionuevo, sobre el despertar a la sexualidad de dos amigas, una película generada a partir del concurso Raymundo Gleyzer que organiza el Incaa. La sección Generation está dedicada al cine para adolescentes y jóvenes, forma parte del programa oficial y es competitiva, con un importante premio en euros para la película ganadora. Más aún, es una sección que en los últimos años ha ido ganando en importancia y visibilidad entre la crítica y sobre todo en el mercado, con lo cual ambos films ya parten bien posicionados.
Quien la va a tener difícil es el productor argentino Hernán Musaluppi, bien conocido en Berlín por haber traído varias películas nacionales a la competencia oficial, como El custodio (2006) y Un mundo misterioso (2011), ambas de Rodrigo Moreno, y Gigante (2009), de Adrián Biniez, en coproducción con Uruguay. Sucede que Musaluppi participa como jurado del premio a la mejor ópera prima, un reconocimiento transversal que –como la Cámara de Oro en Cannes– atraviesa todas las secciones del festival. Y que por lo tanto incluye a Historia del miedo como a Ciencias naturales y Atlántida, entre otros quince largometrajes de debutantes de todo el mundo.
Por su parte, al Berlinale Talent Campus, un espacio de formación y desarrollo de proyectos para cineastas jóvenes, asistirán cinco representantes argentinos: Candela Figueira, Lisandro Rodríguez, Valeria Racciopi, Román Kasseroller y el productor Iván Granovsky. Toda la delegación argentina, a su vez, tendrá como pied-à-terre al stand que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) montó en el Martin-Gropius-Bau, el hermoso palacete del siglo XIX que funciona como sede del European Film Market. Allí estará todo el equipo de Asuntos Internacionales, presidido por Bernardo Bergeret.
¿Y por afuera cómo andamos? Entre los nombres famosos con quienes habrán de medirse en la competencia oficial Murga y Naishtat hay por lo menos tres a tener muy en cuenta. El estadounidense Wes Anderson tiene el privilegio esta noche de abrir el festival con una producción que por primera vez en su obra no incluye a Hollywood: The Grand Budapest Hotel fue rodada en escenarios naturales de Europa y en estudios de Gran Bretaña y Alemania. Y cuenta con un reparto decididamente espectacular: Ralph Fiennes, F. Murray Abraham, Jude Law, Tilda Swinton, Mathieu Amalric, Adrien Brody, Willem Dafoe, Léa Seydoux, Tom Wilkinson, Harvey Keitel, Bill Murray y Owen Wilson, entre muchos otros. Por su parte, otro estadounidense off-Hollywood vuelve a la Berlinale: apenas un año después de haber traído Antes de la medianoche reaparece ahora en Potsdamer Platz con Boyhood, protagonizada por Patricia Arquette y Ethan Hawke y que llega precedida por infinidad de elogios recogidos hace un par de semanas nomás en el Festival de Sundance. Finalmente, el tercer pez gordo de la competencia es el legendario Alain Resnais, quien a sus lozanos 91 años vuelve a Berlín –donde ya fue premiado en un par de oportunidades anteriores– con Aimer, boire et chanter, rodeado de varios de sus actores predilectos de los últimos tiempos, como Sabine Azéma y André Dussolier. Su nueva película está basada en una obra teatral del dramaturgo británico Alan Ayckbourn, viejo amigo de Resnais, con quien ya había colaborado en Smoking / No Smoking, que le valió al director de Hiroshima mon amour un Oso de Plata en 1994.
Al margen de estos nombres de peso, hay en la competencia otros menos conocidos por el gran público, pero de prestigio en los festivales internacionales, como el brasileño Karin Aïnouz, el japonés Yoji Yamada, el argelino Rachid Bouchared y el chino Ye Lou (ver recuadro). La peruana Claudia Llosa (sobrina de Mario Vargas) merece una mención aparte porque regresa a Berlín con su segundo largo –Aloft, una coproducción entre España, Canadá y Francia– después de haber ganado el Oso de Oro del festival en 2009 con La teta asustada.
Al margen de la competencia, un plato fuerte será sin duda Nymphomaniac: Volume I, la primera entrega del díptico erótico del danés Lars Von Trier, protagonizada por Charlotte Gainsbourg y que aquí en Berlín se anuncia en versión completa sin cortes de 145 minutos, 21 más que la copia de estreno internacional, sin duda un ardid publicitario a los que Von Trier es tan adepto. Por supuesto, la sección Panorama es todo un festival en sí mismo, con films del taiwanés Tsai Ming-liang, el hongkonés Fruit Chang, el francés Michel Gondry y el alemán Rosa Von Praunheim, por citar apenas algunos pocos nombres. Lo mismo con el Forum del Cine Joven, que este año brilla particularmente con los nuevos films del rumano Corneliu Porumboiu, el estadounidense Ken Jacobs, el canadiense Denis Côté y el coreano Bong Joon Ho, el mismo de The Host, que ahora trae a Berlín Seolguk-yeolcha (Snowpiercer), su nuevo megaéxito de taquilla en Seúl, en estreno internacional. Pero la Berlinale recién está por comenzar, se extiende hasta el domingo 16 y ya habrá tiempo de ocuparse de todos ellos.
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