Miércoles, 12 de marzo de 2014 | Hoy
CINE › SPIKE JONZE HABLA DE ELLA, QUE SE ESTRENA AQUí MAñANA
El director de ¿Quieres ser John Malkovich? y El ladrón de orquídeas vuelve a la carga con un film en el que el personaje de Joaquin Phoenix se enamora de un sistema operativo que habla con la voz de Scarlett Johansson. Aquí habla de sus métodos de trabajo.
Por Karyn Mamanna
La actividad audiovisual de Spike Jonze es múltiple y sólo la parte más reducida de ella está vinculada con la dirección cinematográfica. A lo largo de la última década, Adam Spiegel (tal su nombre) filmó videos musicales (para Björk, Kanye West, Beastie Boys, Arcade Fire) y cortos (de algunos de los cuales se habló mucho, como I’m Here, presentado en el Festival de Berlín en 2010) y produjo y actuó en todas las películas de Jackass, esos tipos que son capaces de matarse, con tal de que la broma más pesada resulte la más divertida. Al lado de esa multiactividad permanente, la de director de cine resultó infinitamente más raleada. Aunque nunca ignorada. Jonze debutó con esa rareza llamada ¿Quieres ser John Malkovich? (1999). Luego de que se le fue un poco de las manos la tal vez demasiado especulativa El ladrón de orquídeas (2002) hizo un parate rotundo, interrumpido siete años más tarde con una nueva rareza: un film para niños en el que los monstruos eran peluchones gigantes y buenazos. Aquí se llamó Donde viven los monstruos (2009) y fue directo a DVD.
En la última entrega del Oscar, Jonze subió a alzar la estatuilla correspondiente a Mejor Guión Original. Primer Oscar de su carrera. Aunque nominado ya había estado, desde ¿Quieres ser...? Presentada en los festivales de Nueva York y Roma en los últimos meses de 2013, Her obtuvo tres nominaciones en total, una de ellas a Mejor Película, y fue votada prácticamente por todas las asociaciones de críticos de EE.UU. entre las mejores del año. En ella, un escritor solitario (Joaquin Phoenix) se enamora de... un sistema operativo, al que presta su voz Scarlett Johansson (¡que en Roma ganó el premio a mejor actuación femenina!). Por muy neurótico que suene, Jonze la cuenta como la love story más naïf del mundo. En Buenos Aires se estrena mañana, con el título de Ella. Aquí el señor Spiegel habla de la clase de historias que le gustan, del modo en que se acerca al cine, de la “actuación” de Johansson, de la intervención de sus amigos de Arcade Fire en la banda de sonido y, claro, de Charlie Kaufman, guionista de sus dos primeras películas y gran compinche.
–Gente que ingresa a la cabeza de otra gente en ¿Quieres ser John Malkovich? Una película sobre cómo adaptar al cine el libro que la propia película adapta, El ladrón de orquídeas. Una con gente disfrazada de monstruos. Ahora, una sobre un sistema operativo que se vuelve demasiado personal. A la hora de filmar no elige lo trillado.
–No me gusta lo que sé cómo resolver de antemano. Me interesan las ideas que no sé cómo llevar adelante. Antes de empezar ¿Quieres ser...?, e incluso durante el rodaje, no tenía la menor idea de si el asunto iba a funcionar. Todo consistía en dar con el tono adecuado y no era sencillo. En El ladrón de orquídeas convergían montones de ideas diversas, y hasta que no salimos de la isla de edición –estuvimos catorce meses– no sabía si iba a poder sacar algo homogéneo de todo eso. Eso es lo que hace excitante el asunto: no sabés cómo hacer una película hasta que no la hacés. Bah, igual que con todo lo que importa, ¿no? Hasta que no lo experimentás no sabés cómo vivir en pareja, armar una familia, ser padre y criar niños...
–¿Cómo vivió el proceso creativo en esta ocasión?
–Con la misma falta de certezas. Hubo momentos en los que pensé que había fracasado. Llegué al punto de considerar la posibilidad de sugerirle a la productora que dejáramos todo y nos fuéramos a casa.
–Usted decía que encontrar el tono era la clave para ¿Quieres ser John Malkovich? Me da la impresión de que para usted el tono es siempre la clave.
–Lo que sucede tiene que parecer verdadero, el espectador debe vivirlo como tal. Por disparatado, inaudito o absurdo que resulte al describirlo. Y para construir esa verdad, es necesario que cada inflexión, cada escena, cada línea o cada palabra tengan el tono justo.
–El sentido de soledad y el de pertenencia son emociones que suelen estar presentes en sus películas. ¿Lo ve así?
–La verdad es que trato de intelectualizar lo menos posible, me manejo de manera más intuitiva. Recién después de que la película está terminada, en una de ésas lo pienso. Pero hasta ese momento me guío por lo que me interesa o me entusiasma.
–Es impresionante lo que obtuvo de Scarlett Johansson. ¿Trabajaron mucho juntos?
–Creo que Scarlett está pasando por un gran momento. Basta verla en Entre sus manos, en Under the Skin (N. de la R.: película inédita en Argentina, en la que Johansson hace de alien asesino) o en la puesta de La gata sobre el tejado de zinc caliente que estuvo hace poco en teatro para comprobarlo. Siempre tuvo una gran presencia, pero me parece que ahora dio un salto cualitativo.
–Lo curioso es que Scarlett no aparece jamás en escena.
–Pero sí “aparece” su voz, que tiene un arrastre inconfundible. La persona que esta detrás de esa voz no puede no ser inteligente.
–Parte de la banda de sonido la compuso Arcade Fire, para quienes usted filmó videos de temas de The Suburbs (2010).
–Somos amigos desde hace tiempo. Hicimos muchas cosas juntos. Mientras escribía el guión tuve charlas con ellos, viendo para qué lado me convenía llevar la música. Especialmente con Win Butler, que es un tipo muy cinéfilo. Le gusta mucho la ciencia ficción, le gustan las bandas de sonido, sabe mucho de esos temas y se puede hablar con él un montón sobre todo eso. Pero hablábamos en tren de amigos, porque yo estaba pensando más bien en un compositor, no se me había ocurrido que la banda de sonido podían componerla ellos. Hasta que un día me hice la pregunta obvia: “¿Y por qué no ellos?”. Primero empezamos trabajando Win y yo y más tarde se unió el resto de la banda. Fue un verdadero trabajo conjunto, no sólo entre ellos, sino incluyéndome también a mí.
–Tras dos películas juntos, usted y Charlie Kaufman (guionista de ¿Quieres ser John Malkovich? y El ladrón de orquídeas) no volvieron a reunirse. ¿Fue producto de algún distanciamiento?
–¡Para nada! Seguimos siendo muy amigos, hablamos muy seguido. Intercambiamos ideas, nos contamos en qué anda cada uno, yo le consulto cosas y él me pasa algunas ideas buenísimas. Es gracioso, Charlie es una especie de máquina de ideas, las fabrica de a millones. Produce tantas que unas van dejando atrás a las otras. Una semana te tira una idea genial. A la semana siguiente le preguntás en qué quedó y te dice que esa idea ya fue, que ahora está desarrollando una nueva. ¡A veces se las olvida, y se las tenés que recordar!
–¿Cree que volverán a hacer algo juntos?
–Seguro que sí, Charlie es mi escritor favorito.
–En algún momento se había hablado de una sátira sobre los líderes mundiales, algo en el tono de Dr. Insólito.
–Mmmhh, no era exactamente así, pero algo de eso había. Espero que lo hagamos en algún momento.
* Traducción, selección e introducción: Horacio Bernades.
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