Mar 24.06.2014
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CINE › RUPERT GRINT DESPUéS DE RON WEASLEY

“No tuvimos chance de volvernos locos”

› Por James Rampton*

Rupert Grint admite que sólo ocasionalmente toma conciencia de la presión que significa tener una de las caras más reconocibles del planeta. El joven actor, que durante diez años interpretó a Ron Weasley –uno de los protagonistas principales de Harry Potter, la franquicia cinematográfica más exitosa de todos los tiempos–, se ríe al revelar cómo lidia con ello. “A veces tengo algunos problemitas en los festivales de música”, dice el actor de 25 años, con cierta irónica subestimación. “Por lo general está todo bien, pero si estás en el medio de una masa de gente borracha y alguien de pronto advierte tu presencia, se vuelve algo difícil moverse. A veces querés algo de invisibilidad. ¡No me vendría nada mal tener el manto de invisibilidad de la película, me sería bastante útil! Pero de hecho estuve experimentando con algunos disfraces. Una vez me puse un disfraz con cabeza de caballo durante todo un festival. No era precisamente confortable y sentí cierta claustrofobia, pero de verdad funcionó. Fue algo bastante liberador. ¡Me sentí completamente libre!”

De todos modos, en general Grint no necesitó un disfraz con cabeza de caballo para moverse en libertad. Sus experiencias con el público han sido positivas y, dadas su fama global y su fortuna, mantiene los pies sobre la tierra. Obtener a los diez años el personaje de Ron, el mejor amigo de Harry y compañero en la escuela de magia de Hogwarts, lo podría haber llevado fácilmente a desarrollar una personalidad insoportable. Pero allí sentado en el sofá mientras toma un té, con el pelo rojo algo revuelto, barba de algunos días, remera negra con un logo pirata, unos jeans negros algo baqueteados y zapatillas, Grint no luce afectado. Y también exhibe un seco sentido del humor. En cierto punto dice que lo que disfrutó particularmente de su debut teatral con Mojo en el West End, el año pasado, fue que “cualquier cosa podía pasar... hay una parte de la trama en la que estoy completamente reventado, y en reacción a eso una noche alguien se sintió mal en la primera fila. Sé que hoy en día todos se sienten como si fueran críticos, pero puedo asegurar que no era un periodista experimentando una respuesta extrema a la obra”.

Grint remarca que sigue estando agradecido a todo lo que le han dado las películas de Harry Potter, que recaudaron la impactante cifra de 8 mil millones de dólares en todo el mundo. “Es algo muy positivo”, dice el actor, que es el mayor de cinco hermanos de una familia de Hertfordshire, cuyo padre es un comerciante de memorabilia. “Estoy muy agradecido a todo lo que sucedió, fue una experiencia simplemente asombrosa. Me siento muy afortunado. Obviamente hubo que hacer algunos sacrificios, y se puede decir que me he perdido algunas cosas. Dejé la escuela a los 11 años y quedé institucionalizado en la burbuja Potter durante una década.” Y agrega: “Una parte de mí está triste porque nunca fui a la universidad, algo que podría haber sido divertido. Pero no lo cambiaría por todo mi tiempo en Harry Potter. Nunca me arrepentí. Le debo todo a Ron. Nunca podría haber llegado a esta posición si no hubiera sido por esas películas”. Una cosa que le dio tener ese perfil es la posibilidad de sumar su nombre a causas que siente que valen la pena. Por ejemplo, Grint se convirtió recientemente en embajador de la Starlight Children’s Foundation, que les cumple deseos a niños con enfermedades terminales. “Es muy halagador que pidan por vos”, dice, “un verdadero honor”.

Tres años después del estreno de la última película, Harry Potter y las reliquias de la muerte, los títulos de Potter siguen teniendo un efecto mágico en sus jóvenes fanáticos. “Me encanta la manera en que diferentes generaciones se enganchan”, comenta. “Tengo primos jóvenes que se metieron en las películas hace poco. Es muy extraño para ellos... ¡por un tiempo realmente creyeron que tenía poderes mágicos y me pedían que hiciera levitar cosas! Jugaba con ellos hasta que tenía que usar realmente la magia... ellos ni siquiera habían nacido cuando se estrenó la primera película, con lo que es maravilloso ver sus reacciones.”

Grint tampoco tiene problemas con los fans que se le acercan diariamente. A diferencia de otras celebridades, el actor se lleva bastante bien con la excitación que despierta allí donde vaya. Y es suficientemente astuto como para entender que son los apasionados potterófilos los que lo pusieron donde está hoy. ¿Y qué le dicen esos fanáticos? “‘¡Demonios, Harry!’, es algo que la gente dice mucho, citando al personaje. Pero la atención nunca me molestó demasiado, es parte de esto y estoy acostumbrado. Es bastante manejable. Es sólo gente amigable que se te acerca, no es nada desquiciado. Y ésa es la gente que compra entradas de cine. Si no fuera por ellos, no estaría donde estoy hoy.”

¿Entonces a Grint, que ha invertido parte de sus ganancias en una camioneta de helados (que a veces maneja él mismo sólo para divertirse), no le preocupa que su fama mundial signifique que quedará pegado eternamente a su personaje de Ron? No especialmente. “Siempre seré Ron”, dice, ecuánime. “Será una tarea muy dura tratar de alejarme de ese personaje de una serie de películas tan conocida. Ron Weasley será siempre un nombre cercano al mío. ¿Me molesta? No, no realmente. Pensé mucho sobre eso y no me preocupa. Estoy orgulloso de haber sido parte de eso. Fue un gran período de mi vida, que siempre extrañaré. Fue una cosa única y sé que nunca voy a encontrar otra vez algo así. Pero tampoco es el fin del mundo.” A pesar de ello, desde el fin de las películas de Harry Potter Grint ha hecho un comprensible esfuerzo por evadir la eterna caracterización de Ron. Para conseguirlo, ha encarnado una serie de personajes que difícilmente encontrarían lugar en Hogwarts. “¿Si busqué deliberadamente hacer una variedad de roles que me alejaran de Ron?”, pregunta. “Ciertamente me atrae más si se trata de algo que la gente no espera.”

Puede decirse que el actor viene haciendo buenos intentos por escapar de esa caja marcada con el nombre Potter. Para empezar, en breve filmará una película en la que asume un personaje bien alejado de Ron, una biopic sobre el arquetípico perdedor Eddie “The Eagle” Edwards, único deportista británico que compitió en la disciplina de salto en esquí en las Olimpíadas de Invierno. “¿Qué impulsaba a Eddie?”, pregunta Grint. “Era todo un personaje, en todos los sentidos. Por varias razones, su vida entera pareció una comedia de enredos. Pero también tenía muchísimo coraje: podía ser el primero en lanzarse de una colina enorme, algo realmente peligroso, que podía matar a quien lo hiciera. Arriesgaba su vida para llegar en último lugar”, dice, y agrega: “Era parcialmente ciego y no tenía casi ningún entrenamiento, pero tenía esta asombrosa determinación para lograr algo. Como aquel equipo de Jamaica bajo cero, es increíble que siquiera estuviera allí. Para él no se trataba de ganar, se trataba de representar a su país. Es una historia muy emotiva”.

En tiempos recientes, Grint ha hecho otros notables esfuerzos por salir del casillero Potter. Por ejemplo, después de su personaje de gangster sacado por las drogas en Mojo, el año pasado el actor interpretó a otro adicto –el guitarrista Cheetah Chrome de la banda punk The Dead Boys, que solía bajarse los pantalones en el escenario– en CBGB, una película sobre el legendario club de Nueva York. “CBGB era este fantástico lugar donde se descubrieron grandes bandas como Blondie, Talking Heads y los Ramones”, dice Grint. “Mi personaje era una figura no tan conocida, pero encontré material de The Dead Boys en YouTube: una banda salvaje, que no reconocía ningún límite. Hubo momentos en los que me preguntaba cómo se habían salido con la suya. El cantante, Stiv Bators, podía tomar fetas de jamón, sonarse la nariz con ellas y tirarlas al público. Los Dead Boys hacían que los Sex Pistols parecieran One Direction, así de desagradables eran. Pero fue muy divertido recrearlos. ¿Si los fans de Harry Potter quedaron shockeados? No, me veía muy diferente con el vestuario de Cheetah, pantalones ajustados de leopardo y un collar de perro. ¡Un look muy bueno, que después traté de mantener!”, dice, y se ríe.

El año pasado, Grint también coprotagonizó junto a Shia LeBeouf la controversial Charlie Countryman. “Interpretaba a un aspirante a actor porno que conocía al personaje de Shia en un hostel para jóvenes. En el film aparecen un montón de drogas y mafiosos, fue muy divertida de hacer.” Actualmente el actor aparece en una película más apta para el público en general, aunque sólo con su voz, para el personaje de Josh en Postman Pat: The Movie (basada en un personaje de animación de la BBC). “Siempre me gustó Post-man Pat, es uno de mis héroes favoritos. Otros superhéroes tienen poderes especiales, pero Pat me encanta porque lo que hace es accesible. Podés convertirte en un cartero, parece una gran vida: manejás una camioneta postal por el campo y nada sale mal. Creo que Postman Pat permanece por su inocencia... en la película Pat entra en un concurso estilo X-Factor, y yo soy su principal rival. Stephen Mangan, que hace de Pat, tiene a Ronan Keating haciendo sus partes de canto, pero yo tengo que cantar. Y las escenas de canto me asustaban un poco, ¡pero hoy en día pueden hacer maravillas con el AutoTune!” Grint también está prestando su talento vocal al personaje principal de The Unbeatables, otro film animado sobre los jugadores de un videojuego de fútbol que cobran vida, adaptación inglesa del Metegol, de Juan José Campanella, que se estrenará el 15 de agosto.

Demostrando que hay vida después de Ron, Grint está conforme con el lugar donde se encuentra hoy. “Soy muy feliz. La última década fue muy divertida, y disfruté cada aspecto de ella. No sé qué hubiera hecho de no haberme dedicado a la actuación. Tenía algunas ideas cuando era más joven: quería diseñar sombreros. Pero no, no hubieran sido sombreros de mago, hubieran sido de esos sombreros muy extraños y surreales que ves a veces en la calle.” Grint cierra el encuentro expresando su alivio porque, a pesar de su fama, nunca tuvo peleas mayores con la prensa. “He sido bastante afortunado”, reflexiona. “Todos los que participamos en Harry Potter nos la arreglamos para mantenernos fuera de los problemas. Siempre fuimos bastante sensatos para manejarnos, y muy agradecidos por la asombrosa oportunidad que tuvimos. Y por otra parte, estamos bastante contenidos porque nos la pasamos trabajando, nunca tuvimos la real chance de volvernos locos.” Una pausa, y entonces larga la carcajada. “¡Pero todavía tenemos tiempo!”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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