CINE › LILIANA PAOLINELLI HABLA DE SU TERCER LARGOMETRAJE, AMAR ES BENDITO
La realizadora cordobesa analiza el contexto de mayor receptividad que encuentra su nueva película, que pone el foco en los conflictos que dispara una infidelidad en una pareja lésbica. “Pero tampoco me animo a generalizar, porque hay de todo”, señala.
La aprobación de la ley de matrimonio igualitario dio inicio a una nueva etapa en la sociedad argentina, que, poco a poco, está permitiendo abrir conciencias y derribar prejuicios. Y el cine ha tomado envión para abordar las relaciones homosexuales. Sin embargo, la cineasta cordobesa Liliana Paolinelli comenzó a escribir el guión de su tercer largometraje, Amar es bendito –que se estrena mañana– antes de 2000, cuando la temática gay/lésbica era prácticamente inexistente en la pantalla grande. Al igual que su segundo largometraje, Lengua materna, donde abordaba la reacción de la madre de una joven cuando su hija decide contarle que tiene una pareja del mismo sexo, Amar es bendito surgió antes de este contexto de apertura que se está produciendo en la sociedad argentina. “Siento que es una diferente manera de recibir esas películas por parte de la gente”, expresa Paolinelli acerca de los cambios a partir de la sanción de la ley. “Y en términos de producción también se han abierto puertas que antes no veía. Antes de la ley, las pude escribir porque eran cosas que me pasaban y las sentía muy cercanas, pero la receptividad la noto más ahora que antes”, asegura la realizadora.
El film presenta la historia de Mecha (Claudia Cantero) y Ofelia (Mara Santucho), quienes, al parecer, no están atravesando el mejor momento de su relación. Y todo se comprueba cuando aparece una tercera mujer en escena: Ana Laura (Carolina Solari). Mecha le promete a Ofelia que dejará a su amante, pero se da cuenta de que no puede. El problema es que tampoco Ofelia es capaz de dejar a Mecha. Y todo se complicará aun más cuando aparezca un hombre tratando de seducir a Ana Laura. Si en Lengua materna el tema era la manera en que una mujer heterosexual vence los prejuicios, en Amar es bendito el foco está puesto en la infidelidad, que provoca un cimbronazo en una relación lésbica. “La idea nació a raíz de una situación que estaba pasando, por la que atraviesan los personajes. Me dieron ganas de escribir, además, porque me empezaron a aparecer hipótesis de cómo podía seguir el conflicto y apareció un esquema de la historia”, explica Paolinelli sobre el germen de su película.
–¿Qué aspectos en común encuentra entre Lengua materna y Amar es bendito?
–Ninguno, salvo que repito dos actrices, Mara Santucho y Claudia Cantero, pero están en roles completamente diferentes. Los tonos de las películas son distintos, a pesar de que una mirada apurada hace pensar que se trata de un conflicto parecido: el amor lésbico, que es verdad, pero las películas son distintas entre sí.
–Tanto en Lengua materna como en Amar es bendito las relaciones de pareja son disfuncionales. ¿No cree que exista el amor ideal?
–No lo sé, pasa que si el cine no cuenta un problema, si no hay algo de tensión en una película, no me interesa mucho verla ni contarla. Me interesa explorar algún problema. Si aparece como una relación disfuncional, puede ser porque me gustan las relaciones conflictivas. A partir de ahí, se me genera el interés de escribir o de investigar sobre eso y mostrarlo.
–¿En Amar es bendito buscó establecer una mirada desprejuiciada sobre las relaciones de pareja?
–No sé si me lo propongo a priori, pero así se da. Se dio desde la escritura. No lo sabría decir desde adentro del proyecto.
–Hablando de eso, en Lengua materna desmitifica el prejuicio de las viejas generaciones en torno de la homosexualidad. ¿Cómo nota las nuevas generaciones en relación con este tema?
–Las noto más abiertas. Tampoco me animo a generalizar, porque hay de todo. Córdoba es distinta de Buenos Aires. Hay de todo, pero siento que hay una tendencia a abrirse más a este tipo de relaciones y también de ver este tipo de películas.
–¿El film intenta establecer una reflexión sobre la posibilidad o imposibilidad de la tolerancia frente a la infidelidad?
–Tiende a problematizar. No toma postura en función de la tolerancia. Sí habla de que es un problema, pero la película no trata de trascenderlo. En algún momento, yo decía que el impulso que anima a los protagonistas a abrir las relaciones a otras personas no viene por un impulso del swinger, no viene por un impulso deportivo o por probar otras cosas sólo por probar, sino porque es algo que se ven impelidos a hacer para tratar de salvar la relación de pareja. No son personajes superados. Pienso que la infidelidad conlleva dolor. Aunque nos hagamos los tontos, hay situaciones que son muy dolorosas, y hay que transitarlas.
–¿El film muestra situaciones extremas porque la pasión que tienen las protagonistas se ve desbordada?
–Para ellas se desborda. Uno lo ve desde afuera y analiza racionalmente lo que les pasa a los personajes y piensa: “¿Por qué no sale de esta situación que la hace pelota?”. Pero pienso que la película refleja algo que nos pasa cuando estamos dentro de un problema y nos es difícil tomar una decisión, cuando el problema es claro y evidente para los demás.
–Amar es bendito introduce el tema de la bisexualidad en una relación lésbica. ¿Nota que hubo un avance en el tratamiento de la temática gay-lésbica en el cine argentino que favorece esta apertura temática?
–Creo que sí. Pero repito que todo tiene que ver con la receptividad. Estas historias las tengo en carpeta desde hace muchos años y en el momento de escribirlas no tuve ninguna hipótesis, sino que salieron de esa forma. Ignoro si hay una mirada externa o algo desde afuera que permite la concreción de esta película. Creo que tiene que ver más con una receptividad desde afuera.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux