CINE › CON PECADO CONCEBIDOS, DIRIGIDA POR EL CROATA VINKO BRESAN
› Por Diego Brodersen
A pesar de que alguna de sus películas pudo verse en algún lejano Bafici (El espíritu del Mariscal Tito, por caso), y a diferencia de lo que ocurre en su Croacia natal –donde es uno de los realizadores más reconocidos por el público–, el realizador Vinko Bresan difícilmente le sea familiar al espectador casual de la Argentina. Si bien el film que ha obtenido mayor repercusión internacional es su drama bélico Svjedoci (relato a lo Rashomon ubicado durante el conflicto de los Balcanes en los años ’90), el nombre de Bresan es usualmente relacionado con la comedia y la sátira. Con pecado concebidos entra de lleno en esta última categoría y su éxito de público en Croacia lo transformó en el largometraje local más taquillero del año 2013. ¿Por qué se estrena en la Argentina, al tiempo que otros títulos (mucho más relevantes) de cinematografías lejanas y no tanto permanecen sin conocer un lanzamiento comercial? Difícil responder a esa pregunta, pero evidentemente los distribuidores han pensado que la cruza de exotismo geográfico y el estilo directo e incluso popular del film puede llegar a funcionar bien con el público argentino.
El título original, algo así como “Los hijos del sacerdote”, refleja el punto de partida y su meollo central, que queda expuesto a pocos minutos de comenzada la proyección, cuando un joven cura que es asignado a una parroquia en una pequeña isla de Dalmacia, en las costas del Adriático, toma una determinación drástica para evitar la bajísima tasa de natalidad: pinchar todos y cada uno de los preservativos que se venden en el lugar. Si suena disparatado es precisamente porque Con pecado concebidos se tira de cabeza a la pileta del dislate, con resultados nunca del todo interesantes, más allá de que algunos apuntes sociales dan ocasionalmente en el blanco. El farmacéutico de la isla, por caso, es un xenófobo empedernido, particularmente fóbico ante la cercanía de serbios y musulmanes, y la mayoría de sus congéneres masculinos podrían ser descriptos lisa y llanamente como dueños de un machismo prehistórico.
Una de las mejores escenas, sin dudas la más ácida (tener en cuenta que Croacia es un país eminentemente católico), presenta la visita de un obispo tan preocupado por los casos de pedofilia que manchan a la institución religiosa, que sólo puede ver con alivio la posibilidad de que uno de los suyos evite sistemáticamente el celibato con otro adulto. Más allá del abandono de un bebé recién nacido y de las dosis de muerte y locura incluidas en Con pecado concebidos, del humor negro que asoma aquí y allá, el tono adoptado por Bresan es tan amable, tan poco brutal, y tan intenso su deseo de agradar al espectador, que cualquier atisbo de sátira real queda sepultado bajo varias capas de sacarina, muy lejos de las mejores películas de ex coterráneos como el serbio Goran Paskaljevic o el bosnio Emir Kusturica. No ayuda la música de Mate Matisic, asimismo coguionista del film, cuyo leitmotiv se repite constantemente, en cualquier ocasión, lugar y situación, como un mantra orquestal teledirigido.
Svecenikova djeca,
Croacia/ Serbia/
Montenegro, 2013.
Dirección: Vinko Bresan.
Guión: Mate Matisic y Vinko Bresan.
Fotografía: Mirko Pivcevic.
Montaje: Sandra Botica.
Música: Mate Matisic.
Duración: 93 minutos.
Intérpretes: Kresimir Mikic, Niksa Butijer, Marija Skaricic, Inge Appelt, Petar Atanasoski, Goran Bogdan.
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