Domingo, 15 de febrero de 2015 | Hoy
CINE › ULTIMA ETAPA, A UNA SEMANA DE LA CEREMONIA DE LOS OSCAR
Por primera vez en varios años, las principales candidatas son películas interesantes. Birdman y Boyhood corren cabeza a cabeza en las preferencias. Detrás hay un pelotón integrado por El gran hotel Budapest y Francotirador. ¿Habrá fallo salomónico?
Por Ezequiel Boetti
La carrera es un rally Dakar sobre alfombras rojas y con ropa de alta costura en lugar de buzos antiflama. Los responsables económicos, creativos y artísticos de las distintas competidoras pusieron primera meses atrás para atravesar las distintas etapas de la temporada de premios. Algunos saben que hoy corren por obligación, con la permanencia como único objetivo. Otros, en cambio, pisan el acelerador a fondo ante la certeza de que allí, a apenas una semana de distancia, los ojos del mundo cinéfilo están listos para ver si efectivamente suben al podio. El banderazo final será, claro está, en la ceremonia de los Oscar, un derby sin rivales fijos pero que de sólo enunciarlo les pone los pelos de punta a todos. Más aún este año, cuando en pista hay un vehículo pintado de celeste y blanco bautizado Relatos salvajes, cuyas posibilidades se analizan en una nota aparte en este mismo diario. Aquí, a continuación, un resumen de lo ocurrido etapa por etapa, un análisis de cómo llega cada película al sprint final y un posible escenario para la madrugada del lunes 23.
Un buen ejercicio cinéfilo para estas épocas es recordar, sin ayuda de Google o la base de datos IMDB, cuáles fueron las últimas cinco ganadoras del premio a Mejor Película. La tarea, se verá, resulta dificultosa, cuando no imposible. Este olvido podría interpretarse como otra de las consecuencias de la vorágine consumista generada por el streaming y el consecuente acceso al material audiovisual confeccionado en todo el mundo. Pero también, y ésta es la hipótesis más pertinente para esta nota, como la reacción obvia del público ante el descenso estrepitoso de la calidad de las triunfadoras, dando como resultado palmareses poblados por productos anodinos, políticamente correctos y/o previsibles. ¿Acaso alguien recuerda a El discurso del rey (2010) o El artista (2011)? ¿Y 12 años de esclavitud, ganadora de la última contienda? De no mediar ninguna sorpresa, éste es el primer año en al menos una década en el que las principales candidatas en el apartado principal no sólo son buenas películas, sino también interesantes, ricas, sustanciosas, generadoras de ideas. Buenas o malas según el ojo de quien las mire, pero ideas al fin. Y eso, parecieron recordar los académicos, es materia fundamental del cine.
“¿Birdman o Boyhood?”, se preguntaba hace algunos días Indiewire antes de definir a la carrera 2015 como la “más apretada en años”. Claro que el recorrido fue irregular y el parte de situación hubiera sido distinto un par de semanas atrás. Ganadora de los rubros más importantes en los Globos de Oro (Mejor Drama, Dirección y Actriz de Reparto) y de los Critic’s Choice (Mejor Película y Director), y mencionada por varias asociaciones norteamericanas de críticos como uno de los mejores estrenos de los últimos doce meses, Boyhood marchaba inexorablemente hacia un triunfo seguro, más allá de tener seis nominaciones contra nueve de Birdman y El gran hotel Budapest. Pero el opus cinco de Alejandro González Iñárritu tuvo un sprint arrollador en las últimas semanas. Encadenó el galardón principal en los premios de los sindicatos de actores, productores y realizadores, el primero de los cuales, que va al mejor elenco y no a la mejor película, está catalogado como uno de los barómetros más fieles del paladar de los electores del Oscar.
En ese momento la balanza parecía inclinarse el otro lado, pero aún quedaba un último capítulo. Tal como ocurre en los films de boxeo, el aparente derrotado se levantó en las vísperas de la campana final dispuesto a un contragolpe letal. El film de Linklater se despachó con un triunfazo el último fin de semana en los Bafta británicos, trayéndose para este lado del Atlántico los premios a Mejor Película, Dirección y Actriz de Reparto. El resultado les puso otra vez los pelos de punta a los pronosticadores. ¿Por qué? Porque en los últimos seis años el ganador de la categoría principal del Bafta coincidió con el del Oscar. Así, las contendientes llegarán a la bandera a cuadros en un cabeza a cabeza digno de photofinish, con Birdman todavía un pelito adelante. Basta chequear el sitio Goldderby.com, donde una encuesta entre distintos especialistas en la materia arroja trece votos a favor de ella contra diez de Boyhood. O también en el sitio de apuestas Bwin, que al cierre de esta nota pagaba 1,6 a favor de la primera contra 2,2 a la segunda.
Detrás hay un pelotón integrado por El gran hotel Budapest y Francotirador. Es cierto que el film de Wes Anderson viene perdiendo contra las otras dos, paga demasiado poco (34) y nadie de Goldderby va por él, pero es, junto con Birdman, la más nominada, tiene los antecedentes del Globo de Oro a Mejor Comedia y una muy buena cosecha en los Bafta, de donde se llevó cinco estatuillas, entre ellas la de Mejor Guión original. Por el lado de Eastwood, los méritos hay que buscarlos en una performance comercial arrolladora al norte del río Bravo, donde se convirtió en el film más exitoso de su carrera y, según estadísticas de Boxofficemojo.com, el segundo más taquillero en la historia con calificación R detrás de La pasión de Cristo. Y hablando de religión, por un milagro rezan El código Enigma (ocho nominaciones), La teoría del todo (cinco), Whiplash (cinco) y Selma (dos).
Era habitual que el elegido como Mejor Director fuera el responsable de la Mejor Película, pero en los últimos años la tendencia se resquebrajó y un triunfo en la terna principal dejó de implicar la elección automática en la otra. Sin ir más lejos, esto ocurrió en las dos últimas ediciones y en seis de las últimas quince. ¿Qué ocurrirá este año? ¿Se cortará la racha o seguirá la división salomónica y todos contentos a casa? El resultado se pronostica cerradísimo como pocas veces, pero está claro que se trata de una carrera entre Alejandro González Iñárritu y Richard Linkater. A favor del primero se suma el cariño de la Academia, quien le concedió su segunda nominación (la primera fue por Babel) con apenas cinco películas en su haber, mientras que el texano debuta después de dos nominaciones a guión original por Antes del atardecer y Antes de la medianoche. Además, es el amplio favorito en Goldderby (16 contra 8) y el que menos paga en Bwin (1,55 contra 2,3). Sin embargo, la temporada no fue muy auspiciosa para el mexicano, ya que no sólo no ganó el premio de Mejor Director en ninguna de las postas 2014/2015, sino que casi siempre lo perdió contra, ejem, Linklater, tal como ocurrió en los Globos de Oro, Critic’s Choice y Bafta. Además, en las dos primeras ceremonias Boy- hood encadenó doblete, algo que Birdman aún no pudo hacer.
¿Y el resto? Bennett Miller, el hombre detrás de Foxcatcher, tiene eficacia casi perfecta con el Oscar y tanto éste como sus dos films previos, Capote y El juego de la fortuna, fueron nominados, pero el domingo deberá conformarse con el recuerdo imborrable de la gala y, en el mejor de los casos, un tendal del selfies en sus redes sociales. Para él, de premios, ni hablar. Lo mismo que para Morten Tydlum (El código Enigma), quien encadenará unas cuantas conexiones aéreas desde su Noruega natal con el único objetivo de sonreír y aplaudir al triunfador. Wes Anderson también corre desde muy atrás entre los directores, aunque tiene buenas chances en el apartado Guión Original, terna que integró en 2002 y 2013 por Los excéntricos Tenenbaum y Moonrise Kingdom, respectivamente. Aquí la lucha estaba planteada entre El gran hotel Budapest y las dos favoritas, pero el reciente Bafta en este rubro despegó a la primera de las otras. Será, además, la única estatuilla de relevancia que podría llevarse uno de los dos films más nominados de la noche, poniendo otra vez de manifiesto el carácter de consuelo de esta terna. Aunque es cierto que con esa idea la ganadora debería ser Primicia mortal, algo que significaría una pequeña palmadita en la espalda después de la bochornosa omisión en el resto de los rubros.
Por su parte, Guión Adaptado es “la más impredecible de las ternas principales”, en palabras de Indiewire. Aquí la ausencia de Birdman y Boyhood abre un abanico de posibilidades para aquéllas más relegadas en Película y Director. Así, por ejemplo, Whiplash podría sumarse a la lista de films indies que llegan a la gran fiesta con un buen número de nominaciones después de arrasar en Sundance y cosechar reconocimiento de público y crítica. En el fondo sabe que su máxima aspiración está aquí. O quizá no y el premio vaya para la británica La teoría del todo, repitiendo el galardón del Bafta, donde superó a su coterránea El código Enigma y a Francotirador. El patrioterismo de cajón, el maniqueísmo galopante y la inocultable voluntad de entronización al poder de fuego del último film de Clint Eastwood quizá calen en el espíritu de los electores.
Son cuatro ternas, pero da toda la sensación de que la única que conserva una mínima incertidumbre es Mejor Actor Protagónico. La cuestión había arrancado favorable para Steve Carell, sobre todo por la inexplicable ausencia de Jake Gyllenhaal por Primicia mortal, a priori el competidor más fuerte. Así, su John duPont en Foxcatcher le valió una apilada de nominaciones en los Globos de Oro en el apartado Drama, SAG y Bafta. Todo indicaba que el protagonista de Virgen a los 40 lograría aquello que Jim Carrey nunca pudo. Esto es, cambiar el mote de comediante por el de “actor serio” llevándose un Oscar. Pero a lo largo de los eventos empezó a acostumbrarse a perder contra un –en ese momento– desconocido Eddie Redmayne, de La teoría del todo, quien hoy por hoy galopa con el caballo del comisario.
Por si los antecedentes no fueran suficientes, debe recordarse que el británico interpreta a Stephen Hawking, un personaje real pero de aura mitológica, un hombre cuya imposibilidad de superar su progresivo deterioro físico no le impidió convertirse en una figura emblemática de la ciencia moderna. Interpreta, en fin, a la enésima encarnación de la parábola ascenso-descenso-ascenso cargada de heroísmo penitente que tanto complace a los californianos. Lo mismo aplicaría para el matemático Alan Turing de Benedict Cumberbatch en El código Enigma, con la salvedad de que aquí la transformación física cumple un aspecto lateral. Y se sabe que si los cambios no van por fuera, el Oscar está lejos. ¿Y Michael Keaton? No debe descartárselo, ya que la Academia suele reconocer a aquellos intérpretes regresados con gloria después de su aparente alejamiento definitivo de los primeros planos, lo mismo que hicieron los electores de los Golden Globes otorgándole el de Mejor Actor en comedia. Hoy el protagonista de Birdman marcha segundo en las apuestas (3,2 contra 1,3 a favor de Redmayne) y en las preferencias de Goldderby (9 a 15).
En las otras, la ceremonia cumplirá el rol de trámite burocrático televisado en vivo y en directo a todo el mundo. La cuarta –o quinta, ya que en 2003 estuvo nominada por partida doble– será la vencida para Julianne Moore, indiscutida como Mejor Actriz por la incipiente enferma de Alzheimer en Siempre Alice, mientras que el récord de veteranía conseguido por Robert Duvall (es el ternado de mayor edad en la historia con 84 años) le significará poco y nada a la hora de aplaudir a J.K. Simmons, quien ya puso el champagne en la heladera para brindar por la estatuilla de Mejor Actor de Reparto gracias al intenso docente de Whiplash. A otra que los números le importarán poco es a Meryl Streep. En enero enmarcó su 19 diploma, pero irá a Los Angeles por cortesía hacia Patricia Arquette, la sufriente madre de Boyhood y número puesto en Actriz de Reparto. Habrá que esperar hasta el lunes 23 para escribir un nuevo capítulo en el clásico de los clásicos de la pantalla grande.
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