CINE › EZEQUIEL GóMEZ JUNGMAN HABLA DEL DOCUMENTAL ARRIBA LOS QUE LUCHAN
Junto con el grupo Cine Maldito, el cineasta abordó la figura del periodista y militante Jorge Masetti desde varias perspectivas. El largometraje se estrena el próximo jueves en el Espacio Incaa Gaumont.
› Por Oscar Ranzani
El año 2007 encontró a Ezequiel Gómez Jungman, de 20 años, y a su grupo de compañeros, estudiando Comunicación Social en la Universidad de La Matanza. Y el contexto los estimuló a conocer a través de la lectura a un destacado periodista y líder político poco abordado por el cine argentino y que no suele figurar en los manuales de Historia: Jorge Ricardo Masetti. Por entonces, se cumplían los 30 años del asesinato de Rodolfo Walsh, los 40 del asesinato del Che Guevara y también cinco décadas de la publicación de Operación masacre. Movilizados por los recuerdos colectivos de estos acontecimientos, estos jóvenes empezaron a investigar hasta que cayó en sus manos el libro Mi amigo el Che, de Ricardo Rojo, el compañero de Ernesto Guevara en su segundo viaje por América latina. Lo leyeron meticulosamente y gracias a esas lecturas se enteraron de quién era Masetti: “Un periodista que viajó a Cuba, los entrevistó a Fidel y al Che, creó una agencia de noticias y después murió en una guerrilla”, comentaron entre ellos. “Nosotros adorábamos a Walsh, a Guevara y veíamos que este tipo había estado ahí y encima Walsh en el prólogo de la obra cumbre de Masetti, Los que luchan y los que lloran escribió: ‘Este reportaje es en mi opinión la mejor hazaña del periodismo individual’”. Cuando leyeron eso se preguntaron por qué se sabía tan poco de Masetti. “Ahí empezamos a investigar”, cuenta Gómez Jungman en diálogo con Página/12. Y con el grupo Cine Maldito dirigió el documental Arriba los que luchan, que aborda la figura de Masetti desde varias perspectivas. El largometraje se estrena el jueves en el Espacio Incaa Gaumont, dentro de los estrenos programados por la organización Documentalistas Argentinos (DOCA).
Arriba los que luchan retrata la historia de ese periodista joven que logró entrevistar a Fidel Castro y a Ernesto “Che” Guevara en la Sierra Maestra y que luego terminó fundando la agencia de noticias Prensa Latina, donde compartió la pluma con Walsh, Rogelio García Lupo y Jorge Timossi, entre otros intelectuales comprometidos. Pero se trata de un riguroso trabajo de investigación que también se detiene en la participación de Masetti como revolucionario en Cuba y Argelia y como Comandante Segundo del Ejército Revolucionario del Pueblo (EGP) en la Argentina, cuando abrió el frente la organización guevarista en Salta. El film cuenta con numerosos testimonios de compañeros de Masetti del EGP, dirigentes de la Revolución Cubana, periodistas como García Lupo y Osvaldo Bayer, y el recuerdo de su hija Graciela, entre otros. Pero la estructura narrativa también se sostiene mediante una voz en off ficcional que representa la voz de Walsh y que va enhebrando la historia con las imágenes. Masetti tuvo una vida corta pero intensa: tenía 34 años cuando desapareció en el monte salteño en 1964.
–Los que hicimos la peli nacimos todos en la década del 80. Somos un grupo de cine cooperativo, horizontal y muy ligado a la militancia (por esto de organizarse y no por un partido). Creemos que hay que hacer cine discutido, consensuado, planificado. Pertenecemos a la generación del 80 y cuando fue el 2001, éramos chicos. Y nacimos sin líderes, sin representantes políticos, sin proyectos prestablecidos. Entonces, nos gustaba mostrar cómo se forma un tipo. No es que un militante es un tipo revolucionario que un día desde la nada se despertó y es Juan Bronce y sale a hacer cosas. Nos gustaba contar cómo un tipo común y corriente –como era Masetti–, pero con inquietudes y pelotas terminó siendo lo que fue estando en el momento justo e indicado. Entonces, quisimos contar cómo se fue formando, cómo fue cambiando.
–Lo marcaron totalmente porque Masetti escribió el libro Los que luchan y los que lloran cuando volvió de Cuba en 1958 y contó lo que vio en la sierra. Masetti decía: “Si éstos en esta islita, que se acaba de liberar hace cincuenta años de los españoles, que no tiene industrias, que tiene problemas raciales porque hay una gran cantidad de población negra y blanca y hay conflictos, que son azucareros y no tienen estudios universitarios, pudieron hacer una revolución, ¿cómo nosotros, los argentinos, que tenemos un proletariado fabril sindicalizado, un gran desarrollo urbano, un desarrollo capitalista, grandes universidades y casas de estudio, no vamos a poder hacer la revolución?”. Entonces, él con el título del libro plantea esto: existen los que luchan y los que lloran. Vale recordar que, durante el primer gobierno de Perón, Masetti fue simpatizante del peronismo y paulatinamente, después de la muerte de Eva, se fue alejando. Entonces, era crítico porque creía que un gobierno tenía que ir a fondo porque si no se quedaría a medias tintas, como lo que pasó. Entonces, para Masetti fue fundamental.
–Creo que el periodismo militante siempre existió. Mariano Moreno fundó La Gaceta porque era un proyecto político. Creo que Masetti tenía bien claro qué era el periodismo militante y qué era el periodismo profesional. El fue siempre un periodista profesional. En un momento de su vida comenzó a hacer militancia con su periodismo, a partir del 58. Y los conflictos políticos que tuvo dentro de Cuba fueron justamente porque él planteaba que había que hablarle a un público amplio y no cerrar el abanico de los lectores, no había que adjetivar, por ejemplo, y menos en una agencia de noticias. El pensaba que ya con las noticias que se contaran, con la agenda distinta que se tuviera, se iba a estar bajando línea.
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