Domingo, 3 de abril de 2016 | Hoy
CINE › CICLO “MUJERES SIN LEY” EN EL MUSEO DE ARTE CONTEMPORáNEO
Esa es la consigna del ciclo del Macba que comienza el jueves y que se extenderá hasta junio, con películas de la francesa Claire Denis y la iraní Mitra Farahani, entre otras directoras.
Por Diego Brodersen
El Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, más conocido por su sigla Macba, continúa programando ciclos de cine decididamente curados. Es decir, integrados por films seleccionados por su temática (no siempre obvia o evidente) y/o su geografía. Es el caso de “Mujeres sin ley”, que arranca este jueves 7 y continuará, siempre a las 19 horas, durante otros dos jueves de abril y todos los de mayo, con una yapa en el mes de junio. Las programadoras Malena Souto y Tamara García-Iglesias basaron el título del ciclo en Sin techo ni ley, la recordada película de Agnès Varda que retrata la vida de Mona (interpretada por Sandrinne Bonnaire), “una mujer sin ley, blanca, que prefiere vagabundear, deambular, apenas trabajar, no poseer medios económicos, no quedarse, no estabilizarse, drogarse, usar su libertad como le venga en gana porque para eso es suya y para eso está”, según afirma vehementemente el texto introductorio del programa de mano. Ese famoso film de mediados de los años 80 no forma parte de la programación del ciclo; sin embargo, parece haberse transformado en un norte indispensable para pensar y repensar el rol de la/s mujer/es a la hora de ser retratadas con herramientas cinematográficas o, por el contrario, de ponerse detrás de las cámaras.
“La idea era que, ya sea como retratadas o como retratistas, hubiera mujeres distintas”, explica García-Iglesias acerca del criterio de programación. “Y trabajar con cierta capacidad de libertad no sólo de creación, sino pensar en mujeres que viven o piensan en libertad creativa, libertades morales dentro de un modelo económico y social puntual”, agrega Souto, “otro tipo de mujeres que quizás en el sistema de las instituciones o espacios de arte no tienen tanta visibilidad”. La programación arranca este jueves con la exhibición de Una juventud alemana, la compleja y fascinante investigación histórica de Jean-Gabriel Périot que formó parte de la competencia internacional del Bafici el año pasado. El documental está conformado exclusivamente por material de archivo, un registro puntilloso del gradual proceso de conversión de esa idealista juventud alemana del título: de activistas en lucha pacífica –a partir de sus escritos, manifestaciones públicas y películas de agitación– a la decisión de tomar las armas y fundar Fracción del Ejército Rojo.
“Si uno incendia un auto, es una ofensa criminal. Si uno incendia cien autos, es una acción política”, escribió alguna vez Ulrike Meinhof, la periodista y militante que terminaría encabezando el grupo de guerrilla urbana junto a Andreas Baader, algunos años antes de comenzar las operaciones de la “lucha antiimperialista” que tendría como objetivos principales a empresas periodísticas, policías, jueces y bancos. “El problema de la mujer que trabaja en la política como yo es que, por un lado, es una militante. Tiene que saber hablar, escribir, agitar. Y, por otro lado, está indefensa debido a sus hijos, como cualquier mujer. La opresión de las mujeres se basa en la contradicción entre la vida privada y pública”, escribió alguna vez la alemana. Y si bien la película no está centrada exclusivamente en un solo personaje histórico, es la figura de Meinhof la que termina destacándose sin demasiado esfuerzo por encima del resto. “Después de la proyección habrá una discusión donde intentaremos relacionar los hechos que retrata la película con el Mayo Francés y con el film de Pino Solanas La hora de los hornos, con la intención de expandir la temática y ver cómo el cine en la década del 60 se aliaba a los movimientos políticos de esa época”, anticipa Malena Souto.
Una semana más tarde le llegará el turno a Fifi aúlla de alegría, traducción literal del título original de un film que fue estrenado comercialmente en nuestro país con el algo surrealista nombre de El Picasso de Persia. Allí, la cineasta y artista plástica Mitra Farahani retrata al escultor y pintor (oriundo de Irán, como la realizadora) Bahman Mohasses, relegado al ostracismo por practicar, según las reglas del régimen iraní revolucionario, un arte demasiado personal y rebelde. En el trascurso del film no se habla solamente de arte, sino también de la homosexualidad, las guerras, la contaminación ambiental y la cultura en general. De cultura, de arte y, en particular, de cine, se habla también en Narcisa (jueves 12 de mayo), el acercamiento de la realizadora Daniela Muttis a Narcisa Hirsch, una auténtica pionera del cine experimental en nuestro país. Muttis no es una documentalista cualquiera: trabajó junto a Hirsch durante más de doce años. Esa cercanía se traduce en un enorme conocimiento artístico y personal de la retratada y el resultado es un film que aúna lo íntimo con lo colectivo y lo creativo con lo cotidiano.
El jueves 5 de mayo, “Mujeres sin ley” presentará Naomi Campbel (así, con una sola “l”), uno de los dos largometrajes del ciclo protagonizados por mujeres transexuales con deseos de transitar el camino de un cambio físico completo a partir de una intervención quirúrgica. Protagonizada por Yermén, una mujer con cuerpo de hombre, la película de los chilenos Camila Donoso y Nicolás Videla salta de un lado al otro de las fronteras que dividen la ficción del documental. Los momentos de desesperación y esperanza, las charlas con algunos de sus amigos, algún momento de intimidad con su pareja son los que permiten que Naomi Campbel (un personaje apenas marginal es el que le da título al film) encuentre el tono justo para transmitir las alegrías y dolores cotidianos de Yermén. En otro continente, el europeo, la drag queen Tonia protagoniza el extraordinario film del portugués Joao Pedro Rodrigues, Morir como un hombre, cuya historia puede hacer recordar, por momentos, a algunos films de Fassbinder. Como si se tratara de una cruza entre una sitcom y las comedias tardías de Manoel de Oliveira, Rodrigues juega con los personajes y los espectadores, permitiendo incluso que en una extraordinaria escena haga triunfal aparición el elemento fantástico. Dicífil imaginar dos películas más distintas que Naomi Campbel y Morir como un hombre; a pesar de ello –seguramente, de manera intencional por parte de las programadoras– su visión en conjunto permite descubrir líneas en común, incluso algo parecido a un diálogo.
La programación se completa con la estupenda Trouble Every Day, de la francesa Claire Denis, acerca de una mujer literalmente (aunque abierta a todo tipo de interpretaciones) caníbal y Basilio Martín Patino - La décima carta, documental de Virginia García del Pino sobre el cineasta nacido en Salamanca, otro retrato que, como Fifi aúlla de felicidad, está dirigido por una mujer que “a través de la figura de un hombre retrata su propia visión del mundo”, según la descripción de Souto. Su compañera de curaduría, Tamara García-Iglesias, no parece estar muy de acuerdo con cierta lógica en festivales y muestras de que “debe haber X cantidad de mujeres para cubrir el cupo, como si de esa forma se representara el género. Eso termina siendo excluyente. Por eso en este ciclo hay también directores hombres. Lo que es muy fuerte es la disparidad que hay en términos de visibilidad a la hora de mostrar la obra de artistas mujeres, algo que choca y mucho con la notable paridad de mujeres y hombres curadores”.
* Programación completa y más información en www.macba.com.ar/audiovisual
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