Miércoles, 11 de mayo de 2016 | Hoy
CINE › HOY COMIENZA UNA NUEVA EDICIóN DEL FESTIVAL DE CANNES, CON PRESENCIA ARGENTINA
La ganadora del Bafici, La larga noche de Francisco Sanctis, compite en la sección Un Certain Regard. Por la Palma de Oro, concursan los nuevos films de Jim Jarmusch, Pedro Almodóvar y los hermanos Dardenne. La apertura será esta noche con Woody Allen.
Por Luciano Monteagudo
Página/12 En Francia
Desde Cannes
Como todos, el Festival de Cannes también tiene sus rutinas. Una de ellas es convocar a Woody Allen para la función de apertura. Ya lo tuvo en el 2002 con la olvidada La mirada de los otros (Hollywood Ending), luego en el 2011 con la muy superior Medianoche en París y ahora Cannes repite el truco con Café Society, que esta noche inaugurará una nueva edición (la número 69) del festival que, para bien o para mal, suele marcar el pulso del cine del mundo. La nueva película de Woody hará desfilar hoy por la alfombra roja a su pareja protagónica, Jesse Eisenberg y Kristin Stewart, y devuelve a Allen a uno de sus períodos predilectos, los años 30, esta vez en Hollywood, donde un joven ambicioso pretende hacer carrera en la industria del cine, cae en los brazos del amor y se encuentra sumergido en la efervescencia de la Café Society que marcó aquella época.
Cannes también tiene sus sanas costumbres y entre ellas está la de convocar al cine argentino, aún el más independiente. Es el caso de La larga noche de Francisco Sanctis, ópera prima dirigida por Andrea Testa y Francisco Márquez, que acaba de ganar el premio mayor del Bafici en su competencia internacional y que ahora compite en Cannes en la cada vez más influyente sección oficial en concurso Una Cierta Mirada. Basada en la novela homónima de Humberto Costantini, editada originalmente en 1984 y hoy inhallable tanto en librerías como online, la película de Testa y Márquez (egresados de la Enerc, la escuela nacional de cine dependiente del Incaa) está ambientada en la Buenos Aires de 1977, en plena dictadura militar. Francisco Sanctis es un padre de familia tipo que no está metido en política y se aleja de las controversias. Una noche, sin embargo, se entera de que los militares buscan a dos personas. No sabe si podrá tomar una decisión crucial: arriesgar su propia vida para salvar la de otros.
En su participación en Cannes, La larga noche de Francisco Sanctis intentará repetir en parte la hazaña de Los labios, codirigida por Santiago Loza e Iván Fund, que allá por 2010 había ganado el premio a la mejor dirección en el Bafici, también fue sorpresivamente elegida para competir en Un Certain Regard y que se terminó llevando el Prix d’Interpretation compartido por sus tres espléndidas actrices (Eva Bianco, Victoria Raposo y Adela Sánchez). Aquí La larga noche... tiene asimismo un protagónico fuerte, tanto que Diego Velázquez fue el ganador del premio al mejor actor en el Bafici.
Claro, no la tendrá fácil. Aparte de la presencia de algunos nombres de mucho peso, como el japonés Kore-eda Hirokazu, un favorito de Cannes, que exhibe su película más reciente, Después de la tormenta, este año, más que nunca, la sección Una Cierta Mirada (que tiene como presidente del jurado a la actriz austríaca Marthe Keller), está integrada por films de realizadores poco conocidos o directamente debutantes, que serán no menos de seis. Es una jugada arriesgada del director del festival, Thierry Frémaux, que de esta manera pretende poner en jaque a su eterno rival, la sección paralela Quincena de los Realizadores, históricamente dedicada a los descubrimientos y al cine más radical, pero que en las últimas ediciones, bajo la conducción del crítico Edouard Waintrop, se ha ido inclinando cada vez más hacia un cine de consenso y de nombres reconocidos.
Más allá de la calidad de los films, que a priori debería darse por descontada, es una vez más el caso. En esta edición, la Quinzaine tendrá como apertura un film del italiano Marco Bellocchio (Fai bei sogni, protagonizado por Bérénice Bejo), de clausura uno del estadounidense Paul Schrader (Dog Eat Dog, con Nicolas Cage y Willem Dafoe) y en su selección incluye títulos del belga Joachim Lafosse, el italiano Paolo Virzì, el francés Sébastien Lifshitz y los chilenos Alejandro Jodorowsky y Pablo Larraín, unos cuantos nombres que no hubieran desentonado en la selección oficial pero que hacen ahora de la Quincena algo que no solía ser: una zona de confort.
De manera tangencial, en la Quincena también habrá presencia argentina, con dos cortos fuera de concurso que forman parte del programa South Africa Factory, donde directores sudafricanos filman a cuatro manos con colegas extranjeros. Es el caso de Gallo rojo, de Zamo Mkhwanazi y Alejandro Fadel, y Paraya, de Sheetal Magan y Martín Morgenfeld. Hablando de cortos: en Cinéfondation, la sección oficial en concurso dedicada a cortometrajes salidos de escuelas de cine, nuevamente competirá un film producido por la Universidad del Cine, en este caso Business, de Malena Vain, que será evaluado por un jurado presidido por la gran cineasta japonesa Naomi Kawase e integrado, entre otros, por el argentino Santiago Loza.
¿Y la carrera por la Palma de Oro? “Abonados”, como denomina irónicamente la prensa francesa a los directores consuetudinarios, no faltan. Empezando por los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne, que ganaron ya dos veces el premio mayor (por Rosetta y El niño) y ahora vuelven por su tercer Palme d’Or con La Fille inconnue, que incluye en su elenco a dos de sus actores más fieles, Jérémie Renier y Olivier Gourmet. También estará Pedro Almodóvar con Julieta, que tuvo buena recepción crítica en su país, pero a quien el público español le dio la espalda. Y repiten en concurso los franceses Bruno Dumont y Olivier Assayas, el canadiense Xavier Dolan, el estadounidense Jim Jarmusch, el británico Ken Loach, el coreano Park Chan-wook y el rumano Cristian Mungiu. Nombres de primera línea, a decir verdad, no faltan.
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