Viernes, 7 de octubre de 2016 | Hoy
CINE › ALEJANDRO CACETTA DEFIENDE SU PLAN DE FOMENTO PARA EL CINE ARGENTINO
El presidente del Incaa dice que el nuevo plan es “buenísimo”, pero que ahora hay que probarlo: “Estamos obligados a pensar cómo vamos a exhibir las películas que vamos a producir”.
La semana pasada, tal como informó Página/12, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) presentó el nuevo Plan de Fomento, que incluye una actualización de los montos que se manejaron en los últimos tiempos así como una nueva escala de acuerdo a audiencias y géneros, entre otras medidas. Días más tarde, su presidente, Alejandro Cacetta, dialogó con este diario. Señaló que una de las razones que lo llevaron a tomar la decisión de diseñar una nueva normativa se puede resumir en dos motivos: “El primero es que la estructura del Plan de Fomento tenía más de diez años. Hubo cosas que estuvieron muy bien y había que aggionarlo”, comenta Cacetta. “El segundo punto fue la charla con todos los sectores a los cuales convocamos o se autoconvocaron en reuniones y en la presentación de proyectos de un nuevo Plan de Fomento. Era absolutamente unánime que había que modificarlo”, agregó el presidente del Incaa.
–¿Es el plan al que aspiraba o el que mejor se pudo realizar?
–Para mí es buenísimo. La experiencia nos dice que todo plan es buenísimo cuando demostrás que es buenísimo. Ahora, hay empezar a plasmarlo y probarlo. Por supuesto que es mejorable, como todo. No creo que sea perfecto y lo vamos a ir probando.
–¿A este diseño se llegó por consenso?
–Si toma lo que presentaron todas las asociaciones que propusieron algún cambio, la coincidencia en determinados puntos o en el núcleo de este Plan de Fomento es muy alto porcentualmente. Obviamente, hay definiciones que no son exactamente iguales porque si no sería Frankenstein ya que de las propuestas había cosas que diferían.
–¿El Incaa hizo una convocatoria a las asociaciones para ponerse de acuerdo?
–No fue una convocatoria formal, pero desde enero nos juntamos con todas las asociaciones del sector realmente representativas y actuales en la producción, y todas hicieron llegar sus inquietudes. Quienes no lo hicieron desde el primer momento también les pedimos que las hicieran llegar y así fue.
–Sin embargo, días antes del anuncio del Plan de Fomento, la asociación Documentalistas de Argentina (DOCA) manifestó que no había sido tenida en cuenta.
–Eso no fue así. Es más: tengo la propuesta de las seis asociaciones de documentalistas, con quienes nos juntamos dos veces y hablamos y discutimos el plan que habían presentado. Lo analizamos. De hecho, el Plan de Fomento tiene mucho de lo que habían propuesto.
–El plan prevé un promedio de 64 largometrajes al año. ¿Cómo se llegó a esa cifra?
–Eso en cuanto a concursos, pero en lo que llamamos “ventanilla contínua”, que es el modelo de audiencia masiva y audiencia media, no hay una cifra de largometrajes, porque mientras los comités consideren que las películas sean de interés, el gran beneficio es tener esta ventanilla contínua. Ahí no hay un número, pero sí hicimos un análisis para el resto de cuántas películas se venían haciendo y en qué franja. Digo de nuevo: hay que probarlo, pero tenía que ver con números estadísticos que me venían trayendo y con lo que estimábamos: tener tanta oferta ahora para desarrollar, para hacer cortometrajes, para tener óperas primas, para segundas películas. También creemos que eso descomprime algunas vías, que ahora son los modelos, y esos números eran representativos de la producción que tenemos hoy.
–La pregunta apunta a que 64 es una cifra muy menor a los 120 de promedio de los últimos años. ¿Esto tiene que ver con intentar financiar menos producciones con mayor presupuesto?
–No, el plan no tiene que ver con eso. Los 64 tienen que ver con los concursos, pero hay ventanilla contínua en los otros dos porque en la audiencia media y masiva no tiene un tope de proyectos. Tenemos que aspirar a tener cada vez más calidad de proyectos y pensar el acompañamiento desde la génesis del proyecto: desde el desarrollo hasta la exhibición. Para todos los modelos que estamos planteando estamos obligados a pensar cómo vamos a exhibir las películas que vamos a producir.
–Habló de un plan integral que tenga una estrategia que piense desde el principio a qué público va dirigida esa película que se está haciendo y cuál es la mejor manera de llegar a ese público ¿Cómo se puede implementar esto?
–Como se hace en todas las producciones. Cuando uno se sienta a ver una producción lo que se debe pensar es cómo hace uno para empezar a producir, para llegar a dónde, cuál es el público target. No es la producción en sí misma. Pensar el fomento a la producción sin tener en cuenta la exhibición es un error. Queda rengo el proyecto, con lo cual hay que pensar en ese arco porque, en definitiva, lo que buscamos es que se vean las películas. Entonces, acompañamos a las películas que, a lo mejor, tienen más inconvenientes en llegar al público poniendo en valor todas las pantallas del Instituto: los Espacios Incaa, Incaa TV, Odeón. También estamos yendo a lo que es un transaccional de Odeón: una parte va a seguir como hasta ahora pero también vamos a poner un transaccional de video on demand que también da la posibilidad de que el cine se vea a través de esa pantalla.
–Se hizo hincapié en el sentido federal del plan. ¿Por qué es necesario dividir el fomento nacional del regional?
–En realidad, no es que lo estemos dividiendo sino que estamos yendo con fondos nacionales a hacer algo que no se hizo nunca: tener un Plan de Fomento regional y específico para ayudar realmente a esas regiones que necesitan más capacitación, y tener posibilidades de competir, de igual manera, con las producciones de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires. Cuanto menos dure ese régimen de fomento regional nos a va a decir que ya logramos poner en valor las producciones del interior y que competirán en el marco nacional, que es lo que corresponde. La verdad es que me gustaría tener un régimen de fomento único.
–¿En qué difiere el concurso de óperas primas del que ya existía?
–No es muy distinto. La idea es darle previsibilidad. Ese concurso iba por afuera del Plan de Fomento y dependía de la voluntad de continuarlo o no. Ahora, le damos previsibilidad de continuidad.
–Hace una semana, el representante de una entidad importante de directores, la DAC, renunció al Consejo Asesor. Y la DAC emitió un comunicado al anunciarlo ¿Cómo lo tomó? ¿Qué piensa al respecto?
–Son decisiones personales. Habría que preguntarles al resto de los directores si se sienten cómodos con dejar de tener un representante en el Consejo Asesor. Parte de este plan tuvo que ver con el trabajo en el Consejo Asesor, con el escuchar a las provincias y a todos los representantes de directores, productores, sindicatos. Me parece que estaba funcionando ese lugar. Habrá que preguntarles a ellos.
–¿Ellos participaron en la discusión sobre el Plan de Fomento?
–Sí, todos. Todos los actores significativos han presentado sus propuestas. Si no nos reunimos veinte veces con cada uno fue por una cuestión de tiempo. Si no, íbamos a discutir el plan durante tres años. Pero todos participaron. No es un eufemismo, es una realidad.
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