En el marco del 9º Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos de América Latina y el Caribe se exhibirán hoy en el cine Gaumont, a partir de las 18, dos documentales que trazan un recorrido en la historia del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP): Tinta roja, la historia de la militancia del PRT/ERP, del director y guionista argentino Ruy Balañá (29 años), y Gaviotas blindadas segunda parte, realización del grupo Mascaró (ver recuadro).

Basada en ocho entrevistas a ex militantes, Tinta roja documenta la creación de la organización marxista con un importante arraigo en la Argentina de los años ’60 y ’70, hasta su desaparición como fuerza política en la última dictadura militar (1976-1983). En una charla telefónica con Página/12, desde Barcelona, ciudad donde reside desde 2001, Ruy Balañá compartió su mirada sobre el film.

–Usted no perteneció a esa generación. ¿A qué conclusión llega a través de las entrevistas realizadas a ex militantes del PRT/ERP?

–Había leído el libro Hombres y mujeres del PRT/ERP, de Luis Mattini, y escuchado historias de militantes. Contaba con la data política suficiente, pero necesitaba humanizar esa información y en ese sentido Airy Maragall, coguionista, fue un aporte fundamental. Los entrevistados nos recibían como compañeros, amigos, como si nos conociéramos de toda la vida. Cada uno de ellos a su manera nos demostraba en cada palabra que es muy distinto la historia sabida a la historia vivida. Los relatos son inteligentes y muestran un discurso construido a lo largo de años, pero a su vez son emotivos y humanos. Para mí fue como reconstruir la historia de mi país de otra manera, mucho más viva.

–En la película aparece un comunicado del PRT/ERP en respuesta a los fusilamientos del 22 de agosto de 1972 en Trelew, que dice: “Ante esta provocación responderemos serenamente”. ¿A qué se debe esa respuesta política?

–El contenido del comunicado tiene vigencia en la época actual. La gente sabe que los militares fueron gestores de un genocidio sin precedentes en la Argentina y viven muy cerca de nosotros, pueden ser nuestros vecinos. Un escrache representa una expresión de justicia social no violenta, señala públicamente dónde vive y la razón de la prisión domiciliaria. Es una respuesta a una impunidad legal, política y social. Con relación al comunicado posterior a los fusilamientos, era más sencillo resolver salir a matar militares, como el caso del ajusticiamiento de Hermes Quijada por parte del ERP 22 de Agosto, escisión del PRT-ERP. En ese entorno y contexto el ajusticiamiento de una persona responsable como Quijada de los fusilamientos estaba no sólo bien visto, sino que era aprobado por la amplia mayoría del Comité Político del partido. Dar una respuesta de serenidad frente a la dictadura de Alejandro Lanusse, es lo que representa ese comunicado.

–Los periodistas Alberto Dearriba, Norberto Colominas y el dramaturgo Roberto Cossa caracterizan el golpe de Estado de 1976. ¿Por qué los eligió?

–Ellos trabajaban como periodistas en El Cronista Comercial y algunos cubrieron para el diario la noche del 24 de marzo. Fueron testigos, vivieron la represión y censura que gestó el golpe de Estado. Además, en El Cronista, los tres eran compañeros de mi padre, Carlos Balañá, ya fallecido. Y el director del diario era Rafael Perrota, quien desapareció poco después del golpe militar del 24 de marzo de 1976. Tinta roja es también un pequeño homenaje a mi padre. Y que salgan caras conocidas como la de Colo, Tito y Alberto le dan al relato un tono más cercano.