El Festival de Cine de Temática Sexual llegó ayer a La Rioja para recorrer cuatro ciudades de la provincia, después de terminar su etapa salteña. El evento, que este año llega a su séptima edición, presenta cortos y mediometrajes de todo el mundo que tienen como eje central la libre expresión del sexo: en esta ocasión, el festival llegará a Capital Federal el próximo martes 26 en un maratón ideal para cinéfilos que arrancará a las 13 y se extenderá hasta la medianoche en el Complejo Tita Merello. Para completar su recorrido federal, el FVTS cerrará el 27 en Morón.

El objetivo es difundir la temática y dar espacio a los cineastas que la exploran, pero también llevar la discusión a la gente. Fabio Zurita, creador y director del festival, detalla a Página/12 que el mayor impulso para llevarlo adelante llegó de la mano de sus propios colegas, que menospreciaron su trabajo documental sobre la vida de una mujer de barrio con una frondosa vida sexual. Esto, sumado a la buena respuesta de la gente en las funciones de ediciones anteriores y la invitación de distintos organismos del interior del país mantienen el proyecto rodando. Este año, el festival incluso cuenta con el apoyo del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) de Cuba, que envió como representante a María Teresa Díaz Alvarez, psicóloga y sexóloga, para que dé conferencias en las distintas etapas del evento.

La sexóloga recalcó ante este diario la importancia de que la gente debata los asuntos relacionados con su sexualidad. “Es una urgencia que en América latina se incluyan estos temas en cualquier producción audiovisual, porque históricamente hubo un silencio muy grande y poco saludable en torno de esta cuestión”, explicó. Adjudicó a la Iglesia Católica parte de la responsabilidad por esta falta de debate, “por su postura de represión del cuerpo y el autocastigo”. Por ello, Díaz Alvarez manifiesta su alegría por las charlas debate que compartirán espacio con la proyección de películas.

Su compatriota, la directora y jurado Lizette Vila Espina, rescata el espíritu del festival al hacer hincapié en la cuestión del género y la diversidad: “Todos somos diversos; no es que el otro es diverso por tener una orientación sexual que no es la tradicional y yo no”, explicó. La cineasta también llamó a apoyar los emprendimientos de este tipo. Tras ella, varios de sus colegas argentinos que participan de la convocatoria contaban sus problemas para filmar sus películas. Laura Valle, directora del corto en competencia Las chicas sólo quieren tocarse, contó que su problema no fue conseguir financiamiento, sino una actriz que se animara a tomar el papel: su película cuenta la historia de una adolescente de barrio que descubre por el comentario de una compañera de colegio el autoerotismo. La misma experiencia tuvo Edgardo Pabano, director de Déception au trois. Los dos cortos tienen un claro registro humorístico, que comparten con una de las competidoras extranjeras, la francesa Elvis the Pelvis.

También en competencia aparecen la sólida Thick Lips, Thin Lips del canadiense Paul Lee, que explora el peso de la homofobia y del racismo en una relación de pareja; The Birth, de Rocío Barcía, un corto estadounidense sobre una mujer envuelta en papel higiénico que se desnuda rítmicamente conforme la música sube y baja de intensidad. Junto a éstas se presentan las argentinas Dream a Little Dream, Erektiönen, Séptimo piso, Fuck, Fábula, Impulso y Reflejos, además de la francesa Jean Eric Paulo Riton y la española Desembre. Entre estas 14 obras estará el film que se anunciará como el ganador del encuentro tras la jornada del martes próximo en el Tita Merello. Junto a Vila Espina, el director de cine Pablo César y el actor Diego Capusotto tendrán la responsabilidad de elegirlo. Fuera de competencia, llaman la atención el mediometraje de animación brasileño Word & Stock: Sexo, orégano y rock and roll y el documental de prevención del VIH/sida La entrega de la confianza, de Vila Espina.

Informe: Andrés Valenzuela.