CINE › “LA LEYENDA DEL ZORRO”, DE MARTIN CAMPBELL
El paladín que le gusta a Bush
Por Horacio Bernades
“¡Viva la libertad!”, clama el pueblo, reunido en la plaza y agitando banderas. No Banderas, sino banderas. Deben estar luchando por su independencia, supondrá el espectador poco entrenado en hollywoodismos. Se equivocará, una vez más: lo que pide esa gente –donde abundan los rostros cobrizos– es la definitiva anexión a Estados Unidos. ¿Irak 2005? No, México 1850. La acción tiene lugar en un pueblito californiano, donde se celebra un referendo para determinar si esa región pasa a ser el estado Nº 31 de la Unión. De más está decir que el voto por el sí es bastante más aplastante que la victoria de Mauricio Macri en las elecciones del domingo pasado, y de hecho La leyenda del Zorro es una película que difícilmente disguste a don Mauricio.
La escena –una de las primeras del film, tanto como para advertir al espectador no avisado de lo que se viene– se remata con una imagen cuya carga propagandística seguramente ruborizará a George W. Bush, cuando La leyenda... se estrene mañana en EE.UU. De pronto, ese pueblo unido (que quiere ser vencido) mira hacia arriba, ¿y qué ve? Al mismísimo Zorro, de negro sobre un tejado y saludando a la masa, espada en mano, entre dos de esas banderas de barras y estrellas. Banderas y banderas: temible asociación, la que promueve esta secuela de La máscara del Zorro, nuevamente protagonizada por el marido de Melanie Griffith como el hijo del enmascarado mexicano. Recuérdese que Banderas no es don Diego de la Vega (Anthony Hopkins, en la original), sino Alejandro de la Vega, a quien aquél entrenaba para combatir al villano Rafael Montero, estanciero que se quería quedar con las tierras de los pobres campesinos. Viendo el destino que los pobladores eligen para sus tierras en esta secuela, no es difícil llegar a la conclusión de que más les hubiera valido entregárselas a Montero, que al menos tenía la ventaja de ser un villano sin un país detrás.
Tan aparatosa como La máscara... y siempre producida por Steven Spielberg, La leyenda del Zorro vuelve a confundir maquinaria con espectáculo, resultando aún más pesada y trabajosa que la anterior. Hace temer de antemano por Casino Royale, la nueva de Bond, con rodaje previsto para enero 2006 y otra vez a cargo de Martin Campbell, director de ambas Zorro y de Goldeneye. Diez años más tarde, don Alejandro es todo un family man, casado con Elena Montero (Catherine Zeta-Jones) y con un hijo, el inquieto Joaquín, a quien le tira eso de ser un paladín de la justicia. O de la injusticia, viendo la completa inversión política a la que los guionistas someten al personaje creado por Johnston McCulley en 1919. Si el Zorro que uno aprendió a ver mientras tomaba la leche tenía como enemigo jurado al gobernador, el de Banderas se presenta como brazo armado del candidato a gobernador por California, una vez que el estado haya sido anexado a la Unión. Triste es el presente de los viejos héroes...
¿Quién es entonces el enemigo? Por puro cálculo, no es difícil llegar a la conclusión de que si el amigo son los futuros EE. UU., el enemigo deberá ser... un extranjero loco que los amenace. Como en esa época árabes y musulmanes estaban en otra cosa, qué mejor que recurrir a un odioso franchute. Encarnado por el inglés Rufus Sewell, hete aquí a Monsieur Armand, sospechable viñatero de acento extranjero que, a falta de aviones para lanzar, cuenta con un superarma secreta de fabricación casera, la nitroglicerina, para tirarles encima a los que hablan inglés. Basta sumarle un separatista sureño y los miembros de una secta símil masónica, para que este desvaído villano-Bond trasplantado haga de las suyas. Frente a él y en duelo de maquillajes y teñidos, Banderas y Zeta-Jones, más estatuarios que nunca. Aunque el más temible es Joaquín, que de tan heroico hace pensar que los productores deben tener en la cabeza una El hijo del Zorro, como carta de reemplazo para suceder a Banderas. El nieto del Zorro, deberá llamarse, teniendo en cuenta que todo empezó con don Diego, allá por comienzos del siglo XIX.
4-LA LEYENDA DEL ZORRO
The Legend of Zorro EE.UU., 2005.
Dirección: Martin Campbell.
Guión: Roberto Orci y Alex Kurtzman.
Fotografía: Phil Meheux.
Intérpretes: Antonio Banderas, Catherine Zeta-Jones, Rufus Sewell, Adrián Alonso y Nick Chinlund.