Dirigida por el californiano Gregory Nava –de familia mexicana–, Bordertown traduce al formato de thriller un inquietante caso real, el de centenares de asesinatos irresueltos, que ayer nomás tuvieron lugar en la fronteriza Ciudad Juárez. En la mayor parte de los casos, las víctimas fueron lo que se conoce como maquiladoras: trabajadoras muy humildes, empleadas en fábricas que grandes corporaciones estadounidenses del ramo electrónico instalaron en la zona para abaratar costos, a la sombra de los acuerdos del Nafta. Con esa materia prima, Bordertown amasa en el mismo cuenco discurso político biempensante, estrellas latinas y toques de romance, sexo y tiros. En suma, latin trash.

Los héroes de Bordertown son una ambiciosa periodista, que pasa del escepticismo al compromiso ético, y el bravo director de un pequeño diario local, a quien las balas parapoliciales no logran silenciar. Con el cabello lleno de reflejos, Jennifer López es Lauren Adrian, hija de inmigrantes latinos a quien su editor (Martin Sheen) hace bajar más allá del Río Grande para investigar el caso. Luciendo un flequillo francamente inoportuno, Antonio Banderas es Alfonso Díaz, cabeza visible de El Sol de Juárez, que viene denunciando el asunto sin importarle las amenazas. Desde ya que Lauren y Alfonso se conocen de antes y que entre ellos hubo, alguna vez, algo más que una mera sociedad profesional. Lo suficiente como para que las cenizas ardan todavía.

Sobreviviente de uno de esos brutales ataques, una maquiladora llamada Eva (la mexicana Maya Zapata) está dispuesta a denunciar a los agresores, uno de ellos estrechamente vinculado con la high society local. Hay también una señora de buena posición (Sonia Braga) que dirige una ONG en defensa de las chicas indefensas, y el inescrupuloso hijo de una familia de poderosos (el argentino Juan Diego Botto), cuya condición de guapetón le permitirá ganar por un rato el endurecido corazón (y no menos compacta anatomía) de Lauren. Una buena cantidad de flashbacks informan qué le sucedió de niña a Lauren y sus padres, al servicio de un par de tópicos básicos del manual de guión hollywoodense: la idea del trauma originario, que el héroe o heroína necesariamente deben afrontar, y la de la íntima y secreta conexión del investigador con su objeto de investigación, que la lleva a involucrarse hasta las últimas consecuencias.

Un tercer clásico del mismo manual, el de la heroína ofreciéndose como anzuelo para atrapar al asesino, también será escrupulosamente visitado. La aparición de Juanes, cantando para toda la audiencia su hit “La camisa negra” en medio de semejante dramón político-criminal-de género, hace pensar en las viejas películas de Enrique Carreras, que combinaban sin rubor parecidos aguas y aceites. Entre esos desacordes, Nava filma las calles y la gente de Ciudad Juárez con una vividez documental que constituye sin duda su mayor, tal vez único, acierto. Lamentablemente, esas imágenes quedan reducidas a flashes breves y entrecortados, como si el montaje hubiera querido atenuar su carga de verdad. Tal vez alguien haya pensado que en este contexto desentonaban.

5-BORDERTOWN, CIUDAD AL LIMITE

(Bordertown) EE.UU./ Gran Bretaña, 2007.

Dirección y guión: Gregory Nava.

Intérpretes: Jennifer López, Antonio Banderas, Sonia Braga, Maya Zapata, Martin Sheen y Juan Diego Botto.