–¿Cómo fue el origen del museo?

–A principios de la década de 1930, Benito Quinquela Martín comenzó a modelar en la Vuelta de Rocha un polo de desarrollo cultural, educativo y sanitario que se inició con la creación de una escuela-museo y un Museo de Bellas Artes, inaugurados en 1936 y 1938 respectivamente. Orientado a la formación de ciudadanía y de sentido “nacional argentino”, el museo se inscribía en el devenir de un campo artístico donde los debates que abordaban procesos de construcción de identidad involucraban complejas tensiones, entre las que se destacaban tradición versus innovación, nacionalismo versus cosmopolitismo o abstracciones versus figuraciones. En este mapa, Quinquela asociará lo nacional con la representación de paisajes, tipos y costumbres. De este modo, la colección del museo representa no solamente un panorama del arte argentino, sino además las convicciones de su creador.

–Asociado a este aspecto, ¿cuál es la función del museo en el contexto de los demás museos de la ciudad?

–El museo está indisolublemente ligado a la figura de Quinquela y es el corazón cultural de La Boca. Por ello es depositario no solamente de una muy rica colección, sino también de un no menos rico patrimonio intangible. Este vínculo tan estrecho entre arte y comunidad es quizá la principal característica del museo. La institución se diferencia y complementa la oferta cultural de la ciudad, porque su colección ofrece la mirada original de Quinquela coleccionista sobre el desarrollo del arte argentino desde fines del siglo XIX hasta el último cuarto del siglo XX. El museo, además, ofrece la posibilidad de conocer la multifacética figura del propio Quinquela, uno de nuestros artistas más populares, a través de varias de sus obras más importantes y de la visita a su casa-atelier. Otro de los rasgos distintivos de este museo es su tan estrecha vinculación con la acción educativa. Durante el ciclo lectivo, recibimos un promedio de cuatrocientos estudiantes por día, provenientes de comunidades educativas de todo el país. No obstante pertenecer al Ministerio de Educación porteño, se participa en proyectos del Ministerio de Cultura de la Ciudad, como la red de museos porteños, y muy activamente en la Noche de los Museos, entre otras muchas iniciativas.

–¿Hay interacción con otras instituciones?

–Fiel a la tradición asociacionista del barrio, el museo realiza actividades con instituciones, organizaciones y espacios culturales, sociales y educativos, del ámbito oficial y privado, no sólo a nivel barrial. Algunos ejemplos inmediatos: entre marzo y junio se realizó una exposición con obras del patrimonio del museo en la Casa de la Cultura de la Villa 21 de Barracas. Esta muestra, realizada en el centro de un polo de desarrollo cultural, educativo y social de una de las zonas más desfavorecidas de la ciudad fue coorganizada por el gobierno nacional y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Otra actividad es la celebración de la tradicional Fogata de San Juan, que se realizó el sábado pasado. También se llevan a cabo actividades que intentan reconstituir la red entre las diversas instituciones creadas por impulso de Quinquela Martín. Se trabaja muy fluidamente con la mayor parte de las históricas asociaciones artísticas y sociales del barrio (Agrupación Impulso, Ateneo Popular de La Boca, cine-teatro Brown, etc.) Con la Fundación Proa también se interactúa fluidamente, a través de proyectos educativos que ponen en diálogo los diferentes discursos artísticos expresados por las exposiciones que se ofrecen en la fundación y en el museo.

–¿Cuál es el programa de exposiciones?

–Como en todos los museos del mundo, el volumen de la colección supera las posibilidades que las salas ofrecen para su exhibición. Normalmente se exhibe un quince por ciento del patrimonio. Para mostrar las obras que generalmente están en guarda se programan exposiciones temporarias. En estos momentos se está exhibiendo la muestra Infinitos fuegos, que, con curaduría de Sabrina Díaz, reúne un importante conjunto de obras patrimoniales puestas en diálogo con producciones de dos artistas boquenses contemporáneos: Leo Vinci y Guillermo Alio. Este diálogo entre producciones históricas y actuales es uno de los principales ejes vertebradores de las acciones del museo. Consideramos que no es posible proyectar hacia el futuro desconociendo nuestra historia, como tampoco sería recomendable una lectura fosilizada de una tradición incapaz de ser simiente de propuestas innovadoras. Por eso el calendario de exposiciones temporarias se nutre de muestras homenaje a artistas de diversas épocas tanto como de autores contemporáneos reconocidos y emergentes. Para este año prevemos una exposición antológica de Miguel Carlos Victorica, en conjunto con la Fundación OSDE, con la que venimos trabajando desde hace ocho años. Coincidiendo con la celebración de la Semana de La Boca, el 23 de agosto Aldo Sessa presentará una serie de fotografías tomadas en La Boca a lo largo de los últimos cincuenta años. También habrá una muestra homenaje a Carlos Cañás y exposiciones de grabados de Néstor Goyanes y Pablo Flaiszman, quienes además presentarán obras de Alfredo de Vicenzo. En 2014, el barrio celebra el centenario del puente transbordador Nicolás Avellaneda. El museo va a presentar una exposición de réplicas del puente intervenidas por treinta artistas contemporáneos. Y hacia fin de año habrá una muestra de dibujos, pinturas y grabados de otro grupo de artistas actuales: los Amigos del Puente.

–¿Qué actividades complementarias tiene planificadas y cómo va el sitio web?

–Actualmente estamos proyectando una intervención cromática en la vereda y la calle del frente del museo. Será una franja de aproximadamente treinta y siete por veintiséis metros, que intentará cumplir en parte uno de los sueños incumplidos de Quinquela: asfaltar de colores las calles del barrio. Serán los vecinos, organizaciones y comunidades educativas de la zona los que realizarán esta intervención sobre baldosas y adoquines, y anhelamos poder realizarla en agosto, en coincidencia con la Semana de La Boca. También se proyecta emplazar gigantografías con reproducciones de obras de nuestro acervo en espacios estratégicos del barrio. Se intentará así continuar la tradición quinqueliana de acercar el arte a la vida cotidiana. El museo continuará con el programa de publicaciones Cuadernos del Tornillo (investigaciones sobre temas de nuestro patrimonio y archivos) y Ediciones del Arrabal (obras literarias de nuestros autores fundacionales, ilustradas con nuestro acervo). El sitio web del museo lo estamos reformulando.

–¿Hay una política de adquisiciones?

–Actualmente no existe una política de adquisiciones de obras para el museo. Cuando en 1998 comenzó la gestión de la anterior directora, María Sábato, el museo presentaba un preocupante grado de deterioro, y se le dio prioridad a la restauración de muchas obras, con lo cual no fue posible ampliar la colección. En el mediano plazo se diseñará este programa, atendiendo al desafío de intervenir en una colección cuya coherencia está basada en las elecciones de Quinquela, que establecía para el museo su carácter “tradicional, figurativo, argentino”.

* El Museo Quinquela queda en Pedro de Mendoza 1835 y está abierto de martes a domingo de 11 a 17.30.