PLASTICA › EDUARDO MAICAS, DECLARADO PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA PORTEñA
Figuras consagradas del medio, pero también amigos y hasta niños que recién empiezan a dibujar, participaron del encuentro en la Legislatura. El guionista y humorista gráfico saludó a todos y aceptó con su habitual humildad la catarata de elogios que le prodigaron.
› Por Andrés Valenzuela
“Allá en el año 56, cuando había caído el gobierno peronista, yo empezaba la primaria. Y aunque les parezca mentira, por mi problema de la pierna no me dejaban ir a un colegio del Estado que estaba a cuatro cuadras. Mi mamá me tenía que llevar a Nuñez: hora y media de viaje. Y como yo era chico, caminaba todavía más lento que ahora y a veces mi vieja me tenía que llevar en brazos. Así que de no dejarme entrar a un colegio del Estado a declararme personalidad de la cultura, la verdad es que es un paso muy grande”. Con esas palabras Eduardo Maicas reflexionó sobre la distinción que la Legislatura porteña le otorgó a instancias Victoria Roldán Méndez (PRO). Fue el único momento de ayer en que asomaron algunas lágrimas conmovidas en el atestado salón Juan Domingo Perón del edificio de Perú al 100. Las otras lágrimas fueron de risa, siempre que el guionista y humorista gráfico está involucrado.
La sala se llenó de colegas, desde figuras consagradas del medio como Juan Sasturain, Miguel Rep o Lito Fernández, hasta leyendas vivientes como Carlos Garaycochea o niños que recién comienzan a dibujar siguiendo las instrucciones de Eduardo. Y amigos. Infinidad de amigos que Maicas en un momento amenazó con saludar uno por uno, en cuanto le dejaron un micrófono a mano: amigos de la vida, de la cancha de Independiente, de terapia, de la familia. Hasta se acercaron compañeros de la primaria.
“¿Para qué sirve Maicas?”, planteó Juan Sasturain, uno de los oradores de la jornada. “Sirve para esto, para juntar amigos, para celebrar la suerte que tenemos de ser sus amigos, ¡y además tenemos que ser varios, porque es un tipo realmente impresentable!”, provocó las primeras risas. Sobre el perfil de laburante de Maicas, Sasturain destacó “que sabe laburar en grupo” y “que es un gran repentista, es muy rápido para sacar chistes en el momento porque tiene las antenas siempre prendidas”. Además, destacó “¡un tipo que hizo reír a Santo Biasatti merece toda mi admiración!”
Otro que se puso al micrófono fue el colega Fernando Sendra, creador de Yo, Matías. “Eduardo tiene características sobresalientes que voy a destacar en orden de importancia: es muy buen padre, un gran amigo, un excelente humorista, buen profesional y tiene una clarísima idea y un estilo que mantuvo a lo largo de los años”, comenzó. “También tiene a mi juicio algunos defectos que no puedo pasar por alto, a riesgo de parecer parcial. No voy a hablar de Independiente, porque lejos de un defecto, me parece una tara, y dado que sus hijos la padecen, es hereditaria. Un gran defecto que tiene es que saluda a todos. Salir con él de un edificio es una tortura. Habla con todos. Pregunta por la madre, por la tos, hace dibujos, intercambia recetas y una sucesión de datos con los que logrará que todos lo consideren un gran tipo menos quien lo está esperando. No quiero imaginar lo que será hoy a la salida. A su mujer e hijos les sugiero que vayan a ver el partido y vuelvan, pero sin muchas expectativas”, continuó mientras la sala se desternillaba de la risa. Es que Sendra estaba siendo perfectamente realista: Maicas es uno de los tipos más queridos del ambiente y, efectivamente, caminar con él implica saludar a decenas de amigos, conocidos y bienquerientes.
“Su segundo defecto es la humildad -avanzó Sendra-. Una humildad recalcitrante. Hay personas que son humildes por apocadas. No es su caso porque trabajó años en televisión y radio con gran soltura. Hay otras que lo son por incapacidad, no les queda otra. Otras son calladas, no son humildes pero lo parecen. Pero Eduardo habla bastante. Voy a creer que su humildad es un complot para hacernos quedar mal al resto. Es humilde de puro malvado. Pero mi hijo me dice ‘no, Eduardo no es malo, es un fanfarrón de la humildad’”.
También tomaron el micrófono Horacio del Prado, Claudio Kappel y Héctor Matiello. Pero el que más se destacó fue el periodista Juan José Panno, quien coincidió en la apreciación de Sasturain sobre su capacidad para actuar en equipo. “Voy a ser breve porque él tiene que seguir saludando gente, pero sí voy a contar cosas en términos futbolísticos. Creo que nunca tiré tantas paredes con alguien como con Eduardo Maicas. Uno le tira un ladrillo y el tipo te tira la pelota redonda. Cada vez que me convocan para un laburo, es el primero en que pienso porque sé que voy a tirar la pelota larga y va a estar ahí para resolver. Además te hace sentir que estás a la par de él. ‘Qué bueno eso que se te ocurrió’, te dice ¡y es mentira, ¡se le ocurrió a él! Uno siente que dibuja a través de Maicas y eso lo logra porque es humilde. Pero de verdad. Es el hombre más bueno del mundo. Sólo puedo agradecerle en término futbolísticos: Yo, Eduardo, te sigo a todas partes donde vas, y cada vez que quiero más”.
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